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HUGO, ESTAS NOMINADO

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POLÉMICA REFORMA CONSTITUCIONAL Y DESCONTENTO GENERAL
POLÉMICA REFORMA CONSTITUCIONAL Y DESCONTENTO GENERAL

    En una reciente nota anterior, titulada “Dólares con canilla libre y descontento militar-El huracán Hugo”, hacíamos referencia al malestar imperante en algunos sectores de las Fuerzas Armadas Venezolanas (FAN) ante las medidas que ha ido tomando el presidente Hugo Chávez respecto de las mismas.
    Señalábamos entonces que en su programa “Aló Presidente”, emitido el domingo 19 de agosto desde un teatro en el que congregó a gran número de personas, entre ellas varios altos oficiales de las FAN, Chávez advertía sobre ciertos mensajes que circulaban en algunos cuarteles “incitando a la rebelión” y llamaba a “estar atentos a esa situación”.
    De hecho, pudimos enterarnos que en los últimos días un grupo de alrededor de veinte oficiales medios y soldados “rebeldes” habrían sido detenidos y conducidos a la sede de la Dirección de Inteligencia Militar (DIM).
    Para ampliar más este panorama de descontento castrense en Venezuela, continuaremos ahora con más detalles.
    En primer lugar, llama la atención el hecho de que Chávez lanzara su proyecto de reforma constitucional tan anticipadamente a lo que él mismo preveía hasta hace poco, es decir presentarlo hacia fines de este año. Lógicamente, ya hay algunas especulaciones por esa súbita urgencia.
    Algunos creen que obedeció a la necesidad de distraer la atención de los medios y la opinión pública sobre sucesivos casos de corrupción, como la que existe en el seno de la petrolera estatal PDVSA y la salida al exterior de maletas cargadas de dólares, cuyo ejemplo se dio con la incautada a comienzos de agosto en el Aeroparque de la Ciudad de Buenos Aires y que motivó ya varios artículos sobre el tema.
    Otros estiman que de un momento a otro se dará la noticia oficial del fallecimiento del líder cubano Fidel Castro –y acentuamos lo de “noticia oficial” pues ya ha muerto hace rato-, por lo cual Hugo Chávez, que en sus delirios se ha autoconstituido en el heredero universal de Castro en Latinoamérica, desea tener lista con prontitud una Constitución que acabará por arrasar en Venezuela con las libertades individuales, ya que tiene muchos puntos en común con la castrista.

 

    También hay quienes sostienen que el apuro obedece a que Chávez ya fue designado por el propio Castro como su sucesor y que tras el conocimiento oficial de su muerte Cuba será anexada a Venezuela, aunque por nuestra parte descartamos esa especulación por fantasiosa e irrealizable, primero por lo que opinarán los cubanos –que con Castro muerto se encontrarán en situación de volver a opinar- y luego porque será muy difícil que Estados Unidos lo permita.
    El caso es que la Asamblea Nacional, ámbito donde fue presentado el nuevo proyecto constitucional -dejando de lado el exhaustivo análisis que corresponde de cada uno de los apartados, lo cual le habría insumido dos o tres meses-, también decidió muy rápidamente aprobarlo en su totalidad y disponer que en diciembre próximo se lleve a cabo el referéndum de rigor para que finalmente la población venezolana se defina por el “sí” o por el “no”, aprobando o rechazando la nueva Carta Magna.
    No son pocos los que opinan sobre una “viveza” de Chávez al estimar que cuando se realice el referéndum muchos estarían de vacaciones y no concurrirían a votar, en especial los que peligrosamente pudieran inclinar la balanza hacia el “no”, mientras el caudillo se asegurará de que sus fieles estén presentes en su totalidad para dar el “sí”.


