Las cifras de Argentina asustan. Según el “Reporte Diario Vespertino” de la Sala de Situación coronavirus online del Ministerio de Salud de la Nación, del 03 de marzo de 2.021, los muertos por COVID-19 superan la drástica suma de 52.453, en tanto el total de casos confirmados asciende a 2.126.531 personas.
Ahora bien. ¿Cómo evaluar con simples números la eficacia de las estrategias sanitarias implementadas cuando los ciudadanos sabemos de manera conciente, que históricamente los registros, índices, y las curvas estadísticas, han sido manipuladas a conveniencia por el poder político y doblegadas al merchandising propagandístico elegido para cada ocasión?
El “Vacunatorio VIP” tomó por sorpresa a la población tras las “casuales e inocentes declaraciones” de una figura fuerte e influyente del ámbito nacional; el periodista y sospechado doble agente Horacio “El Perro” Verbitsky.
Verbitsky, -quien responde a la vicepresidente Cristina Fernández de Kirchner-, con milimétrica precisión arrojó la bomba que explotaría en el circulo de confianza del presidente Alberto Fernández provocando la salida del ministro de salud Ginés González García, y la entrada de Carla Vizzoti quien sostiene hasta el día de hoy, que jamás existió tal “Vacunatorio VIP”.
Ahora bien, quien no sigue de cerca los acontecimientos y las pujas de poder local podría creer que todo es lo mismo; -un mismo equipo de trabajo y un único gobierno-, pero no es así. El escándalo del “Vacuna Gate” a pesar de que intentó ser desvirtuado y minimizado por el propio presidente de la Nación, dejó al descubierto no sólo el manejo inmoral, ilegal y corrupto de la trouppe de funcionarios y personajes que “mueven los hilos” en los diferentes estamentos, y en particular en el ámbito sanitario que intenta controlar la pandemia de COVID-19, sino que expuso las zancadillas, rivalidades, y las operaciones que despliegan “Cristinistas y Albertistas”, para desplazarse mutuamente y copar cargos y funciones estratégicas.
Lo hasta aquí plasmado puede resultar redundante y trillado ya que trata temas abordados hasta el hartazgo por diversos medios, aunque hay algo que quizás no se ha dicho; “los argentinos sabíamos que lo sucedido era posible e incluso inevitable, pues este escándalo no dista de muchísimos otros que con el tiempo decidimos aceptar y olvidar”, por lo cual sería buen momento para dejar de lado la hipocresía que nos caracteriza y asumir que también somos parte del problema.
Antes de la declaración del primer caso de coronavirus en nuestro país, -detectado el 03 de marzo de 2.020-, mientras mirábamos distantes, escépticos y omnipotentes las noticias internacionales que graficaban los estragos que la enfermedad causaba en Europa y en otros puntos del globo terráqueo, un grupo de médicos e investigadores argentinos asumieron el desafío personal y profesional de anticiparse al virus, poniendo en práctica una droga utilizada hace mas de 30 años en la ciencia veterinaria y médica, no sólo en Argentina sino también en el mundo.
Ivermectina: La experiencia argentina en la lucha contra el COVID-19.
En febrero de 2020 un equipo de profesionales que se hallaban en la primera línea de defensa contra el virus, basados en estudios “in vitro” realizados en Australia desarrollaron dos protocolos con Ivermectina.
El Dr. Héctor Carvallo, -ex coordinador académico del Hospital Zonal General de Agudos Dr. Alberto Antranik Eurnekian, quien fue desplazado del cargo por el trabajo realizado y sus publicaciones sobre la droga- al dar cuenta de las investigaciones que lideró junto al Dr. Roberto Hirsch, -jefe del Departamento Enfermedades Infecciosas del Hospital Francisco Javier Muñiz-, de los cuales uno se encontraba orientado a la prevención y el otro al tratamiento compasivo de enfermos de SARS-Cov-2, manifestó que los resultados al momento de aplicar Ivermectina para combatir el virus “fueron categóricos”.
El Protocolo IDEA como tratamiento terapéutico, -que utiliza Ivermectina en combinación con otros fármacos como Aspirina, Dexametasona y Enoxaparina, según la gravedad del paciente-, demostró en casos moderados y severos de COVID-19 y en comparación con otros grupos que recibieron tratamientos diferentes, que la droga disminuyó la mortalidad de “23 a menos de 3 cada cien pacientes”, en tanto en los cuadros leves la cantidad de personas que requirieron internación bajó de “10% a cero”.
