El 30 de setiembre pasado el automovilista Christian Ledesma
tocó el cielo con las manos: se consagró campeón de la categoría automovilística
más popular de Argentina, el Turismo Carretera ( TC ) con tres fechas de
anticipación en la carrera de San Luis. Para los "fierreros" el éxito fue
previsible. Ledesma maneja uno de los autos Chevrolet de la escudería más
poderosa del país, el equipo HAZ. El propio Alberto Canapino – asistente técnico
del equipo - así lo graficó en la celebración del título: "No es difícil tener
la casa limpia cuando tenés dos mucamas". Pero lo que no es ningún secreto es
que el dueño del auto de Ledesma no es otro que el número dos de la CGT, el
dirigente de Obras Sanitarias José Luis Lingeri. Su relación con el piloto data
de hace 8 años; es más, su propio hijo José fue acompañante en el auto de
Ledesma hasta la prohibición establecida por la categoría este año a raíz de la
muerte de un copiloto.
Radiografía del Señor H2O
José Luis Lingeri es Secretario General del gremio de Obras Sanitarias
metropolitano desde hace 30 años. "Fui reelecto con el 95 % de los votos"
manifiesta quien a los 63 años es Director en representación de su gremio en
AYSA, la empresa estatal que maneja la provisión de agua potable en la ciudad de
Buenos Aires y 17 partidos del conurbano formada tras la rescisión del contrato
a Aguas Argentinas por el actual gobierno al grupo francés Suez.
Lingeri fue Superintendente de las Obras Sociales entre 1996 y 1997, y alineado
con la ideología menemista apoyó fervorosamente la privatización de lo que era
Obras Sanitarias a Suez. Más cerca en el tiempo muchos recuerdan su desempeño
como gestor de último momento, a pedido de los propios accionistas franceses,
para evitar la caída de la concesión a Aguas Argentinas en 2005. "Yo no soy
lobbista, soy partidario del diálogo" sentó posición Lingeri, trascendiendo
luego que semejante servicio desinteresado para Suez tenía como contraprestación
de la privatizada un aumento salarial de 30 % a los empleados dentro de convenio
y de 12 % para los fuera de convenio. Para Suez el incremento mensual de esta
medida - $ 3.500.000 – le era indiferente: representaba casi lo mismo a lo que
por mes abonaba al Estado por la concesión, depósito que hace tiempo hacía bajo
protesta por el congelamiento tarifario. La concesión caería irremediablemente
más allá que el presidente Kirchner había acordado con los franceses
anteriormente un "contrato modelo", con la promesa endeble de autorizar aumentos
de tarifas a cambio de inversiones, pero sin obligar a Suez a levantar su
demanda contra el Estado argentino en la Corte Internacional de Arbitraje (
CIADI ) tras la devaluación. Gracias a dicha omisión Suez hoy demanda una
compensación de U$S 1.700 millones en concepto de "inversiones" que nunca
realizó. En este reclamo Suez es apadrinada por el Estado de Francia.
Con el éxodo francés, que para muchos fue una autoeyección inducida a partir de
un práctico abandono de prestaciones – apagado de bombas por la noche para
ahorrar costos, recomendación de la propia empresa en sus boletas de no consumir
mujeres ni niños su agua por los nitratos, etcétera – Lingeri colocó a su socio
político Carlos Ben en lo más alto de la nueva empresa estatal. Ben pasó de
Director de Aguas Argentinas a Presidente de AYSA, en representación del 10 %
accionario propiedad de los trabajadores. Pero con el tiempo las aguas se
agitarían en la vida de Lingeri.
Nepotismo pasado por agua
A principio de este año el fiscal Carlos Stornelli acusó a Lingeri y a
otros 119 sindicalistas por el desvío de fondos de un crédito otorgado por el
Banco Mundial para reconvertir las Obras Sociales en los años 1996 y 1997, en
una causa a cargo del juez Norberto Oyharbide. Este crédito de U$S 285 millones
se canalizó en el Programa de Reconversión de Obras Sociales ( PROS ) de la
gestión de Carlos Menem. En vez de comprar equipamiento médico, pagar deudas o
capacitar al personal los sindicalistas desviaron fondos a empresas y
consultoras dirigidas por conocidos o parientes que falsearon facturas de
servicios o abrieron cuentas corrientes para recibir ese dinero.
Stornelli acusó a Gustavo Aondi en su calidad de presidente de la empresa
"Equipos de Salud" ( regenteaba el Sanatorio Norte ), Seldon y Lowbench. Aondi,
identificado como su sobrino, es según Lingeri "hijo de una prima que vive en
Junín". En la causa se prueba que las Obras Sociales de Obras Sanitarias y los
Telefónicos pagaron millones al Sanatorio Norte con los dólares del citado
crédito. Es más, "Equipos de Salud" trabajaba con dichas Obras Sociales un 10 %
de su facturación de 1996 antes del crédito pasando a un 50 % en el año 1997 –
plena vigencia del PROS - hasta llegar a un 0 % finalizado el empréstito en
1998.
Destapado el tema Lingeri reaccionó encolerizado: "Lowbench es una empresa para
promocionar espectáculos deportivos, su presidente actual es el señor Ferrando".