Poder absoluto y secuestro de la niñez

    Para tener una idea sobre el ideario castro-chavista aplicado a la nueva Constitución que se impondría a los venezolanos, veremos algunos ejemplos.
    En primer lugar, Hugo Chávez pretende eternizarse en el poder. Con otras palabras lo anunció en su disertación dominical al señalar que “el presidente o presidenta de la República puede ser reelegido o reelegida de inmediato para un nuevo período, así de sencillo”, cambiando abruptamente los enunciados que en tal sentido figuraban en la Carta Magna que el propio Chávez había hecho aprobar en 1999 y por los que tendría que entregar el poder en 2012. Este cambio, además de permitir la reelección indefinida, se completa con la propuesta de aumentar el período presidencial de seis a siete años.
    Otro de los artículos de la nueva Constitución bolivariana estipula eliminar la autonomía del Banco Central de Venezuela y que el control de divisas pase a manos del gobierno, con lo que sabemos que eso significa. Así, además de aumentar el poder económico del Estado, se permitiría a los gobiernos tomar el control de activos de empresas privadas aún sin que exista una orden judicial con ese fin.
    Un capítulo que merece ser también muy tenido en cuenta es el que impone, al más rancio estilo de los antiguos regímenes comunistas, el virtual secuestro de la niñez, arrebatándosela a sus padres para ponerla bajo la educación y, obviamente, del  adoctrinamiento del Estado. En base a ello, pasaría éste a ser el dueño de la Patria Potestad que se le quita a los padres. Desde los 3 a los 20 años de edad, los chicos deberán quedar bajo la órbita de los Círculos Infantiles, y sus familias solamente podrán verlos dos días cada mes.                                          
    Este otro ejemplo de los “ideales bolivarianos” está implantado además en tres artículos de la nueva Ley de Educación que Chávez también presentó, junto a su proyecto constitucional, ante la Asamblea Nacional, y que son los siguientes:
    “Artículo 3º: A partir de la vigencia de la presente Ley, la Patria Potestad de las personas menores de 20 años de edad será ejercida por el Estado a través de las personas u organizaciones en que éste delegue facultad.
    “Artículo 4º: Todo menor de edad permanecerá al cuidado de sus padres hasta tanto cumpla la edad de 3 años, pasados los cuales deberá ser confiado para su educación física y mental así como para capacidad cívica, a la Organización de Círculos Infantiles, organismo que por esta Ley queda facultado para disponer la guarda y cuidado de la persona y ejercicio de la Patria Potestad de estos menores.
    “Artículo 5º: La Organización de Círculos Infantiles dictará las predicciones (sic) necesarias para que todo menor de edad comprendido entre los 3 y 10 años permanezca en la Provincia donde residen los padres y procurando que sea tenido en el domicilio de los mismos no menos de dos días al mes, para que no pierda contacto con el núcleo familiar. Pasados los 10 años de edad, todo menor podrá ser asignado para su instrucción cultural y capacitación cívica al lugar que más apropiado sea para ellos, tomando en cuenta los más altos intereses de la Nación”.
    Las reacciones, por supuesto, ya comenzaron a hacerse oir en Venezuela, y presagian momentos nada calmos si se llegara a imponer la nueva Constitución chavista.
    En lo que hace a la quita de la Patria Potestad a los padres para disponer de los niños a su antojo, ya son muchas las voces que circulan en oposición a esa medida, anunciando que la resistirán “a muerte” y que no entregarán sus hijos al Estado.
    En cuanto a los apartados que generan el profundo rechazo de los militares “democráticos”, es decir los que no comulgan con las imposiciones de Hugo Chávez ni con el manoseo que éste ha emprendido con la Fuerza Armada Nacional (FAN) –que pasará a denominarse Fuerza Armada Bolivariana-, nos ocuparemos a continuación.


