El próximo 17 de septiembre comienza en Venezuela el nuevo año escolar 2007-2008. Y habrá de comenzar en medio del drástico giro impuesto por el presidente Hugo Chávez al sistema educativo del país. Un giro que ya está generando profunda desazón en padres, educadores y responsables de escuelas y colegios públicos, privados y religiosos. Entre aquellos, claro está, que no han caído en el acendrado fanatismo “bolivariano” que el mandatario inculca, cada vez con mayor vehemencia, a muchos de sus gobernados.
El régimen de Chávez aspira a que en todas las instituciones educativas, tanto públicas como privadas, se implante el nuevo sistema pedagógico y político que incluye el trabajo comunitario y cambios en el contenido curricular. Así lo informaron Baltasar Betancourt, director general de Supervisión y Formación del Personal Docente del Ministerio del Poder Popular para la Educación (MPPE), y Providencia Limas, directora de la Unidad Básica Zona Educativa Anzoátegui, en el marco de la Sexta Oleada Nacional de Formación Docente, actividad que reunió a más de 500 educadores de doce estados del país.
Betancourt señaló que “la implementación de la ‘Educación Bolivariana’ como proyecto ideológico, pedagógico y político no puede demorarse más”. Por ello llamó a los docentes, tanto de planteles dependientes del gobierno como a los que ejercen en centros privados, a conocer a fondo la modernización del diseño curricular que exige el jefe del Estado. Indicó también que “en las escuelas se aplican, desde 1980, contenidos educativos que requieren ser modernizados a fin de adecuarlos a los lineamientos del presidente de la República sobre la formación de un nuevo republicano. Este perfil aún no está definido en las aulas y por tanto debe ajustarse a los cambios que vive Venezuela con la revolución bolivariana mediante la incorporación del cooperativismo, el trabajo comunitario y el desmontaje de viejos principios”.
Para finales de este año, el MPPE espera que el 50% de los docentes del país estén preparados para asumir los retos que impone la “Educación Bolivariana”. Al respecto, Providencia Limas aseguró que en la entidad ya han formado a tres mil “facilitadores”, de los cuales 1.982 están trabajando en la formación del llamado “docente bolivariano”.
Claro que surgieron algunas disidencias. Mientras por un lado Carmen Aristimuño, docente de una de las “escuelas bolivarianas”, calificó la jornada como “muy positiva pues da la oportunidad para que los maestros se actualicen y vayan al ritmo de los cambios”, a la educadora de una institución privada, María Jiménez, quien no estaba inscripta en la actividad pero se acercó “para ver los toros detrás de la barrera”, como expresó, le pareció “chocante” la iniciativa. En tal sentido esta docente dijo: “Mientras sigan uniformados de rojo de pies a cabeza (haciendo alusión a las camisas y gorras nuevas y coloradas que llevaban los asistentes) será imposible que el proyecto de Educación Bolivariana cale en el magisterio. Ya sabemos qué y quién está por detrás”.
Trabajando aceleradamente para que el nuevo sistema educativo venezolano se ponga en marcha desde el inicio del nuevo año escolar, Adán Chávez, el hermano del presidente, que ha viajado por diversos cargos en el gobierno y ahora es el ministro de Educación, acaba de disponer una medida relacionada con los textos escolares a ser utilizados por los alumnos. Al respecto afirmó: “Vamos a publicar nuestros propios textos escolares. Son del ministerio y son obligatorios, y están acondicionados al currículum”.
Puede inferirse que ese “acondicionamiento” está íntimamente relacionado a la nueva “educación bolivariana” que impondrá Hugo Chávez a partir del 17 de septiembre.
Esto por un lado. A continuación veremos no sólo como Chávez avanza como una topadora sobre el sistema educativo de Venezuela, sino también algo que causa escalofríos y está originando cada vez mayor resistencia entre la mayoría de padres de familia del país: la apropiación de la niñez por parte del Estado para “reeducarla física y mentalmente”.
“Dejad que los niños vengan a mí”
En una nota reciente titulada “Hugo, estás nominado-Polémica reforma constitucional y descontento general”, anticipamos una parte muy llamativa que Hugo Chávez elaboró con la idea de agregarla a la nueva Ley de Educación que presentó ante la Asamblea Nacional.
