En las últimas semanas, la discusión en torno a la deuda pública de la Argentina se transformó en uno de los principales ejes de la campaña electoral.
El ex presidente Mauricio Macri participó del programa “Desde el Llano”, que se emite por la señal de cable TN, donde mostró un gráfico con datos sobre el promedio anual de aumento de la deuda en las últimas gestiones, e indicó: “Cristina Fernández de Kirchner, en su último gobierno [la aumentó] US$ 17.500 millones; el promedio que tomamos nosotros, US$ 12 mil millones; y miren la barbaridad que está pasando hoy, esto es lo que tomó en su primer año el señor Alberto Fernández”. La imagen muestra que durante la actual gestión la deuda aumentó US$ 50.700 millones.
Por su parte, la precandidata a diputada nacional por la Ciudad de Buenos Aires, María Eugenia Vidal (Juntos), dijo: “Alberto Fernández lleva, en este año y medio, un endeudamiento de US$ 30 mil millones. Se está endeudando más rápido por año que Mauricio Macri”. En tanto, la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner sostuvo en un acto en Avellaneda que “en 2015 llegamos con el nivel de endeudamiento más bajo de la historia”.
En esta nota te contamos qué dicen los datos y cómo debe medirse la evolución de la deuda, según los especialistas.
¿Cómo se mide la deuda?
Como se explica en esta nota, la manera más utilizada por los economistas para analizar el comportamiento de la deuda es por medio de su relación con el PBI. En efecto, la Secretaría de Finanzas del Ministerio de Economía de la Nación mide la evolución de la deuda bruta de la administración central -que incluye el endeudamiento con agencias del sector público, el sector privado y organismos multilaterales- y compara estos valores con el PBI del año de referencia.
Sin embargo, otros analistas recomiendan incluir en el análisis a los pasivos remunerados del Banco Central (BCRA), compuestos por los pases pasivos y las Letras de Liquidez (Leliq), operaciones de deuda a corto plazo y en pesos que se realizan con las entidades financieras.
Andrés Borenstein, economista de la consultora Econviews -dirigida por Miguel Kiguel, ex funcionario del Ministerio de Economía durante las Presidencias de Carlos Menem y Fernando De la Rúa- , dijo a Chequeado que “la emisión financia el déficit: en condiciones normales esto sería financiado con deuda. Si bien no queda como deuda del Tesoro, termina siendo deuda del BCRA, que es lo mismo”.
Ramiro Castiñeira, economista jefe de la consultora Econométrica -que dirige el ex secretario de Hacienda durante el alfonsinismo Mario Brodersohn-, coincidió: “Es deuda pública y está bien sumarla”.
Por su parte, Ariel Melamud, economista de la Asociación Argentina de Presupuesto y Administración Financiera Pública (ASAP), señaló a este medio que “cuando se habla de deuda en general, para comparar con otros países, se toma la deuda bruta, no la del BCRA. En términos estrictos, en la base de datos del FMI se compara la deuda que informa la Secretaría de Finanzas”.
Y aclaró que, si bien la deuda bruta y la del BCRA “no son iguales”, esta última también tiene sus riesgos, dado que, al estar relacionada con la emisión monetaria, “lo va a pagar la ciudadanía con más inflación”.
Emilio Nastri, economista de la ASAP y especialista en Crédito Público, indicó que los análisis sobre la deuda deberían separar la deuda bruta de los pasivos del BCRA. “Hay que separarlos porque tienen riesgos e impactos diferentes”, indicó, al tiempo que sostuvo que los pasivos del BCRA “son más manejables -porque están en pesos-, pero impactan en la emisión y en la inflación”.
Los números de Macri
Los datos mostrados por el ex presidente -que luego fueron replicados en redes sociales (ver acá y acá) por dirigentes y precandidatos de Juntos- computan la deuda pública del Gobierno nacional y del Banco Central, e incluyen en la gestión de Fernández de Kirchner deuda generada para pagar juicios del Centro Internacional de Arreglo de Diferencias (CIADI) del Banco Mundial y “deudas del Plan Gas y otros”.
Durante la gestión de Macri (Cambiemos), la deuda del BCRA aumentó en $ 669 mil millones y se ubicó por encima de $ 1 billón. Sin embargo, según explicó a Chequeado Marina Dal Poggetto, directora ejecutiva de la consultora Eco Go, “al final de la gestión de Cambiemos esos pasivos se licuaron a causa de la devaluación”. Es decir que como la deuda se encuentra en pesos, pierde valor frente al aumento del dólar.