Cambios bruscos e invasión al sur

   
Para comparar lo que contemplaba hasta el momento uno de los artículos de la Constitución venezolana respecto de los militares, en relación al mismo artículo cambiado por Chávez, vale la pena reproducirlos. Se trata del Artículo 328, que hasta ahora expresa:
    “La Fuerza Armada Nacional constituye una institución esencialmente profesional, sin militancia política, organizada por el Estado para garantizar la independencia y soberanía de la Nación y asegurar la integridad del espacio geográfico, mediante la defensa militar, la cooperación en el mantenimiento del orden interno y la participación activa en el desarrollo nacional, de acuerdo con esta Constitución y la ley. En el cumplimiento de sus funciones, está al servicio exclusivo de la Nación y en ningún caso al de persona o parcialidad política alguna. Sus pilares fundamentales son la disciplina, la obediencia y la subordinación. La Fuerza Armada Nacional está integrada por el Ejército, la Armada, la Aviación y la Guardia Nacional, que funcionan de manera integral dentro del marco de su competencia para el cumplimiento de su misión, con un régimen de seguridad social integral propio, según lo establezcan sus respectivas leyes orgánicas”.
    Por su parte, los cambios propuestos por Chávez han transformado el texto del citado artículo en el siguiente:
    “La Fuerza Armada Bolivariana constituye un cuerpo esencialmente patriótico popular y antiimperialista, organizada por el Estado para garantizar la independencia y soberanía de la Nación, preservarla de cualquier ataque externo o interno y asegurar la integridad del espacio geográfico, mediante el estudio, planificación y ejecución de la doctrina militar bolivariana, la aplicación de los principios de la defensa militar integral y la guerra popular de resistencia, la participación permanente en tareas de mantenimiento de la seguridad ciudadana y conservación del orden interno, así como la participación activa en planes para el desarrollo económico, social, científico y tecnológico de la Nación, de acuerdo con esta Constitución y la Ley.
    En el cumplimiento de su función, estará siempre al servicio del pueblo venezolano en defensa de sus sagrados intereses y en ningún caso al de oligarquía alguna o poder imperial extranjero. Sus pilares fundamentales son esta Constitución y las leyes, así como la disciplina, la obediencia y la subordinación.
    Sus pilares históricos están en el mandato de Bolívar: ‘Libertar a la patria, empuñar la espada en defensa de las garantías sociales y merecer las bendiciones del pueblo’”.
    A su vez, el “nuevo” Artículo 329 remarca que los cuatro componentes de la FAN, es decir el Ejército, la Armada, la Fuerza Aérea y la Guardia Nacional, pasarán a agregar a su nombre las palabras “nacional” y “bolivariano” o “bolivariana” según el caso. Por ejemplo, Ejército Nacional Bolivariano o Armada Nacional Bolivariana.
    Chávez también había dispuesto que la Guardia Nacional se denominara Guardia Territorial, pero al parecer ya sus integrantes le dieron el primer disgusto, pues en una reunión de altos mandos se opusieron a ese cambio de nombre y el presidente tuvo que dar marcha atrás con esa decisión. Todo un síntoma.
    Cabe señalar que el caudillo venezolano ya dispuso además, mediante una orden escrita girada a todas las guarniciones, la obligación para todos los militares de su país de utilizar la frase “Patria, socialismo o muerte” en todos los actos de servicio de la FAN, y a expresarla en sus saludos cotidianos, lo cual generó una gran polémica.
    Lo que evitó aclarar Chávez es la composición y funciones de la Milicia Popular Bolivariana, a la que agrega a las otras fuerzas integrantes de la FAN, señalando únicamente que las unidades y cuerpos de la Reserva Militar se transformarán en unidades de aquella.
    De todos modos podemos imaginar el cometido del nuevo invento chavista de las “milicias populares”, a las que parece dar preeminencia sobre el resto de las fuerzas armadas tradicionales, al tiempo que está impulsando su creación en varios países latinoamericanos, para lo cual le sirve, entre otras cosas -como el aporte de oficiales para “instruir” a esas milicias- el envío de las famosas maletas rellenas de dólares que tanta actualidad han cobrado últimamente.
    En la Argentina existen algunos indicios, por ejemplo, de la presencia de algunos militares venezolanos en zonas del conurbano bonaerense, por ejemplo en asentamientos en los partidos de Lomas de Zamora y La Matanza, cuya finalidad sería la de hacer proselitismo chavista y brindar cierto tipo de “instrucción” a los futuros –o ya organizados- miembros de esas “milicias populares”. Todo ello, claro, en medio de la distracción del jefe del Ejército Argentino, general Roberto Bendini –atornillado en su cargo desde que comenzó la gestión Kirchner en 2003 y protegido de éste-, y bajo la bendición de la ministra de Defensa, Nilda Garré, ex embajadora en Venezuela y una de las valiosas avanzadas de su amigo Hugo Chávez en el territorio nacional.
    Uno de los favores brindados por la ministra Garré al gobierno chavista ha sido, por ejemplo, permitir un importante aumento en el cupo de oficiales venezolanos que, entre otros similares extranjeros, acuden al país para realizar el curso de oficial de Estado Mayor en las aulas militares argentinas. Dichos oficiales no pierden tiempo en hacer gala, delante de sus compañeros locales y de otros países, de su firme ideario chavista y, últimamente ya sin tapujos, de un marxismo practicante.
