De acuerdo a fuentes venezolanas, se iría confirmando
nuestra información publicada en una de las notas en serie efectuadas sobre el
tema del maletín relleno de dólares que lanzó a la fama a un, hasta ese momento,
ignoto empresario bolivariano llamado Guido Alejandro Antonini Wilson. Se
trata de la negociación que este último decidió emprender con las autoridades
norteamericanas, ya convencido de que sus amigos del gobierno chavista lo
dejaron de lado y de que su estadía en tierras venezolanas sería demasiado
peligrosa, ante lo cual optó por el refugio en el país del Norte que le dan su
pasaporte estadounidense y su doble nacionalidad para “cantar” varios temas muy
interesantes para los oídos de aquellas.
Esto también acaba de ser
confirmado por el periodista caraqueño –habitualmente muy bien informado- Nelson
Bocaranda en su columna “Runrunes”, en el diario “El Universal”, quien también
da cuenta de la presencia de Antonini Wilson ante autoridades norteamericanas
“a título personal, sin ser testigo federal o detenido”, destacando
como novedoso la calificación que esas autoridades le otorgan al considerarlo
“bajo custodia oficial”, en una comunicación enviada
extraoficialmente, desde el pasado domingo, al gobierno argentino y que éste
remitió, a su vez, al venezolano.
Bocaranda menciona además
que las diversas aclaraciones y negaciones iniciales del FBI ante las múltiples
requisitorias de la prensa por conocer si este organismo tenía orden de
detención contra Antonini Wilson, tenían que ver con las características de las
leyes de Estados Unidos, que no pueden comprometer públicamente a un testigo a
ser utilizado en una causa que pueda poner en peligro su vida.
El caso es que, según
sostiene el periodista, precisamente Antonini Wilson ha venido aportando datos
de suma importancia para los tres países involucrados –Argentina, Venezuela y
Estados Unidos-, señalando finalmente: “Las sorpresas arrojan resultados
claros de conexiones y ramificaciones entre la corrupción gubernamental y
el lavado de dinero sucio, bien sea proveniente de los recursos públicos
o del narcotráfico. La ‘lavadora’ no distingue. Suenan funcionarios muy altos
desde los ministerios con más presupuesto, hasta registros y notarías otrora
insignificantes. Peces más gordos que el maletero pueden caer muy pronto. El
azar sigue haciendo sus jugadas” .
Como puede apreciarse, el
“cantar” de Antonini Wilson en Estados Unidos puede estar resultando muy dulce a
los oídos norteamericanos, mientras que a varios funcionarios gubernamentales de
Argentina y Venezuela, comenzando por sus presidentes, en estos momentos debe
estar exacerbando sus problemas gastrointestinales en uno y sus agudas migrañas
en el otro.
¿También el Mercosur?
Otro tema que se le está escapando de las manos a
Hugo Chávez es su deseo de que Venezuela entre al Mercosur. Y ello tiene que ver
también con otra información que publicamos en nuestra reciente nota “Hugo,
estás nominado”, en la que aludíamos a un informe aparecido en el diario
paraguayo “ABC Color” referido a un plan de infiltración chavista en
Paraguay.
Hace pocas horas el titular de la Comisión de
Relaciones Exteriores del Senado de ese país, Alfredo Ratti, reveló que en este
momento “no hay buen ambiente” para la aprobación de la entrada de Venezuela al
Mercosur.
“No hay un buen clima
después de la divulgación de esos supuestos planes de Hugo Chávez sobre el
Paraguay”, dijo Ratti al referirse a la publicación en la prensa local de un
informe confidencial del gobierno venezolano sobre programas de “penetración”
en Sudamérica para influir en Fuerzas Armadas, policiales, funcionarios,
partidos y estudiantes, entre otros sectores. “El clima no es el más
apropiado. Nos llama la atención el afán de Chávez de expandir su ideal
bolivariano”, sostuvo el senador.
Chávez había dicho en julio
pasado que “si en tres meses los parlamentos de Paraguay y Brasil no aprueban
nuestro ingreso al Mercosur, retiraremos la petición para formar parte del
bloque”. Ahora, el próximo paso anunciado por Ratti es llamar a la
embajadora venezolana en Asunción, Nora Uribe, para pedirle explicaciones
acerca de la divulgación del supuesto plan de expansión venezolana en
Sudamérica, específicamente en Paraguay.
Si a estas dudas de
congresistas paraguayos se agregan las que tienen también sus pares brasileños y
el empresariado de este país sobre la aceptación de Venezuela en el Mercosur,
podrá inferirse que el presidente Hugo Chávez deberá ir acostumbrándose a sufrir
derrotas diplomáticas y comerciales a las que su soberbia no estaba
acostumbrada.
Y si, tras cartón, las
confesiones de Antonini Wilson hacen caer la estantería en ambos extremos de
América del Sur, las consecuencias pueden llegar a ser dramáticamente duras para
los gobiernos argentino y venezolano.
Incluso para las ambiciones
de cierta candidata oficialista que, sin “caminar” el país y sin decir nada de
sus planes de gobierno, se muestra hasta ahora muy confiada sólo por creer que
los precedentes cuatro años de gobierno de su esposo constituyen un suficiente
respaldo.
Carlos Machado