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Pérez Corradi, a horas de quedar en libertad (festeja Aníbal)

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Estados Unidos canceló su extradición por tráfico de oxicodona
Estados Unidos canceló su extradición por tráfico de oxicodona

Doce líneas les bastaron a las autoridades de los Estados Unidos para, como pudo saber en exclusiva Encripdata, «retirar formalmente la solicitud de extradición de Ibar Esteban Pérez Corradi en razón de cuestiones procesales» que habían reclamado durante trece años, por lo que la jueza federal de San Isidro Sandra Arroyo Salgado, que había autorizado la entrega del acusado al país requiriente, habilitó su excarcelación para las próximas horas.

 

Estados Unidos reclamó durante trece años la extradición de Pérez Corradi, pero los detectives argentinos no lo entregaron porque primero debían investigar si había tenido algo que ver con el triple crimen de General Rodríguez. La jueza federal María Servini, a cargo del caso desde 2016, le dictó en abril de este año la falta de mérito. Desde entonces, solo pesaba la prisión preventiva para extraditarlo. Ahora, cuando su entrega estaba habilitada, la fiscalía de Maine informó que ya no tenía interés en acusarlo por la vieja causa de tráfico de oxicodona.

Sobre la cabeza de Pérez Corradi, entonces, ya no existen órdenes de prisión preventiva.

Como adelantó Encripdata el 3 de junio de 2021el Tribunal Oral Federal (TOF) 8 porteño le concedió el 23 de abril «la excarcelación en los términos de libertad condicional» al cumplir los dos tercios de los 7 años de prisión impuestos en 2018 en el expediente 17512/2008, que no era otro que la investigación por la «ruta de la efedrina», en el que, como «imputado colaborador», no solo confesó haber traficado 13 mil kilos de efedrina para narcos mexicanos sino que los señaló con nombre y apellido o alias para que la jueza Servini pudiera atraparlos o pedir sus capturas internacionales.

Este tribunal, a cargo de la ejecución de la pena, será el que materializará la excarcelación.

Pérez Corradi seguirá bajo el Programa Nacional de Protección a Imputados y Testigos.

El confeso narcotraficante recibió una segunda sentencia de 2 años y 5 meses de cárcel por intentar traficar 50 kilos de efedrina como si fuera pólvora a través de Internet y una tercera de 2 años y 4 meses por lavado de activos de la «mafia de los medicamentos».

Pérez Corradi cumplió el 19 de junio cinco años bajo prisión preventiva. En ese tiempo, los tribunales porteños en lo Penal Económico (TOPE) 2 y en lo Criminal Federal (TOCF) 5 le dieron por cumplidas las penas de la segunda y tercera sentencia.

Pero, según sus abogados Carlos Broitman y Juan José Ribelli, Pérez Corradi llevó mucho más tiempo en prisión preventiva para ser extraditado a Estados Unidos: desde el 22 de octubre de 2008 hasta el 18 de octubre de 2011, cuando la jueza Arroyo Salgado ordenó el cese de la prisión preventiva al cumplirse tres años en esa situación, «vencimiento del término máximo de tiempo por la que la legislación vigente autorizaba a mantener el estado de prisión preventiva», y desde el 19 de junio de 2016 en adelante.

Siempre según los letrados, la investigación en contra de su cliente en Estados Unidos serviría como prueba para demostrar que no tuvo relación con el triple crimen: las autoridades de la DEA le informaron el 4 de junio de 2007 a sus pares de la Policía Federal (PFA) que el 20 de abril sus agentes en Portland, Maine, habían arrestado a un vendedor con 1800 pastillas de oxicodona. El detenido «entregó» a su proveedor y éste señaló a su contacto en la Argentina, un tal «Roberto», que no era otro que Pérez Corradi.

Broitman advirtió que los detectives locales que le «pincharon» los teléfonos a Pérez Corradi por esas maniobras nunca consiguieron, en esas conversaciones, información que lo comprometiera con las ejecuciones de Sebastián Forza, Damián Ferrón y Leopoldo Bina.

Al dictarle la falta de mérito a Pérez Corradi, la jueza Servini estableció otra teoría: el mexicano Rodrigo Pozas Iturbe, jefe de la célula para la que trabajaba Bina, sintió la triple traición de Forza, Ferrón y Bina por querer cambiar el precio del kilo de pesos a dólares durante la reunión del 25 de julio de 2008 en Pilar, el envío del 29 de julio por parte de Bina de 60,25 kilos de efedrina rebajados en un 33% con azúcar a sus espaldas y hasta pretender hacer negocios en agosto con otra célula, la del mexicano Juan Jesús Martínez Espinoza, rival a la suya.

En esa secuencia, Pérez Corradi viajó el 26 de julio a México, es decir, pocas horas después de la pelea entre Pozas Iturbe y Forza, Ferrón y Bina, y regresó a la Argentina el 10 de agosto, o sea, tres días antes de que la banda integrada entre otros por los Lanatta y los Schillaci plantara los cuerpos. Es cierto: Pérez Corradi trianguló llamadas con Martín Lanatta, pero el teléfono de la tercera en esa maniobra, Marina Goicoechea, siempre impactó en la antena que cubría la oficina de la Sedronar, a la que iba para habilitar a Elvesta SA, de Pérez Corradi y Lanatta, para importar efedrina.

Los ejecutores del triple crimen lo planificaron al menos una semana antes: Lanatta activó el 1 de agosto de 2008 un Nextel a nombre de otra persona para hablar con Forza. Así, mientras lo engañaba con la promesa de entregarle efedrina para que con Ferrón y Bina se la revendieran a Martínez Espinoza, también mantuvo al tanto por otro teléfono a Pérez Corradi, ya en México, sobre las gestiones de Goicoechea en la Sedronar.

Sin embargo, el 11 de agosto, cuando Forza, Ferrón y Bina llevaban tres días desaparecidos, el jefe de la Comisaría 50 José Fernando Gabela le adelantó a Diego Ferrón con la seguridad de quien está a punto de resolver un caso que «todo fue obra de Pérez Corradi».

Solange Bellone, esposa de Forza, fue la primera que mencionó a Pérez Corradi. Lo hizo el 8 de agosto ante la fiscal Ana María Yacobucci por amenazas. Pero también señaló a los empresarios Marcelo Abasto y Carlos Loureiro y al informante de la DEA Julio César Pose por lo mismo.

Las autoridades le entregaron el 14 de agosto el cuerpo de Bina a su viuda para velarlo. Ya en el cementerio de Flores, el expolicía federal Ricardo Sladkowski, que traficaba efedrina con Pozas Iturbe y Bina, le transmitió a Horacio Bina los datos que le había dado Pose: que Pérez Corradi los «mandó a matar» y que preguntara «quién es Martín Lanatta». El papá de Leopoldo anotó todo eso y más en un papel y luego se lo dio a los detectives.

Los medios no tardaron en publicarlo. En consecuencia, Pérez Corradi se puso el 15 de agosto a disposición de la fiscal.

A la jueza Servini, entonces, le llamó la atención que el policía Gabela apuntara a Pérez Corradi con foto y todo cuando Forza, Ferrón y Bina llevaban tres días desaparecidos. Por eso, la magistrada lo convocó para que declarara como testigo. Pero del comisario Gabela no se sabe nada desde el 21 de febrero de 2017.

Así, aunque continuará siendo investigado por el triple crimen porque la jueza Servini no tiene pruebas suficientes para procesarlo aunque sí indicios sugestivos para no sobreseerlo, de allí la falta de mérito, Pérez Corradi seguirá atado al proceso, pero en libertad.

 

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