    Incluso esos oficiales no vacilan en distribuir también entre sus compañeros de curso y profesores un libro titulado “El Código Chávez”, escrito por la discutida periodista venezolano-estadounidense Eva Golinger, una dama de inexistentes recursos éticos e imparcialidad y practicante de un exacerbado ultra-chavismo, quien hace pocas semanas ha delatado a un grupo de más de treinta periodistas independientes de Venezuela como “elementos a sueldo de la CIA”, un infundio que gracias a ello hoy son objeto de persecución por parte del régimen. El libro es obviamente una apología de Hugo Chávez y buena parte se basa en críticas a Estados Unidos como promotor del golpe contra éste en abril de 2002.
    Lo curioso radica en que la primera edición de ese libro se efectuó en Caracas en marzo de 2005, pero la segunda fue realizada en agosto de ese mismo año en Buenos Aires. Impreso en esta oportunidad en los talleres gráficos “La Verdad SRL”, y de distribución gratuita, la obra pro-chavista fue financiada por la filial argentina de la petrolera estatal venezolana PDVSA.
    Por lo visto, las arcas de PDVSA están siempre listas –como surtidor utilizado a su antojo por el gobierno de Chávez- para acudir en sostén de cuanto emprendimiento “bolivariano” ande dando vueltas por Latinoamérica.
    Uno de los últimos acaba de verse en estos días, y fue la donación de 6 millones de dólares para las fuerzas armadas de Bolivia, donde dicho sea de paso ya se registra la presencia de alrededor de un millar de oficiales venezolanos, cuestiones que han generado pedidos de informes de parte de la oposición en el Congreso.
    ¿Compra de los empobrecidos camaradas bolivianos y otro aporte a la instrucción de milicias populares?. Ambas cosas pueden ser posibles. Y esa cuestión se repite, como señalamos anteriormente, en otros países latinoamericanos.
    Por ejemplo, una información del diario paraguayo “ABC Color”, reproducida por el sitio “Notiar”, da cuenta de un plan venezolano para infiltrar Paraguay. El texto merece ser transcripto en su totalidad. Dicho informe expresa:
    “Un plan de infiltración del presidente venezolano Hugo Chávez está en plena ejecución en nuestro país. El operativo abarca el adoctrinamiento ‘bolivariano’ que se promueve en sectores estratégicos como las Fuerzas Armadas, empresas energéticas, sectores estudiantiles y campesinos, hasta reclutamiento de médicos jóvenes que trabajan en áreas rurales.
    “El plan cuenta con 21 páginas y su objetivo es expandir el proyecto hegemónico de Chávez a países con democracias débiles como Bolivia, Ecuador y Paraguay, y competir con imperios como Brasil y Estados Unidos.
    “Conforme el documento, denominado Plan Operativo Anual (POA) 2007, del Ministerio de Relaciones Exteriores de la República Bolivariana de Venezuela, el gobierno de Chávez tiene una estrategia de infiltración en todos los sectores de la sociedad paraguaya para promover ‘las ideas de Bolívar’. El plan tiene detallados los objetivos, operaciones y acciones que deben desarrollar los agentes especiales que actúan desde la base de la embajada bolivariana en Asunción o mediante ‘intercambios’ entre funcionarios del Gobierno, miembros de las Fuerzas Armadas, jueces, fiscales, policías, líderes gremiales, estudiantiles, médicos, docentes populares, dirigentes sin techos, sin tierras y dirigentes políticos de todos los partidos y movimientos sociales.
    “Por supuesto, Chávez no puede descuidar la principal herramienta de propaganda de su plan: la comunicación. En ese sentido, tiene entre sus objetivos a los periodistas, editores, columnistas y directores de los medios de comunicación que deben ‘conocer para difundir las ideas bolivarianas’. Para eso se proyecta el acuerdo entre su canal de televisión Telesur y las televisoras locales para la emisión de programas especiales sobre Venezuela y la revolución que Chávez pretende extender a todas las naciones sudamericanas. La idea no es nueva. También lo hizo la revolución cubana con Fidel Castro.
    “Uno de los sectores más apetecibles para las pretensiones del proyecto propagandístico de Hugo Chávez es el de los jóvenes. Tiene un plan bien definido y en plena ejecución en el Paraguay. No solamente es con los universitarios, conforme al proyecto revelado en el documento Plan Operativo Anual 2007. Los venezolanos tienen sus objetivos puestos también en los estudiantes secundarios, especialmente de los sectores rurales e indígenas. El Ministerio de Relaciones Exteriores de la República Bolivariana pide a sus agentes realizar permanentes talleres informativos con bachilleres de los últimos años para identificar a aquellos que no tienen recursos económicos para seguir sus estudios universitarios.
    “Uno de los objetivos más ambiciosos del Plan Operativo Anual 2007 es el capítulo referente a la promoción de un nuevo régimen de ‘seguridad integral hemisférica’. Se ejecuta bajo el ‘código de unidad local 03118’ y tiene como objetivo principal fortalecer las relaciones entre las Fuerzas Armadas de Venezuela y las Fuerzas Armadas del Paraguay.
    “El plan Chávez para los militares incorpora un capítulo muy llamativo como el del ‘intercambio de información y opinión con representantes de las cuatro Fuerzas Armadas del Paraguay’. Para ello ‘sugieren’ la redacción de un borrador sobre la Fuerza Armada Multinacional Latinoamericana y Caribeña que previamente debe ser analizada por los representantes de nuestro país. También establecen el intercambio de delegaciones académico militares entre ambas instituciones”.
    En suma, ésta es otra muestra bien detallada por el diario paraguayo acerca de las ambiciones de expansión continental de Hugo Chávez y las ofertas que tiene reservadas para sus destinatarios.