Por otra parte el Protocolo IVER.CAR como método de prevención, -que utiliza Ivermectina y Carragenina-, la efectividad alcanzó el 100%, tomando como parámetro a 1.195 Agentes de la Salud de diferentes hospitales que participaron como voluntarios.
En este contexto y pasado más de un mes luego de la última entrevista, fue consultado nuevamente el Dr. Carvallo.
¿Qué novedades surgieron respecto la Ivermectina?
La misma ha sido aprobada para su uso en la pandemia en las provincias de Corrientes, Jujuy, Salta, Tucumán, Misiones, y la última provincia que se sumó fue La Pampa.
Asimismo muchos médicos y gran parte de la población están utilizando la droga “off label” (fuera de prospecto), en casi todo el país.
Por nuestra parte hemos realizado y publicado un estudio multicéntrico, donde se resumen las experiencias incuestionablemente positivas obtenidas en las provincias de Jujuy (cuyo referente es el Dr. Wilmer Bracho), Salta (Dr. Antonio Salgado), Santa Fe (Dr. Luis Alonso), y Buenos Aires (Dr. Aroldo Del Franco). Junto a estos distinguidos colegas se ha logrado salvar un gigantesco número de vidas.
¿Por qué no participaron del estudio otras provincias e incluso CABA?
Corrientes hizo su propia publicación internacional a través del Dr. Julio Vallejos, lo que le impidió participar de otro estudio en simultáneo. Lo mismo sucedió en Tucumán con la Dra. Rossana Chahla. Pero en ambas provincias los resultados fueron igualmente favorables.
El gobierno provincial de Misiones realizó una compra masiva de Ivermectina luego de los excelentes resultados iniciales, y La Pampa se incorporó hace muy poco tiempo por lo cual no hay datos concretos.
En cuanto a CABA, se hizo un estudio retrospectivo de 164 Agentes de la Salud protegidos con Ivermectina en el Hospital Muñiz, y no se detectó un solo contagio en 10 meses por lo cual la eficacia del protocolo fue del 100%.
Por otra parte, en la provincia de Buenos Aires se realizaron ensayos multicéntricos (en las zonas oeste y sur del Gran Buenos Aires), todas igual de exitosas.
Específicamente. ¿En qué consisten estos estudios multicéntricos que menciona, y a que se refiere cuando dice que todos arrojaron resultados positivos o favorables?
Los resultados se miden en cantidad de contagios para la profilaxis, y cantidad de muertes en los enfermos. Hay un antes y un después con respecto al uso de Ivermectina.
No sólo no se ven contagios, sino que se evitan sinnúmero de internaciones y, -lo más importante-, de muertes.
Iguales resultados se están logrando en Santa Fe y Entre Ríos, a pesar que esas provincias (al igual que Buenos Aires), no autorizaron el uso masivo de Ivermectina.
Manifestó con anterioridad que su equipo fue el primero en Argentina en realizar pruebas y desarrollar protocolos para el COVID-19 utilizando Ivermectina, y en presentar las investigaciones ante organismos de salud locales e internacionales. ¿Qué respuestas obtuvieron de todos ellos y en especial de la ANMAT?
Esas son las novedades que no llegan, a pesar de las acciones de amparo y denuncias penales que impulsamos por negligencia criminal.
ANMAT sigue aprobando medicamentos y tratamientos que no se aplican en países del primer mundo que se caracterizan por su alta vigilancia epidemiológica, que no tienen ni la vigésima parte de la evidencia científica que se ha demostrado con la Ivermectina, pero aún así no la aprueban. Teníamos la esperanza que con la pandemia la ANMAT iba a demostrar un poco de altura en su cometido, y que al menos una vez en 100 años actuaría conforme a las circunstancias, pero fuimos demasiado optimistas.
¿Qué opinión le merecen los programas periodísticos como C5N, Página 12, Animales Sueltos, entre otros, que a finales de 2020 generaron expectativas sobre la aprobación de la Ivermectina, y en cambio hoy se dedican a desprestigiarla?
Creo que este tema no merece opinión alguna, ya que toda la sociedad sabe que son muy pocos los medios y los periodistas que trabajan y comunican de manera independiente, sin condicionamientos. Además la censura no se limita únicamente a los medios dependientes de la pauta oficial, sino que también se observa en las redes sociales. No quiero parecer conspiranoico, pero hay una evidente intención de boicotear los resultados favorables de las medicaciones baratas (la Ivermectina y otras).