Se trata de tres polémicos artículos que, por lo que pudimos averiguar en estas horas, aún no habían sido incluidos en dicha ley por cuanto Chávez pretendía ingresarlos “en puntas de pie”, integrándolos a la misma prácticamente sobre su entrega a la Asamblea, para no generar la ola de repulsa que sabía despertaría su decisión y con la idea de que esos artículos se conocieran al mismo tiempo de haber sido sancionada y publicada la nueva ley. De allí que no habían sido ubicados en principio en su anteproyecto.
Sin embargo, por ese anticipo que publicamos, que ya ha recorrido el mundo a través de Internet, y al trascender de inmediato esos artículos también en Venezuela, la abominable intención del bolivariano respecto del manejo de la educación y la niñez ya es conocida antes de que salga a la luz esa nueva ley educativa. Y también ya comenzaron a levantarse las voces de resistencia a esa y otras medidas incluidas en el proyecto de reforma constitucional chavista.
Creemos válido reproducir nuevamente los tres artículos en cuestión:
“Artículo 3º: A partir de la vigencia de la presente Ley, la Patria Potestad de las personas menores de 20 años de edad será ejercida por el Estado a través de las personas u organizaciones en que éste delegue facultad.
“Artículo 4º: Todo menor de edad permanecerá al cuidado de sus padres hasta tanto cumpla la edad de 3 años, pasados los cuales deberá ser confiado para su educación física y mental así como para capacidad cívica, a la Organización de Círculos Infantiles, organismo que por esta Ley queda facultado para disponer la guarda y cuidado de la persona y ejercicio de la Patria Potestad de estos menores.
“Artículo 5º: La Organización de Círculos Infantiles dictará las predicciones (sic) necesarias para que todo menor de edad comprendido entre los 3 y 10 años permanezca en la Provincia donde residen los padres y procurando que sea tenido en el domicilio de los mismos no menos de dos días al mes, para que no pierda contacto con el núcleo familiar. Pasados los 10 años de edad, todo menor podrá ser asignado para su instrucción cultural y capacitación cívica al lugar que más apropiado sea para ellos, tomando en cuenta los más altos intereses de la Nación”.
Como se señaló anteriormente, esta idea de Hugo Chávez, tomada de la Constitución castrista, ha generado asombro en diversos círculos de la sociedad venezolana a la par de una indignación que va en constante aumento. Por otra parte, lo que en principio comenzó por un trascendido se fue confirmando a través de diversas fuentes.
Algunos colegas venezolanos que ahondaron en la cuestión acaban de acceder a revelaciones surgidas tanto de conocidos y respetables rectores universitarios como de asociaciones que agrupan a colegios privados. Una de esas informaciones, coincidente con la que emanó de la Cámara Venezolana de la Educación Privada, provino del sacerdote jesuita Luis Ugalde, quien por su orientación filo-izquierdista otorga un peso nada despreciable en cuanto a la credibilidad de la misma. Una muestra, además, de que tener esa orientación no significa necesariamente estar de acuerdo a ojos cerrados con el “ideario bolivariano”. Y una confirmación de que no toda la izquierda venezolana está a favor de los delirios chavistas.
El padre Ugalde es licenciado en Filosofía y Letras, Teología y Sociología, con Maestría y Doctorado en Historia, presidente de la Asociación de Universidades Jesuíticas de América Latina (AUSJAL) y rector de la prestigiosa Universidad Católica Andrés Bello (UCAB). Es decir alguien a quien no se considera un improvisado y, como le reconocen hasta quienes no simpatizan con él, “un hombre que sabe lo que hay y que está alarmado por lo que viene”.
En una reciente reunión realizada en el Hotel Tamanaco, de Caracas, titulada “Punto de encuentro de la Educación”, el padre Ugalde expuso, de acuerdo a la escalofriante información que reunió, la siguiente denuncia:
- La intervención del Estado en el sistema educativo se basa en aplicar el Decreto 1011, ahora llamado “Proyecto 15”.
- La nueva Ley de Educación contempla el traslado de la Patria Potestad paterna al Estado.
- Está contemplado en la Ley el adoctrinamiento marxista desde el preescolar.
- Todos los centros educativos, privados y públicos pasarán a denominarse “Bolivarianos”. Al nombre habitual de la escuela, colegio o universidad se le antepondrá esa palabra (por ejemplo Colegio Bolivariano Santa Teresa, Universidad Católica Bolivariana Andrés Bello, etc.)
- Esta nueva Ley es una copia encubierta de la Ley Cubana de Educación.