Remezones castrenses

    El profundo giro bolivariano que imprimió Hugo Chávez a su política hacia las fuerzas armadas comenzó a poco de que iniciara su primer período presidencial, en 1999. Ello puede observarse en este informe para el diario español “La Vanguardia” realizado por su corresponsal en América Latina, Joaquím Ibarz, en el año 2001:
    “Los comentaristas venezolanos han recordado en estos días un informe reciente de la Dirección de Inteligencia Militar (DIM), atribuido al general de brigada Rafael Martínez Morales, en el que se daban las directrices para promocionar a los oficiales fieles a Chávez y marginar a los que no se identifican con el proyecto ‘revolucionario’. Varios mandos denuncian que ya está en marcha la ‘campaña de catequización bolivariana’ que recomendaba el informe de la DIM. Hay presión para que muchos oficiales se pronuncien acerca de si están con la ‘revolución’ o si están en contra. Al Comando Unificado de las Fuerzas Armadas lo llaman ‘el congelador’ porque allí están siendo enviados todos los generales de las cuatro fuerzas que quedaron sin cargos. Se habla de burocracia desmedida. Direcciones y jefaturas de departamentos son ejercidas por generales, cargos que antes eran ocupados por tenientes coroneles. ‘El Universal’ asegura que se adoptó esa medida ‘para tenerlos vigilados’.
    “La utilización dada a Fuerte Tiuna, el complejo castrense caraqueño, que entre otras dependencias de primer nivel alberga al Ministerio de Defensa y a la Comandancia General de las Fuerzas Armadas, es la muestra del papel que los militares tienen en la mente de Chávez. Ya desde el primer día del nuevo gobierno (3 de febrero de 1999), Fuerte Tiuna se transformó en el escenario para la abierta connivencia entre Chávez, el régimen cubano, la derrotada guerrilla venezolana de los años sesenta y los neocomunistas de reciente cuño. La presencia de Fidel Castro, las fotos de Ernesto Guevara y las consignas antiestadounidenses en el recinto militar, fueron el primer abierto desafío que Chávez hizo al espíritu institucional democrático de los militares venezolanos. La utilización del espacio castrense para satisfacer las inclinaciones pro castristas de Chávez es ya recurrente”.
    Recordamos que esto ya sucedía en el año 2001. No pasó mucho tiempo para que comenzaran los pronunciamientos de varios oficiales superiores, medios y soldados en rechazo a esa política militar de Hugo Chávez. Uno de ellos se generó a poco de ocurrido el golpe de Estado contra Chávez del año 2002, y en tal sentido varios oficiales de la Fuerza Armada Nacional (FAN), argumentaron entre otras cosas que el pueblo no puede obedecer a un gobierno que ha cometido crímenes de lesa humanidad, como el monstruoso caso de Puente Llaguno, aún no resuelto”, ésto en alusión a los disparos contra civiles que en Caracas se aprestaban a cruzar dicho puente y muchos de ellos fueron baleados por un grupo de diez a doce francotiradores pro-chavistas.
    A propósito -según consignó un alto oficial de la propia FAN-, entre ellos se encontraba el ahora teniente coronel José Luis Avilán Díaz, a quien aludimos como el probable “noveno pasajero” en uno de nuestros artículos sobre la famosa maleta llena de dólares que se trató de introducir, el pasado 4 de agosto, en el Aeroparque de la Ciudad de Buenos Aires, y como compañero de promoción de varios actuales funcionarios del gobierno de Hugo Chávez.


