Ayrton Sancho nunca pensó que funcionaría, pero, perdido por perdido, siguió al pie de la letra la estrategia de su abogado: dijo que necesitaba salir de la prisión para ocuparse de sus hijos pequeños. Y eso le funcionó porque, como publicó el portal Encripdata, con una pulsera electrónica mediante, volvió a su casa el 3 de septiembre de 2020. Este 28 de julio, 328 días después, Ayrton regresó, pero a la cárcel: ese miércoles lo atraparon a él y a otro joven.
Los policías que arrestaron a Sancho y a su cómplice les secuestraron armas y 60 kilos de marihuana en su poder.
Ayrton ahora deberá defenderse no en una sino en dos causas. La jueza federal de San Isidro Sandra Arroyo Salgado elevó hace rato la primera a juicio a oral por formar parte de la organización de su papá Gustavo Sancho para triangular grandes cargamentos de cocaína entre Bolivia, Paraguay y Argentina y lavar las ganancias en empresas de San Martín y otros puntos del Gran Buenos Aires.
Para ese juicio, sin embargo, todavía no hay fecha cierta: el Tribunal Oral Federal (TOF) 2 San Martín posterga sistemáticamente el comienzo del debate porque considera prioritario otros. Por eso nadie cree que pueda empezar el 9 de agosto, como estableció en la última resolución.
En el banquillo de los acusados, en algún momento, cuando lo dispongan los jueces del tribunal, Ayrton estará sentado junto con su papá, sus hermanos Alan y Franco y los socios de la banda, Gustavo Rodríguez y Pablo Calandria.
En una causa paralela, Diego Xavier Guastini, «arrepentido» del narcotráfico internacional, declaró que Sancho había vuelto al negocio de las drogas desde la prisión a partir de que Ayrton y sus hermanos recibieron el beneficio para regresar a sus casas con monitoreo a través de una tobillera electrónica.
En el medio, un sicario, apoyado por una moto y dos autos, mató a Guastini de tres disparos el 28 de octubre de 2019 a la vuelta de la Municipalidad de Quilmes. Los detectives de la Policía Federal (PFA) arrestaron el 24 de junio de este año a Marcelo Fabián Padovani, alias «Pelado», por ser el conductor del Ford Kinetic que ayudó al sicario a escapar. Pero el detenido, el único del caso, no abrió la boca. Todavía.
Guastini, financista, traficante e informante de la Agencia Federal de Inteligencia (AFI) y la Policía Bonaerense, manejaba buena información: el clan Sancho nunca dejó de operar. Ni siquiera con sus miembros presos. La caída de Ayrton lo confirma.
Habrán aprendido la estrategia de alguien más?? Este se olvidó de hacer cursos...seguro que los hace mientras espera el juicio...Después de todo, la justicia debe ser igual para todos, no? Y si a Boudou le resultó...Lo raro es que no haya sido el común.