El 14 de noviembre último, en el búnker de Javier Milei -diputado nacional electo por la Ciudad de Buenos Aires (La Libertad Avanza)- un empleado de seguridad que custodiaba el acto irrumpió en el escenario e hizo el gesto de desenfundar un arma para contener a una persona del público. Ante este hecho, en una entrevista en la radio Urbana Play, Milei señaló: “Repudiamos y condenamos el accionar de dicha persona; el jefe de seguridad lo retiró. Se lo echó del estadio”.
Y, luego, dio su opinión sobre la portación de armas: “La Segunda Enmienda en los Estados Unidos permite que las personas usen armas, eso tiene un fundamento en la teoría económica y en la evidencia empírica. Uno observa que en aquellos estados que sí lo permiten, la cantidad de delitos es mucho menor”.
Ante la consulta de Chequeado acerca de la fuente de aquella declaración, Milei respondió: “Existe una gran cantidad de artículos al respecto. Es una rama del análisis económico del derecho (law and economics)”. Sin embargo, no especificó a qué evidencia se refería ante la repregunta de este medio.
La evidencia no respalda lo que dijo Milei
La discusión de qué pasa cuando las sociedades se arman es larga y compleja porque existe un debate entre el derecho a poseer un arma y los problemas que puede ocasionar que los civiles tengan, porten y usen armas en relación con el aumento de la violencia y de las muertes que eso conlleva. Así lo explicó Chequeado en este podcast.
Alejandra Otamendi, investigadora del Conicet en la Universidad de Buenos Aires (UBA), señaló que, según los estudios que hay sobre el tema, “a mayor cantidad de armas de fuego en la sociedad civil, mayor cantidad de muertes con armas de fuego, tanto por homicidios como por femicidios, suicidios y accidentes con armas de fuego”.
Si se tiene en cuenta la frase de Milei (“en los estados de Estados Unidos que está permitida la tenencia de armas de fuego, la cantidad de delitos es mucho menor”), la evidencia que hay sobre el tema no avala lo dicho por el diputado nacional recientemente electo.
La revista de divulgación científica estadounidense Scientific American publicó en 2017 un artículo donde tras el análisis de más de 30 estudios revisados por pares concluye que “más armas están vinculadas a más delitos”. Como ejemplo de esta situación, se cita un trabajo publicado por investigadores del Boston Children’s Hospital y la Universidad de Harvard en 2015 donde se informa que los asaltos con armas de fuego eran 6,8 veces más comunes en los estados con niveles más altos de posesión de armas que en los que tenían menos.
Y, además, que las personas que tenían acceso a armas de fuego en su casa tenían casi el doble de probabilidades de ser asesinadas que las personas que no las tenían.
Otro estudio publicado por la Universidad de California señaló que en 2019 el 60% de las muertes por armas de fuego en los Estados Unidos fueron suicidios. Y, además, que las armas de fuego son el medio utilizado por la mitad de quienes se suicidan en todo el país. A este número se le agrega que el 37% del total de muertes por armas de fuego fueron homicidios.
Es decir, los estudios publicados sobre los Estados Unidos (ver acá, acá y acá) no avalan los dichos de Milei. Pero tampoco lo hacen los estudios de la región o sobre lo que sucede en la Argentina.
Otamendi señaló que en la región “un estudio de la Secretaría de Seguridad Pública de San Pablo demostró que el aumento del 1% en la tenencia de armas de fuego aumenta un 2% la tasa de homicidios en cada municipio. Y que, cuando disminuyó la cantidad de armas por fuego por el estatuto de desarme, se redujeron 60% los homicidios en el estado de San Pablo”.
Como explicó Chequeado en este podcast, en nuestro país el 27% de los femicidios entre 2008 y 2017 fueron cometidos con armas de fuego según los datos que releva la Casa del Encuentro. Lo mismo señalan los datos de la Corte Suprema de Justicia de la Nación. Es decir, es el arma más utilizada para cometer un femicidio.
Según Briony Swire-Thompson, investigadora científica senior en la Universidad del Nordeste (Estados Unidos), es importante desmentir desinformaciones todas las veces que haga falta dado que las personas no suelen creer más en ellas porque se las desmienta. Por eso, lo que dijo Milei no se sustenta en la evidencia que existe sobre el uso de las armas.