La incertidumbre respecto de las futuras medidas económicas está generando malestar en el sector empresario que pide señales para poder tomar acciones hacia futuro. Si bien el horizonte está definido por las elecciones de medio término, los hombres de negocios buscan tener determinadas certidumbres en el corto plazo para comenzar a definir su plan de negocios para 2021.
“Es muy difícil delinear un plan de negocios porque no sabemos que va a pasar con las principales variables económicas, comenzando por la negociación con el FMI”, comentaba un empresario vía telefónica, en oportunidad de intercambiar saludos por la Navidad. “En nuestras cámaras, la principal duda o mejor dicho el principal eje pasa por la negociación con el FMI”, prosiguió.
“Si el gobierno logra refinanciar la deuda con un programa que pueda ser accesible y sustentable, la economía se puede expandir de manera significativa”, argumentó.
Hasta ahora, no hay señales concretas por parte de la Casa Rosada. La impasse de las fiestas no sirvieron para delinear acciones a futuro y las señales de la alianza de gobierno parecen ir en sentido contrario. Por un lado, aprueban un presupuesto bajo la hipótesis de una fuerte reducción de los subsidios económicos.
Concretamente, el presupuesto aprobado contiene proyecciones sobre la base de una actualización de tarifas de gas, luz y transporte, lo cual significa una baja de los subsidios y el traslado a los consumidores de ese mayor costo. Por otro lado, el kirchnerismo sostiene que, si se quieren ganar las elecciones de octubre, habrá que mantener los subsidios y poner más dinero en los bolsillos de la gente. De allí que CFK habla de alinear precios y salarios. No importa si después se le quita igualmente, el dinero del bolsillo de la gente vía impuestos. Sólo interesa que la gente vea que las tarifas no aumentan.
Eso no resuelve el problema. Lo único que hace es postergar la solución y aumentar la tensión sobre las variables económicas. Con un agravante, igual se le quita dinero a la población e igual, más tarde, se van a aumentar las tarifas y las demandas salariales aumentarán.
Seguramente, se hará algún ajuste, después de las elecciones, para descomprimir, pero eso tampoco alcanza a resolver el problema y sólo posterga el problema.
El esquema sólo parece replicar el fracasado modelo instaurado en 1973 por el ex-ministro de Economía, José Ber Gelbard, y que tras varios intentos por descomprimir las variables por parte del mismo Gelbard y de su sucesor Alfredo Gómez Morales, derivó en el nefasto “Rodrigazo” que no fue otra cosa que un sinceramiento de las variables congeladas, incluido el dólar con sus múltiples tipo de cambio.
El modelo de aquel momento siguió con sus congelamientos, y los intentos de Pedro Bonanni, de Antonio Cafiero (el abuelo del actual jefe de Gabinete) y de Emilio Mondelli resultaron estériles por enderezar la economía. El daño era profundo y se llevó por delante de manera arrolladora a miles de pymes y empleos.
Cuando la política hace valer sus caprichos sobre la economía, entonces la economía cruje y se manifiesta, la mayoría de las veces, de manera violenta y traumática como en 1975, apenas 45 años atrás y, sin embargo, la clase política de la Argentina vuelve a repetir sus errores.
No escuché lo mismo de esmpresarios que estuvieron el martes pasado en el programa de Tv del periodista- economista Bercovich, uno era ceo de Toyota que tenían proyectos de inversión para el 2021.-
Jajaja...otro mercenario de radio mitre y clarinete vaticinando un.... RODRIGAZO! NAAAAA...JAJAJA
Estamos gobernados y administrados por delincuentes..