Una brillante comedia italiana titulada "Sonno Tornato" (en español: “He Vuelto”) describe el regreso de Mussolini a nuestro tiempo.
Sorprendido, un productor de TV se encuentra a un supuesto imitador de “il duce” en la vía pública y lo lleva a trabajar con él. Los discursos y la particular visión de la realidad que ofrece el nuevo hallazgo mediático, lo transforman rápidamente en un éxito de la pantalla.
Ante la frustración, siempre resulta atractivo alguien que cuestiona el sistema de raíz; sobre todo, si lo hace de modo salvaje.
Conforme avanza la comedia, los seguidores y fanáticos de Mussolini creen que es un actor que interpreta un personaje. Pero, en realidad, es el verdadero.
La aparición televisiva de Javier Milei en los medios de comunicación alineados con Sergio Massa también concitó la atención del público. El fanático economista, sobre la base de agravios, insultos y gritos, supo transformarse en un personaje muy parecido al Musollini de “Sonno Tornato”. Quizá hasta más agresivo y con un discurso diferente sobre el rol del Estado.
Normalmente, las actitudes demenciales de Milei van contra todo aquel que piensa distinto. Porque todo el que no piensa como él es “socialista”. Sus seguidores suelen ir más allá, y todo aquel que no piensa como su líder se transforma automáticamente en “comunista”.
Como pasa en la película italiana, pocos defensores de la democracia republicana se animan a criticarlo abiertamente, no vaya a ser cosa de ofender a sus ruidosos adherentes. Mientras tanto, por otro lado, suelen criticar hechos similares cuando quienes los cometen son Guillermo Moreno o Luis D’Elía. Nadie dice que el humillante maltrato de Milei a una periodista2, en el marco de una conferencia de prensa que tuvo lugar en Salta, fue aún peor que lo actuado por Capitanich, rompiendo el diario Clarín, mientras hacía anuncios oficiales.
En privado, desde ciertos sectores del no peronismo se justifican: “Lo que pasa es que Javier hace un personaje”.
A ellos, a los justificadores de su propio oportunismo, les dedico otro pasaje de la película “Sono Tornato”: una anciana, que había conocido y sufrido a Mussolini, se da cuenta de que el mediático personaje es, en realidad, el verdadero, y estalla en una crisis de nervios. Quienes estaban con ella tratan de calmarla. Le dicen que se trata de un comediante, de alguien que hace reir. Muy sabia, la señora contesta que, al principio, la gente también se reía del verdadero duce.
© Tribuna de Periodistas, todos los derechos reservados