Pero son medios de alcance masivo, y hoy en día no se puede desconocer la incidencia de la prensa en la opinión pública, y menos aún la influencia que ejercen sobre las decisiones gubernamentales.
Puede ser, pero se trata de gente minúscula. Seguramente tendrán seguidores a los que logran convencer, ya que como bien lo ha expresado Connan Doyle “un tonto siempre encontrará alguien más tonto que lo escuche”.
Para que sus relatos fueran difundidos se han valido necesariamente de “ex periodistas deportivos” devenidos ahora en infectólogos, pero no creo que merezca la pena ocuparse de ellos. Científicamente hablando no existen, y sólo han sabido “colarse en la fila” de las vacunaciones.
¿Desde que comenzaron a utilizarse los protocolos con Ivermectina, se sumaron otros colaboradores?
En Argentina trabajamos con los investigadores antes mencionados. En el extranjero, con el Front Line Covid Critical Care Alliance (FLCCC) de EEUU, Medincell de Francia, Marinomed Biotech AG de Austria, y el Panel BIRD del Reino Unido.
Debe aclararse que en todos los casos no existe motivación pecuniaria, sino fines investigativos para lograr el reconocimiento y la implementación de la Ivermectina como tratamiento preventivo y terapéutico del COVID-19.
¿Tomó conocimiento de Organizaciones Sindicales que nuclean a médicos de cabecera de PAMI, que comenzaron a utilizar el Protocolo IVER.CAR aplicando Ivermectina y Carragenina a sus afiliados?
Entiendo que el gremio de APPAMIA está llevando adelante un ensayo de profilaxis para sus afiliados (no para los pacientes), porque solicitaron nuestros protocolos. Los mismos no son secretos, y por tal motivo se los enviamos a sus autoridades alrededor de noviembre de 2.020.
Algunos periodistas criticaron que las conferencias que realizaron fueron patrocinadas por la industria farmacéutica.
Nuestros webinars los montaron los laboratorios Panalab y Cassará, que son las dos empresas que donaron miles de muestras gratis para que podamos realizar los ensayos, y aunque creo haberlo aclarado oportunamente, reitero que todos los webinars se impartieron de forma gratuita.
Como siempre se hizo en medicina los congresos, simposios, jornadas, etc., son patrocinados por los laboratorios, ya que sería imposible para los profesionales afrontar semejantes costos. Quienes dicen desconocer esto son ignorantes o mienten.
Lo importante en toda esta cuestión es que no haya sesgos en la información brindada y que los laboratorios no impongan las agendas ni los contenidos.
En conclusión, no debe suceder jamás lo que si está sucediendo con muchos otros que se dedican a denostar sistemáticamente a la Ivermectina y a calumniar a los médicos e investigadores que promueven honestamente y con fines altruistas la droga. Estos personajes pertenecen a organismos gubernamentales y medios de prensa afines “patrocinados por importantes laboratorios” que no producen Ivermectina, pero si en cambio “otros medicamentos muchísimos mas costosos” que además, no brindan garantías respecto los efectos que podrían provocar a corto, mediano y largo plazo.
¿Cambió su postura sobre las vacunas contra el SARS-Cov-2, y en particular sobre la Sputnik V aplicada en Argentina?
No puedo emitir demasiada opinión sobre algo que se ha usado tan escasamente, cuya información científica es incompleta, y tal parece “cambia día a día”.
Parece pesimista con respecto a la eficacia de las vacunas.
Por el contrario, les deseo a todas el mayor de los éxitos, pero los resultados recién se verán con suerte en 2.022.
“Aquí y ahora”, -como dijo el Director Nacional de ANMAT el Dr. Manuel Rodolfo Limeres-, “lo único que funciona es la Ivermectina”. Lástima que luego de esta afirmación olvidó sus palabras o se arrepintió, -aunque las mismas quedaron grabadas-.
¿Cuáles son sus expectativas respecto a la Ivermectina?
Espero que la aprobación de la Ivermectina llegue antes del inicio de la segunda ola de la pandemia, ya que se prevé azotará nuestro país en el mes de abril (de 2.021). Con tan poca población vacunada, -entre los que se encuentran un tercio del personal de salud, y los políticos oficialistas nacionales, provinciales y municipales-, el 90% de la ciudadanía continuará indefensa.
Finalmente. ¿Por qué no se aprueba la Ivermectina?
