“¿Y vos para que querés ser presidente con este quilombo?”. La pregunta pudo enmudecer al interlocutor. Felipe Solá, hombre de larga trayectoria, escuchaba a Cristina Kirchner.
Corría septiembre de 2018. El “quilombo” de aquel entonces semeja un pormenor comparado a los días que corren. Alberto Fernández, testigo presencial, debió recordar la escena más de una vez.
Aquella frase suena a resumen epigramático del presente. A antesala y futuro del Gobierno del Frente de Todos. En El peronismo de Cristina Diego Genoud nos invita a recorrer esa antesala. A transitar un pasado inmediato que se funde, ya en las últimas páginas, con el presente que caminamos o habitamos encerrados en nuestras casas.
Editado hace escasas semanas por Siglo XXI, el libro radiografía un experimento: el del Frente de Todos, sucesor dialéctico y moderado del viejo cristinismo. Alianza forjada, a fuerza de necesidad, entre el último kirchnerismo y aquel extenso conglomerado peronista que apostó a dejarlo atrás.
En una narración que son muchas, el autor nos convida diversas trayectorias, hechas de retazos de fracasos, de incapacidades e impotencias. Una postal política de una Argentina sembrada de grietas que no se presentan necesariamente infranqueables.
Muy gracioso. ¿Dice alto el libro de que el peronismo va a tener que remarla como la gran puta para reencontrarse con su partido? ¿habla de cómo masita contribuyó a entregar a los votantes peronistas para conseguir su puestito y el de su mujer? ¿Dice algo de cómo el riojano negoció con la reina para que lo protegiera en la justicia? No lo creo, pero seguramente mencionarán al cabezón o al abuelito del jefe de gabinete que lucharon como el títere para dejar a la argentina de pie definitivamente. Pobres, no les alcanzaron 50 años, ese fue su problema.