Julio César Avilán Díaz  (Foto ingreso Academia Militar)

    En su pronunciamiento, los citados oficiales señalan también su rechazo a “la más brutal corrupción de la cual conocemos solo los más sonados casos, como el del FIEM, el FUS, el Plan Bolívar 2000 y tantos otros en ministerios y gobernaciones adictas al régimen; la penetración y politización de la Fuerza Armada Nacional buscando su liquidación institucional para sustituirla por fuerzas paramilitares como es el caso de los Círculos Bolivarianos; el atropello a periodistas y dueños de medios, con discursos y con atentados directos a equipos e instalaciones físicas, llegando al asesinato de comunicadores sociales; y las amenazas con expropiar infraestructuras físicas de industrias y comercios que no se adhieran a la Revolución Bolivariana”.
    Cabe recordar también que estas últimas amenazas comenzaron a concretarse poco tiempo después de emitidas, y es así como Hugo Chávez ya tiene un pequeño récord en su haber en cuanto a tierras, fábricas y otras propiedades expropiadas.
    El pronunciamiento finalizaba entonces con estas palabras: “Nosotros respaldamos el sentimiento de la mayoría de los habitantes del país, sobre la cual se cierne la amenaza permanente de las milicias armadas del gobierno, con la complicidad del Presidente de la República y de algunas individualidades de la Fuerza Armada Nacional inmersas en un proyecto revolucionario castrista que el país adversa y que es inconstitucional. Todo lo anterior nos obliga como ciudadanos venezolanos y miembros de la Fuerza Armada Nacional, en ejercicio de lo dispuesto en los artículos 350 y 333 de la Constitución, a desconocer el régimen autocrático y deslegitimado de Hugo Chávez Frías, a fin de no convertirnos en cómplices de las violaciones de los derechos humanos, a la libertad, a la democracia y al estado de derecho en Venezuela, so pena de afianzar esta dictadura en el poder, aceptar la impunidad frente a los delitos de lesa humanidad y confiscar nuestro futuro y el de nuestros hijos, y convocamos a la sociedad civil y al pueblo en general a que se declare en desobediencia civil. Dicho lo anterior, anunciamos que nos declaramos en desobediencia legítima y desconocemos el régimen actual”.
    Este pronunciamiento, fechado el 22 de octubre de 2002, llevaba la firma de 14 altos oficiales –en su mayoría generales- de las fuerzas armadas venezolanas. Algunos de ellos se encuentran hoy, por obvias razones, en la clandestinidad.


Otros ejemplos del “ideario bolivariano”