En tanto, la deuda bruta de la administración central se incrementó en US$ 73.340 millones. En ese total se incluyen los bonos emitidos por el gobierno de Macri para afrontar fallos del CIADI y deudas generadas por el Plan Gas y el Plan Petróleo Plus, entre otros.
Se trata de un monto cercano a los US$ 7.200 millones, según se desprende de una presentación oficial de 2017 elaborada por el entonces Ministerio de Hacienda de la Nación. Tanto Borenstein como Melamud coincidieron en indicar que es correcto adjudicar esa deuda a la gestión en la que se generó el conflicto. “Las buenas prácticas indican que esos pasivos deben estar informados, porque pueden convertirse en deuda cuando haya una sentencia”, dijo Melamud.
De este modo, si se computa esa suma al período 2011-2015 (segundo mandato de Fernández de Kirchner -Frente para la Victoria-), la deuda bruta durante la gestión Macri se incrementó en US$ 66.150 millones, un promedio anual de US$ 16.500 millones.
Ese monto es superior al registrado en el segundo mandato de Fernández de Kirchner (US$ 12.500 millones), pero -como señaló Vidal- inferior al ritmo actual de endeudamiento: Alberto Fernández (Frente de Todos) incrementó la deuda bruta en US$ 22.200 millones sólo en su primer año, cifra que asciende a US$ 30 mil millones en sus primeros 18 meses de gestión, hasta junio de 2021.
Si a este cálculo se le agregan los pasivos del BCRA -tal como hizo Macri- los números lo favorecen. Durante su gobierno la deuda de la entidad se redujo en dólares a raíz de la devaluación (US$ -21.000 millones), por lo que el incremento de deuda total durante su mandato fue de US$ 45.000 millones, un promedio de US$ 11,2 mil millones al año. La cifra es inferior a la registrada durante 2011-2015 (US$ 17,5 mil millones anuales) y a la actual gestión (US$ 33,6 mil millones), si en ambos casos se suman los pasivos del Central.
Los números de Fernández de Kirchner
Según los registros oficiales, en 2015 la deuda bruta representaba el 52,6% del PBI. No se trata del registro más bajo de la historia, como afirmó la vicepresidenta: previo a la última dictadura militar, los niveles de deuda en relación al PBI eran inferiores al 20%. Incluso la gestión de Carlos Menem, debido a la convertibilidad, logró ratios de deuda por debajo del 40%.
No obstante, la performance de la deuda bruta durante la administración de Fernández de Kirchner, medida en relación al PBI, resultó mejor que la registrada al final del mandato de Macri (88,8%) (esto también ocurre si se considera el ratio deuda/PBI con un tipo de cambio real). Actualmente el endeudamiento continuó su ritmo ascendente, y durante la gestión de Alberto Fernández alcanzó su máximo histórico (US$ 343.000 millones en julio) y superó el 100% del PBI, nivel que no se sobrepasaba desde 2004.
Lo que cambió con el gobierno de Cambiemos respecto al gobierno de Fernández de Kirchner fue la composición de la deuda: aumentó la deuda con los acreedores privados y los organismos internacionales (en estos últimos casos, se trata de deuda más difícil de refinanciar) en mayor proporción a los pasivos con el sector público (como, por ejemplo, la ANSES, el Banco Central o el Banco Nación).
Según datos oficiales, la deuda con organismos multilaterales y bilaterales aumentó del 6% al 20% del PBI entre 2015 y 2019 -debido al préstamos que tomó la Argentina con el Fondo Monetario Internacional (FMI)-, mientras que la deuda con los privados pasó del 12,2% al 32,5% en el mismo periodo. Los pasivos intra-sector público aumentaron, aunque en menor medida, del 30% al 35%.
Si se observa la deuda argentina según el tipo de moneda, los datos del Ministerio de Economía muestran que a fines de 2015 los pasivos en moneda extranjera representaban el 70% del total de la deuda bruta, mientras que a fines de 2019 aumentaron al 78%. Al primer trimestre de 2021, ese porcentaje bajó levemente al 76%.
Fuente: Ministerio de Economía de la Nación.