- El preescolar pasará a llamarse Educación Doctrinal Inicial.
- Los colegios privados serán intervenidos por “Comités Controladores”, con criterio eminentemente “revolucionario”.
- Se incorporarán en cada aula de los colegios privados cinco alumnos “soplones”, que vigilarán tanto a compañeros como a profesores, denunciando a los que no estén ideológicamente identificados con el proceso.
- A nivel de profesionales de la educación, ya han sido substituidos 110.000 de los 165.000 existentes.
- Todo tiende a la destrucción de lo que hoy se conoce en Venezuela como Sistema Educativo, y comenzará a partir de este mismo septiembre de 2007.
- Todo está enmarcado en el llamado Socialismo del Siglo XXI.
Para ampliar esta maravilla de plan educativo del chavismo, podemos señalar que el padre Luis Ugalde agregó algunos conceptos. Señaló, concretamente, que “la intervención total a través del Ministerio de Educación, tanto en los colegios públicos como privados, afectará no sólo a nuestros hijos sino a toda la familia venezolana; nuestros hijos pasarán a ser activistas-ideólogos del régimen; todo lo concerniente a los planes de estudios estará dirigido desde el preescolar hasta los niveles superiores; se le dará al personal administrativo, incluyendo al personal de limpieza y mantenimiento, que no tienen nada que ver con la parte educativa, la facultad de tener voz y voto para decidir e intervenir en cualquier decisión de los colegios privados, los cuales, a futuro no muy lejano, desaparecerán”.
En suma, los hasta aquí citados son sólo algunos de los emprendimientos de Hugo Chávez para imponer su “revolución bolivariana”, sin reparar en apropiarse de la niñez para, prácticamente desde que comienza a caminar por la vida, formarla y moldearla exclusivamente dentro de los postulados de su Socialismo del Siglo XXI. Una especie de marxismo que pretende ser aggiornado pero que, paradójicamente, termina remitiéndose a las viejas prácticas emanadas desde la antigua Unión Soviética hace más de ochenta años atrás.
Y esta pretensión del delirante caudillo -que decidió apropiarse de la frase “Dejad que los niños vengan a mí”, dicha hace mucho tiempo por el hijo de un carpintero que, según la leyenda, se lanzó a predicar el bien y por ello murió crucificado-, está generando, como se dijo, una creciente resistencia en la sociedad venezolana, pudiendo constituirse en la gota que rebase el vaso y que, a su vez, conduzca a situaciones dramáticas en ese sojuzgado país.
Conclusión con una intriga
En las últimas horas tomamos conocimiento de una situación insólita que tiene que ver con la legalidad de este período presidencial de Hugo Chávez.
Se trata de una carta escrita de su puño y letra y con su firma que circula en diversos sectores, en la cual el presidente bolivariano, tras el golpe que lo derrocó brevemente en abril de 2002, presenta la renuncia a su cargo al tiempo que remueve del suyo al entonces vicepresidente, Diosdado Cabello Rondón (hoy gobernador del estado de Miranda).
Lo insólito es que luego de que Chávez fuera repuesto en el poder nunca se dejó sin efecto esa renuncia, ni obviamente se arbitraron los medios para que reasumiera el cargo dentro de todas las condiciones y pasos necesarios que le dieran legalidad. Por lo tanto, a la fecha Hugo Chávez seguiría “renunciado”, y Venezuela, en lugar de un presidente, tendría en el gobierno a un usurpador.
Todo muy loco, en verdad, pero para concluir dejamos a la consideración del lector esa carta, la cual parece haber sido escrita bajo un alto estado de nerviosismo y tensión por la situación que su autor estaba viviendo en ese momento, ya que presenta numerosas tachaduras y enmiendas.
La misma expresa: “Yo, Hugo Chávez Frías, C.I. 4.258.228, ante los hechos acaecidos en el país durante los últimos días, y consciente de que sido depuesto de la presidencia de la República Bolivariana de Venezuela, declaro que abandono el cargo para el que fui elegido democráticamente por el pueblo venezolano y el que he ejercido desde el 2 de febrero de 1999. Igualmente declaro que he removido de su cargo, ante la evidencia de los acontecimientos, al vicepresidente ejecutivo, ingeniero Diosdado Cabello Rondón. En La Orchila, a los 13 días del mes de abril de 2002. ¡Para siempre!. Hugo Chávez Frías”.
Aquí el original de la carta en cuestión:
Carlos Machado