    El tiempo ha ido transcurriendo pero los ánimos antichavistas de los denominados “militares democráticos” y gran parte de la sociedad civil no han decaído. Por el contrario, se han ido reforzando en gran medida. Aquellos reconocen no desear una asonada contra Chávez sino su remoción por métodos legales, y unos y otros se reúnen periódicamente en la Plaza Altamira, de Caracas, para manifestarlo y denunciar además muchos actos de corrupción de militares y funcionarios del gobierno bolivariano.
    Entre ellos figura el decomiso por parte de autoridades norteamericanas, en abril del año 2006, de decenas de miles de dólares, entre los que había varios billetes de 100 falsos, que algunos militares venezolanos pretendían ingresar a su arribo al aeropuerto de Miami sin declararlos en la Aduana –considerado un delito federal con penas que alcanzan a los cinco años de prisión-, y que significó la detención de uno de ellos, Alberto Ramón Soto Camaute, de 32 años, en una cárcel federal, a quien se le retuvo el pasaporte mientras la Fiscalía actuante se abocó a la investigación del origen del dinero.
    Acciones y celeridad que lamentablemente no han tenido su correlato en el caso de la maleta transportada hacia Buenos Aires por Guido Alejandro Antonini Wilson y sus amigos.
    Con pocos días de diferencia ocurrió un incidente similar. Un avión Hércules C-130 de la Fuerza Aérea Venezolana fue retenido durante 12 horas en los hangares de la zona del mismo aeropuerto reservada a vuelos no comerciales, mientras un grupo de agentes aduaneros realizaba un exhaustivo registro de la aeronave. Los seis oficiales de la tripulación se contradijeron al declarar sobre el ingreso ilegal de cerca de 40.000 dólares: mientras unos decían que se trataba de dinero “para una misión oficial” (al parecer un argumento recurrente entre todos los que ingresan dinero de contrabando), otros indicaban que era “para hacer compras”. En este caso no hubo detenidos, aunque obviamente se secuestró el dinero. Un empleado del aeropuerto declaró entonces que las aeronaves militares venezolanas cuentan con un “tratamiento exclusivo” cuando llegan todos los jueves con carga procedente de su país de origen, y que “la mayoría de las veces vuelven a partir sin haberse chequeado la carga que llevan”, aclarando que esta carga suele incluir “desde pámpers, aceite, computadoras, bicicletas y televisores hasta cajas con la etiqueta ‘Ayuda Bolivariana’, además de piezas de aviones y motores”.
    En diciembre de 2004 otro venezolano, el entonces viceministro de Finanzas Jesús Bermúdez,  fue detenido y encausado cuando también trataba de introducir casi 40.000 dólares sin declarar. Y hace poco tiempo quien debió pasar por similares sofocones fue nada menos que el canciller de Venezuela, Nicolás Maduro, quien también portaba una maleta rellena de dólares en las mismas ilegales condiciones, y que fue retenido durante más de 12 horas en el aeropuerto hasta que lograron socorrerlo mediante órdenes emitidas desde Caracas al consulado venezolano, antes de que se desatara un incidente diplomático.
    Por su parte, la esposa de Chávez, Marisabel, y el hermano del caudillo, Adán, adquirieron a fines de 2002, respectivamente, lujosas mansiones en el sur de Florida. La primera, siendo aún primera dama y antes de pelearse con su esposo, compró una modesta casa valuada en 500.000 dólares, mientras Adán Chávez hizo lo mismo, al contado y con su modesto sueldo de entonces como presidente del Instituto de Tierras (algo así como el cargo del piquetero oficialista y pro-chavista argentino Luis D’Elía cuando estuvo al frente de la Comisión de Tierra y Viviendas).
    Otro que hizo sus buenas inversiones en Miami es el general Eugenio Gutiérrez, quien por la misma época que la esposa y el hermano de Hugo Chávez adquirió una casa en 250.000 dólares, ubicada en 114 North West Avenue, en el sector llamado Doral Landing East, aunque esa casa está registrada a nombre de Alfredo Marando. El general Gutiérrez es vecino de uno de los prohombres de la revolución bolivariana, el ex vicepresidente José Vicente Rangel, quien posee una propiedad en el sector denominado Sonoma, en el 11344 de North West 56 Street, aunque en los últimos años esa vivienda figura como rentada a personas ajenas al proceso bolivariano.
    Otros ejemplos de esta acumulación de actos corruptos del gobierno de Hugo Chávez y sus funcionarios, denunciados por los grupos cívico-militares que se reúnen en la Plaza Altamira, radican en señalar la existencia de una “red chavista del narcotráfico”, consistente en el intercambio con la guerrilla colombiana de las FARC, que provee al gobierno bolivariano de droga a cambio de armas, hecho comprobado por fiscales de la ciudad colombiana de Arauca, que llevan en tal sentido un expediente que ya ha acumulado más de 10.000 folios.
    De hecho, ante los cada vez más férreos controles realizados en Colombia, los vuelos de narcotraficantes de la región, que parten de pistas clandestinas, se internan en territorio venezolano sin problemas. Al respecto, la citada Fiscalía colombiana cuenta con información en el sentido de que un individuo conocido como “Manicomio”, ex socio del narcotraficante Didier Ríos, ha operado en el sector una flotilla de avionetas cargadas de cocaína, encabezadas por las naves con matrículas YV1922P, YV2643P e YV1034P, obviamente todas con registro venezolano.
    A la vez, en varias oportunidades el gobierno de Chávez ha llevado a cabo la venta de esa droga para financiar a los “círculos bolivarianos”.
    Con lo cual volvemos a caer en el tema de la traviesa valija de Antonini Wilson y sus amigos, ya que podría deducirse también, en base a la información anterior, el origen y cometido de esos dólares que se pretendieron ingresar solapadamente a la Argentina, donde hace tiempo que existen esos “círculos bolivarianos”, además de “milicias populares” ya formadas o en gestación.
    Las informaciones revelan además la protección del chavismo a presuntos terroristas islámicos, tanto al brindarles refugio en la Isla Margarita o en otras zonas del país como al suministrarles documentación venezolana falsa. Uno de los temas que seguramente nos ocupará otro artículo más adelante.
    Otras denuncias están referidas a la existencia de propiedades de Hugo Chávez en la República Dominicana, país tenido en cuenta por el caudillo, familiares y altos personajes del gobierno ante la eventual contingencia de tener que fugarse de Venezuela, algo también previsto por el avispado gobernante.
    Y para más datos, las denuncias incluyen otra propiedad de Chávez, ésta una mansión en Cuba, donde el presidente tenía preparado su retiro, aunque ahora deberá esperar qué rumbo tomará el gobierno de la isla ante el prácticamente seguro fallecimiento, aún no anunciado, de Fidel Castro. Dicha propiedad habría sido monitoreada por pilotos e informantes cubanos desde la isla caribeña, y ya se contaría con fotografías de la misma.
    Lo que resulta inquietante es la versión, incluida en las denuncias, acerca de que Fidel Castro habría mudado su laboratorio de guerra biológica desde Cuba a Venezuela.
    Esta información, como muchas de las anteriores, están basadas en prolijos trabajos de inteligencia de los militares disidentes venezolanos, con la colaboración de otros agentes y militares que permanecen dentro de las instituciones chavistas sin haberse detectado su disidencia.


