Los jueces dijeron que el permiso era de «carácter extraordinario, excepcional y humanitario», pero también dijeron que no era la primera ni la segunda vez, es decir, que no era tan extraordinario ni tan excepcional. Más bien una regla hecha para Raúl Reynoso, otrora juez federal de Orán, condenado por cobrarles «peajes» a ciertos narcos para liberarles zonas y atrapar a otros tantos para mostrar resultados. El Tribunal Oral Federal (TOF) 1 de Salta lo sentenció en el 2019 a 13 años de prisión. Ni cerca está todavía de alcanzar los dos tercios necesarios para pedir salidas transitorias. Además tiene otras causas abiertas. Sin embargo, Encripdata pudo saber que, con el aval del tribunal, volverá a salir de la cárcel de Güemes para pasar el domingo con su esposa en una casa del barrio Tres Cerritos.
«Conceder al interno Raúl Juan Reynoso una salida de forma excepcional, extraordinaria y bajo estrictos motivos humanitarios tendientes a resguardar su vínculo familiar, en especial el conyugal, por el término de seis horas a fin de visitar a su cónyuge en el domicilio de resultar posible para el día domingo 16 del mes en curso, en horario diurno y conforme disponibilidades del Servicio Penitenciario Federal (SPF)», ordenaron los jueces Federico Santiago Díaz y Abel Fleming Figueroa sin importarles la oposición del fiscal contra este nuevo beneficio.
Encripdata ya lo había advertido el 23 de noviembre de 2021: que esos permisos de carácter «extraordinario y excepcional» en serie parecían ser un privilegio por haber sido juez más que otra cosa. Tanto que Reynoso se animó a exigir en ese momento que los integrantes del tribunal lo dejaran salir el primer y tercer domingo de cada mes, según los artículos 313 y 496 del Código Procesal Peanl de la Nación (CPPN), al recordar que «los jueces podrán autorizar traslados para cumplir sus deberes morales en caso de muerte o de grave enfermedad de algún pariente próximo por el tiempo que prudencialmente se determine», a pesar de que no es la situación de su esposa. Solo informaron «dificultades para movilizarse» sin más precisiones.
Ese mismo tribunal ya le redujo cuatro meses la pena: por realizar los cursos de Asistente Deportivo del Árbitro, Encuadernación Artesanal y Organización de Bibliotecas.
Gracias a eso, la condena de Reynoso a 13 años de prisión por pactar con narcos, que vencía el 30 de abril de 2029, ahora terminará el 31 de diciembre de 2028.
Cuando regrese de la visita a su pareja, el exjuez Reynoso deberá preparar una nueva defensa: el juez federal Julio Bavio lo citó a indagatoria para principios de febrero por extorsionar al narco Claudio Alejandro Andrada, alias «Gallo» o «Piturro», al que envió a juicio, pero un tribunal lo absolvió porque el fiscal de juicio Carlos Amad descubrió justamente que le había armado la causa para luego exigirle plata. Finalmente, otro tribunal de Salta pudo condenar al traficante a 18 años de prisión por otro caso de narcotráfico.
El juez Bavio también indagará en febrero a los dos uniformados que falsificaron en el 2009 la denuncia anónima contra «Gallo» Andrada: el gendarme Favio Waldo Benegas y el por entonces jefe de la Unidad Especial de Procedimientos Judiciales (Uesprojud) de Orán Ricardo Daniel Castillo. Tanto tiempo pasó desde el armado de esa causa que Castillo ahora es el jefe de operaciones de la Región IV y Benegas es ni más ni menos el jefe de la Dirección de Inteligencia Criminal, el tercer hombre más importante de Gendarmería.
Ese es el perfil criminal de Reynoso, al que los jueces Díaz y Fleming Figueroa autorizaron a salir de la cárcel. A pesar de que eso pone en riesgo la nueva investigación. A pesar de que su cuñado Arsenio Eladio Gaona, al que llegó al juicio como su «recaudador», se fugó para no ser condenado. A pesar de que el «carácter extraordinario» ya no parece ser «excepcional».
A ver, ¿alguien está contra el rifle sanitario?
Lo dejan salir por dos causas posibles, una para terminar de negociar y arreglar con los narcos que eran sus clientes, y la segunda visita sanitaria a domicilio. Aberrante.
Una justicia que no lo es, un gobierno ausente y por eso pasa lo que pasa y un pueblo dormido que no reacciona antes las aberraciones que suceden a diario