Porque no le deja rédito a nadie, no genera vueltos, no se puede hacer discrecionalidad partidista con ella, y nadie puede ganar unas elecciones aplicándola, ni comprarse un yate con sus dividendos.
Luego de fuertes presiones y la resistencia de diferentes sectores, en 2.021 dieron comienzo las clases presenciales en la República Argentina. Aún con la vigencia de estrictos protocolos el Ministerio de Educación de CABA informó que en la primera semana de dictado debieron aislarse preventivamente 45 “burbujas escolares” por contacto estrecho, y otras 43 por contagios confirmados de coronavirus. Por otra parte no hay informes precisos de otros distritos.
El ingreso de vacunas al país se produce a cuenta gotas, y las campañas de inmunización han alcanzado solamente al 1,0% de la población de todo el territorio nacional, que según el último censo del año 2.010 realizado por el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INDEC) ascendería a 40.117.096 de habitantes.
Las diferentes presentaciones para que se autorice el uso de la Ivermectina en protocolos preventivos y compasivos contra el COVID-19, se encuentran “literalmente cajoneadas” por la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT), y los Ministerios de Salud de la Nación, de la provincia de Buenos Aires, y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, en tanto otros tratamientos de eficacia dudosa que requieren erogaciones siderales como el Suero Equino Hiperinmune (SEI), son aprobados de manera “express”.
Se aguarda también por otra parte la resolución de diferentes acciones de amparo colectivo, cuyo objeto principal es simplemente compeler a los organismos de salud competentes para que autoricen el uso de la Ivermectina. Ejemplo de esto es el recurso interpuesto ante el Tribunal de Trabajo Nº 2 de Mar del Plata por el Dr. Julio Mario Razona, en los Autos “Razona, Julio c/ Ministerio de Salud de la Provincia de Buenos Aires s/Amparo” el cual se encuentra en “etapa de prueba”, mientras se acumulan los muertos en los hospitales y las morgues a causa del virus.
Misma suerte corre la denuncia penal por “Averiguación de Posible Delito de Acción Pública” de fecha 9 de enero de 2.021, radicada por Jorge Walter Gil en la UFI Nº 3 de Tandil, con la cual se pretende establecer responsabilidades criminales de las autoridades sanitarias, -como en el caso de la ANMAT-, cuyos objetivos del organismo son “el registro, la fiscalización, el control y la vigilancia de medicamentos, alimentos y material de tecnología médica cuya finalidad es garantizar a la población la eficacia (cumplimiento del objetivo nutricional, terapéutico o de diagnóstico y tratamiento), seguridad y calidad de los productos que la misma consume.”
La historia de la medicina y la salud pública esta llena de tristes ejemplos, en los que el conocimiento fundamental se ha pasado por alto durante un tiempo insoportablemente largo.
A mediados del siglo XIX el médico cirujano y obstetra húngaro Ignaz Philipp Semmelweis, demostró luego de grandes esfuerzos y búsquedas, que existía una “materia cadavérica” que era transportada por las manos de los médicos y estudiantes que tenían a su cargo la atención de las madres en trabajo de parto, lo cual generaba en ellas un enfermedad fatal; la “Fiebre Puerperal”.
Sus observaciones inicialmente no tuvieron eco y por sostenerlas fue amenazado, ya que sus superiores y pares sostenían que no era posible que se culpara a los propios médicos de las muertes, ya que constituía una grave afrenta al sistema de salud y a quienes lo integraban. El propio jefe de Obstetricia estuvo en contra de Él, y prohibió la medida sanitaria propuesta relevándolo del cargo.
Lleno de amargura Semmelweis dejó la clínica, y asumió la cátedra de Obstetricia Teórica y Práctica en la Universidad de Pest en Hungría, logrando aplicar su método y demostrar, que el mismo reducía notoriamente la tasa de mortalidad.
La medida implementada por el Dr. Ignaz Philipp Semmelweis, defendida hasta las últimas consecuencias, era el “Lavado de Manos”.
¿La Ivermectina es la droga que nos permitirá salir de una de las peores pandemias, y crisis sanitaria a nivel mundial?
Es imperante que la coherencia y el bien común primen por encima de los intereses espurios y corporativos, para que el rechazo infundado de la Ivermectina en la lucha contra el COVID-19, no pase a la historia como “otro triste ejemplo” de la ignorancia, desidia y corrupción, de quienes deben velar por la salud y el bienestar de la población, y no obstante ello “se lavan las manos”.