Conclusión

    En suma, el rechazo al carácter que ha tomado el gobierno de Hugo Chávez con su giro acentuadamente marxista; la reforma constitucional que impulsa, que de ser puesta en práctica cercenará libertades individuales, de información y de autonomía financiera; el virtual secuestro de los niños de entre 3 y 20 años de edad para ponerlos bajo la órbita “educativa” del Estado; el manoseo a las fuerzas amadas venezolanas, que se ven obligadas incluso a tolerar la supremacía sobre ellas de las “milicias populares” y el control de sus miembros, sean leales o disidentes, por parte de espías cubanos “importados” del G-2 castrista; sumado todo ello a los innumerables y frecuentes casos de corrupción, están haciendo hervir un peligroso caldo de cultivo para que, probablemente a través de una alianza cívico-militar, se inicien en un mediano plazo acciones tendientes a desalojar a Hugo Chávez del poder. En tal caso deberemos esperar que esas acciones no incluyan hechos de sangre, como lo esperan también, al menos hasta ahora, los propios militares disidentes.   
    Son bastante gráficas al respecto las expresiones vertidas en estos días por el coronel Sammy Landaeta Millán, quien expresó, tras reafirmar la existencia de un fuerte descontento en los mandos medios, lo siguiente: “El proyecto de reforma constitucional pre-aprobada por la Asamblea Nacional monocolor, persigue causar una distracción en el país. La intención alevosa del caudillo y la sumisión del Ejército pretenden solapar la actuación soberana del pueblo, y al final se visualizan dos escenarios posibles: totalitarismo o rebelión”.
    Por su parte Hugo Chávez se muestra cada vez más empecinado en constituirse en líder absoluto y emblemático no ya sólo de Venezuela, sino también de la “revolución continental” que se ha empeñado en lanzar por toda América Latina, en algunos casos con la colaboración o aceptación de gobiernos débiles o tan corruptos como el suyo.
    No conforme con su ayuda a la creación y sostenimiento financiero tanto de los “círculos bolivarianos” como de las “milicias populares”, recientemente agregó a ello la idea de abrir en los distintos países de la región locales partidarios de su última invención en el terreno político: el Partido Socialista Unificado de Venezuela (PSUV).
    En tal sentido, acaban de verse y oírse en un programa periodístico de la televisión argentina las declaraciones de Modesto Emilio Guerrero, periodista, escritor y columnista habitual del sitio web oficialista “Aporrea”, quien precisamente se decidió a abrir una filial del PSUV en la Argentina. Justificando su decisión, Guerrero afirmó que las palabras de Chávez lo inspiraron a “sembrar la semilla socialista bolivariana por el sur”, tierras en las que está radicado desde hace casi dos décadas.
    Sin palabras.
    Las palabras, en todo caso, parecen tenerlas exclusivamente Hugo Chávez y los gobernantes que le facilitan todo para que el caudillo haga y deshaga a su antojo en todo país que le abre sus puertas a los proyectos bolivarianos.
    Ya sea por autismo, estupidez... o por un puñado de dólares.

Carlos Machado

 

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