A poco de comenzado 2021, los desaciertos de la Casa Rosada vuelven con mayor potencia y las marchas y contramarchas, evidencian el tono de desequilibrio de quienes están al frente de la gestión. Los recientes aumentos en las tarifas de la medicina prepaga y su anulación ponen de manifiesto la falta de coordinación de la política económica y el desconocimiento de la estructura de la salud en el país.
El ahogo financiero que soportan miles de empresas de medicina prepaga, prestadores y gestores pone de manifiesto la aguda crisis económica por la que pasan millones de beneficiarios del sistema, como consecuencia de los altos niveles de inflación.
El incremento de la presión fiscal, a partir de 2021, será demoledor para cualquier agente económico que se desempeñe en estas latitudes. Los efectos de la pandemia en todo el sistema de salud han sido devastadores y el sector privado tuvo que soportar la multiplicidad de fallas que se pusieron de manifiesto en la salud pública, a partir del primer brote de la pandemia.
De allí que empiecen a escucharse algunos cantos de sirena queriendo expoliar el sistema privado de salud, tal como hizo el kirchnerismo con las AFJP en 2008. La misma matriz, los mismos problemas, un déficit fiscal ingobernable, una crisis de divisas y una destrucción del ahorro.
La administración de los Fernández destruye todo vestigio de capital, sea éste físico, financiero o bursátil. El objetivo es consumir lo ajeno para tapar los errores propios.
De allí que con el objetivo de apagar el fuego inflacionario, dispuso un congelamiento tarifario que está llevando a la destrucción del capital físico de la generación energética, a partir del cierre de los pozos de gas y la falta de mantenimiento de las redes eléctricas. Lo mismo hace con los precios de muchos productos alimenticios, como es el caso del cierre de las exportaciones de maíz, dejando vacío un mercado que será ocupado por los principales competidores como son Brasil y los Estados Unidos.
Lo mismo con las empresas de la economía del conocimiento, provocando que muden su domicilio a otro país. Lo que no entiende esta administración es que sin ahorro, la crisis está a la vuelta de la esquina, debido a una profunda caída de la tasa de inversión.
Esto es lo que provoca un régimen intervencionista. Esto es lo que generan las políticas anti mercado: aislamiento, la falta de inversión, la migración, la inflación, el desempleo y la pobreza.