Continuando la semblanza de candidatos a intendente, en especial los que ahora se abrazan con el kirchnerismo -tal como hiciéramos en una nota anterior titulada “Candidaturas bonaerenses-Las peleas en los feudos del sur”- o, como en este caso, los que están en ejercicio de su cargo, nos ocuparemos ahora del titular de la intendencia de Las Heras, capital del Departamento homónimo, en la provincia de Mendoza. Se trata de una ciudad de unos 38.000 habitantes, ubicada al norte de la provincia y limitando al sur con la ciudad capital, con la que conforma parte del llamado Gran Mendoza.
Su intendente, Pedro Rubén Miranda, no goza precisamente en la actualidad de las simpatías de buena parte de los pobladores de Las Heras, que en una reciente carta abierta le marcan no pocos puntos desfavorables de su gestión, y que repasaremos a continuación.
Se le dice, por ejemplo, que hace varios meses se dedicó a hacer pintar las paredes de Las Heras asociándose al equipo del presidente Kirchner con el objeto de “sacar votos” para su reelección, aunque “si fuera por lo que hiciste en tu Departamento, no te votan ni los perros, porque hoy Las Heras está igual o peor que cuando asumiste”, comienza la aludida carta abierta. En tal sentido se le adjudican “los mismos problemas de miseria, de falta de ayuda estatal, de escuelas inseguras, de negociados sucios con los poderosos, mientras la gente, la que te votó, sigue esperando alguna mano que les ayude a dejar la pobreza crónica”.
A Miranda se le imputa el hecho de que, apenas asumió, gastó una fortuna en cambiar el color de los vehículos municipales y en hacer pintar la leyenda “Puro futuro”, cuando el departamento se ha convertido en el basural del resto del Gran Mendoza. No sólo hizo cambiar los colores de esos vehículos, sino que en los mismos comenzaron los viajes de los funcionarios y los gastos en viáticos. A la vez, aumentaron la cantidad de “amigas” e “hijas de amigas” acomodadas en la Municipalidad, por lo cual cualquiera que ande por sus pasillos encontrará “centenares de mujeres que no hacen nada de nada”, prosiguen las acusaciones.
También se le señala a Miranda que no concretó ninguna obra importante para cambiar la realidad de los pobladores, mientras “a las villas del Departamento no llega ninguna ayuda, los niños pobres van a la capital a mendigar y los jóvenes sólo tienen como destino la droga y el delito”. Se le exige además que explique a la gente “por qué no se continuaron las obras de pavimentación que le cambiarían la cara a nuestro Departamento; por qué no se continuaron las obras de iluminación que mejorarían la seguridad; por qué no se extendió la presencia policial a los barrios más conflictivos; y por qué no se exigió que siguiera entrando la policía y las ambulancias en ‘zonas liberadas’, en donde los buenos ciudadanos son rehenes de las mafias de la droga, mientras otros intendentes mejoran su Departamento trabajando en serio, como estadistas, haciendo lo que corresponde para devolverle a sus contribuyentes el dinero que pagan en impuestos, con obras concretas”.
También contra el medio ambiente
En lo que respecta al tema ambiental, parece ser que el intendente Miranda también tiene sus intereses propios, que no contemplan precisamente esta cuestión. En tal sentido, en la citada carta abierta se le acusa de haber tendido líneas hace un tiempo con el vecino gobernador sanjuanino, José Luis Gioja –de quien nos hemos ocupado algunas veces en relación a su malsana obsesión por la minería contaminante-, con el objeto de llevar a cabo “una extraña asociación entre Las Heras y los departamentos del sur de San Juan, para entregarles ‘en bandeja’ a las grandes compañías mineras toda esa zona cordillerana y que se llevaran gratis el oro y la plata, a cambio de dejarnos sin agua y bañados en cianuro”.
De allí que se le exija a Miranda una explicación acerca de por qué sigue apoyando a las grandes compañías mineras internacionales y diciendo “que nuestro Departamento debe defender la minería, sin aclarar el daño que nos harán y sin ponerse a la cabeza de la defensa de nuestros recursos, como lo están haciendo valientemente otros departamentos de la provincia, como Alvear, San Carlos, Tunuyán, Tupungato y otros”.
Los cansados pobladores de Las Heras que emiten la carta abierta al intendente Miranda se refieren además a sus negociados con los hermanos Vila –que tienen intereses, entre otros objetivos, en el diario mendocino “Uno”, en el canal televisivo América 2 y en otros canales de Mendoza y San Juan-, a quienes les autorizó la construcción de un importante edificio en Dalvian, un barrio privado de lujosas residencias tipo chalet al cual, para accionar la barrera electrónica que permite el acceso de los usuarios, se necesita un control remoto cuyo valor mínimo es de cien pesos.
Por último, sostienen que no hay ningún proyecto de Miranda en la Legislatura para que Las Heras deje de recibir los residuos cloacales y para que deje de quemar los residuos tóxicos que le llegan desde el Gran Mendoza.
Hasta aquí, otra semblanza de un intendente “K” que, salteándose las necesidades del Departamento que administra –al nivel de todo “K” que se precie- ya comenzó su campaña por sostenerse en el cargo.
Aunque a la luz de las reacciones que viene teniendo la gente en tantos puntos del país, incluida la ciudad de Buenos Aires, parece hoy en día un objetivo muy difícil de concretar.
Carlos Machado