Con su decisión de abrir el juego en las negociaciones con laboratorios extranjeros para la compra de vacunas contra el coronavirus, el Gobierno liberó el camino para que Horacio Rodríguez Larreta intente consolidar y expandir su proyección nacional, pensando en sus aspiraciones de competir por la Presidencia de la Nación en 2023.
El alcalde porteño, el dirigente con mejor diferencial de imagen del país según recientes encuestas, buscará aprovechar la oportunidad que le concedió la Casa Rosada de gestionar por su cuenta la adquisición de dosis para combatir el avance de la pandemia de Covid-19, aunque en la Ciudad admiten que se trata de una misión compleja y probablemente de mediano plazo.
De cualquier manera, el Balcarce 50 dejaron entreabierta la puerta para que Rodríguez Larreta pueda avanzar en su intención de mostrarse como un líder político capaz de trascender los límites de la avenida General Paz, con vistas a las elecciones generales previstas para dentro de dos años.
"Siempre está bien que se ocupen y colaboren", sostuvo este sábado el jefe de Gabinete de la Nación, Santiago Cafiero, en referencia a los planes de la Ciudad de Buenos Aires de negociar la compra de vacunas con laboratorios internacionales como Pfizer, Moderna y Johnson & Johnson.
El propio Cafiero sostuvo días atrás que las jurisdicciones provinciales o comunales "nunca" tuvieron prohibido gestionar con fabricantes extranjeros la adquisición de dosis contra el coronavirus, lo que fue interpretado por la oposición como un "cambio de estrategia" del Gobierno.
Hasta el momento, el Estado nacional se venía encargando de llevar adelante negociaciones con laboratorios y países como Rusia o China por la compra de vacunas y esta ventana de oportunidad para que otros distritos se involucren en el negocio podría desencadenar finalmente el ingreso a la Argentina por intermedio de la Ciudad de los fármacos de Pfizer, una empresa duramente cuestionada por el Frente de Todos.
En este sentido, trascendió que en el kirchnerismo temen que Rodríguez Larreta logre en un mediano plazo conseguir esas dosis, o bien vacunas de otras compañías de origen estadounidense, lo que podría ocasionar un golpe de escena significativo en medio de la campaña electoral de 2023.
El alcalde porteño necesita fortalecer y expandir su proyección nacional de cara a los comicios de ese año, y este contexto de pandemia podría ofrecerle una ocasión para conseguirlo, al tiempo que se desgasta la imagen de Alberto Fernández y los niveles de desaprobación de su gestión se ubican en el punto más alto desde que comenzó su labor como presidente.
La sombra de Macri
De todos modos, Rodríguez Larreta aún debe lidiar con la pandemia de Covid-19 como jefe de Gobierno porteño, sobreponerse a las aspiraciones presidenciales de otros dirigentes de Juntos por el Cambio (JxC) y despegarse de la sombra del ex mandatario Mauricio Macri antes de lanzarse definitivamente a la carrera por la Primera Magistratura nacional.
Incluso en JxC, según pudo averiguar NA, existen aquellos que creen que podría terminar devorado por la "grieta" cuando se inicie la campaña electoral de 2023, además de endilgarle cierta "falta de carácter" para confrontar con el Gobierno central, más allá de haber radicalizado su discurso recientemente, y para desmarcarse del líder del PRO.
Mientras tanto, la Casa Rosada negocia con la principal fuerza de oposición una postergación de las elecciones legislativas previstas para este año y también de las PASO, con motivo de la emergencia sanitaria por la que transita el país y en medio de la segunda ola de la pandemia de coronavirus.
Al Gobierno claramente le conviene posponer la convocatoria a las urnas en su intento por "ganar tiempo" para conseguir más vacunas, mientras cruza los dedos esperando que la incipiente recuperación de la actividad económica no resulte tan damnificada por el rebrote de la epidemia de Covid-19.
En este sentido, las recientes restricciones que dispuso la Casa Rosada en pos de contener el avance de la enfermedad en el país tensó la relación del oficialismo con el sector más duro del macrismo, encabezado por la presidenta del PRO, Patricia Bullrich, en medio de la discusión acerca de una probable postergación de los comicios de 2021.
El Gobierno, sin embargo, decidió tomar medidas -que incluso podrían tornarse más estrictas en el corto plazo- a partir de una disparada en el número de contagios diarios por coronavirus, a sabiendas de que la segunda ola significa una clara amenaza para sus aspiraciones electorales de este año.
A propósito, una ralentización de la recuperación económica generaría un impacto en la recaudación impositiva para la gestión de Fernández y reactivaría la necesidad de los sectores más postergados de la población de recibir una mayor asistencia estatal, lo que podría redundar en un aumento de la emisión monetaria y en niveles de inflación incluso en alza.
El próximo jueves, justamente, se conocerá el dato oficial sobre el incremento del costo de vida en marzo pasado: según estimaciones privadas, la suba rondaría el 3,8 o 4 por ciento, para completar el primer trimestre en el orden del 12%, lo que claramente complicaría las pretensiones del Gobierno de reducir la inflación al 29% anual en 2021.
Pese a este contexto desfavorable, encuestas en la provincia de Buenos Aires específicamente aún muestran números alentadores para el gobierno de Fernández, con un nutrido grupo de potenciales votantes que se expresan en favor de concederle una "segunda oportunidad" al jefe de Estado, después de haber liderado la cruzada contra la pandemia de coronavirus desde marzo del año pasado.