Cuando le recordaron que Ferrando también fue miembro de otra empresa acusada –
Seldon – Lingeri reaccionó con el manual de la lógica sindicalista argentina:
"Seguro que también acusan al escribano Lykiardopoulos por hacer escrituras de
algunas de estas empresas. El es mi escribano personal, si busco gente de
confianza ¿cuál es el problema?". Lingeri también enfureció cuando lo
identificaron como Presidente de la empresa "Distribuidora Mailén", propietaria
de una casa de 3 pisos y 400m2 en el barrio Los Cipresales de San Carlos de
Bariloche valuada en U$S 300.000 donde vive su hijo. Dentro de la misma se
divisan una camioneta 4x4 Grand Cherokee y un Mini Cooper. "La camioneta es de
Lowbench, quien se la presta a mi hijo. Y la casa la compré con un préstamo,
¿qué pasa, los sindicalistas no podemos tener casa?", bramó. Otras denuncias
apuntaron a su hija María Cecilia y su trabajo en la farmacia del Sindicato,
Lingeri lo niega manifestando que es Gerenta de dos empresas. Una de esas
empresas es Baiespro, donde participa su marido Hugo Díaz. Este dirigió la firma
Upstage que hasta el 2002 organizó espectáculos en los estadios de River Plate,
Vélez Sarsfield y...Obras Sanitarias.
La valijita sin fin
Lingeri, sindicalista de base al fin, posee desde hace 20 años un piso
de 214 m2 en la céntrica Av. Pueyrredón de Buenos Aires. En su declaración
jurada de bienes de abril del 2000 declaró esa propiedad, un Ford Cobra de
colección, un plazo fijo de $63.000 y que su esposa poseía el 70 % de una
peluquería sita en la calle Salguero porteña. No es ningún secreto que mantener
anualmente un auto de TC demanda un presupuesto de U$S 500.000. Lingeri todo lo
justifica: " Tengo a Telecom, a OCA y otros sponsors de primera línea".
Un ex directivo de la petrolera venezolana PDVSA, con motivo del affaire de la
valija bolivariana con U$S 800.000 de Antonini Wilson, recordó algunas de las
actividades anteriores del diplomático virtual Claudio Uberti en el pasado.
Uberti, mano derecha del Ministro de Planificación Julio De Vido, presionó unos
meses antes del caso al directivo venezolano de PDVSA Argentina Alejandro Gómez
por un auspicio de U$S 1.500.000 para el auto de carrera de Lingeri. Como Gómez
demoraba su aprobación Uberti lo invitó a reflexionar, caso contrario
Planificación pediría a Venezuela un cambio de funcionario. Gómez partió raudo a
Caracas a informar a la plana mayor de PDVSA su difícil situación; a los pocos
días fue removido de su cargo, tras recibir los venezolanos un informe del
mismísimo Julio De Vido detallando la "vida licenciosa" del señor Gómez. Este
fue reemplazado por un año por Jorge Pérez a quien luego sucedería uno de los
protagonistas del "Valija-Gate", Diego Uzcategui.
Scioli, danos una...mano
Lejos del morbo un político renovador traería tranquilidad a la gran
familia kirchnerista. El fiscal Stornelli no sólo tiene la causa de los
sindicalistas sino también es el fiscal del caso Skanska, un verdadero tsunami
de corrupción anticipado por "Tribuna de Periodistas" que ejemplificó la madeja
de negociados entre el Estado y las empresas privadas en la Argentina post
default que esconden los fideicomisos, instrumentos de inversión "estrella" en
el gran crecimiento de las obras de infraestructura argentinas de los últimos
años.
Es vox populi que el candidato oficialista a gobernador de la provincia de
Buenos Aires Daniel Scioli le ofertó a Carlos Stornelli el Ministerio de
Seguridad bonaerense. Quienes conocen a Scioli saben que una jugada tan
brillante es imposible que sea idea suya. El ex motonauta – el camaleónico
Patricia Bullrich del oficialismo actual – ejerció hasta su unción a la
candidatura con la bendición del presidente Kirchner el papel de punching ball
favorito del matrimonio presidencial y del oficialismo todo. Más que ajustarse
al papel decorativo que siempre ocuparon los Vicepresidentes argentinos
históricamente Scioli se superó siendo además desautorizado, humillado,
ninguneado a niveles casi agresivos por su propio partido hasta que la
impresentabilidad de los candidatos alternativos al feudo bonaerense hizo que
Kirchner lo entronizara ante la sorpresa de propios y extraños.
La propuesta a Stornelli es propiedad intelectual del propio Julio De Vido,
principal beneficiado que el fiscal abandone su puesto en la Justicia.
Obviamente otros de los agradecidos son Lingeri y los 119 sindicalistas
investigados en la causa del PROS. Paradójicamente tras este programa de ayuda a
las Obras Sociales de los sindicatos financiado por el multimillonario crédito
del Banco Mundial muchas de ellas fueron concursadas, como las de los plásticos,
Encotesa, los ferroviarios y otras. Tan burdos fueron los desvíos de fondos que
en la causa se constató que en varias Obras Sociales los pagos más cuestionados
y cuantiosos tenían en común la denominación de "Fortalecimiento Institucional",
según lo cual se aplicaban a "capacitar dirigentes y gerentes, y a crear
sistemas informáticos".
Lingeri sigue festejando el título de TC, este domingo Ledesma reafirmó su
condición de campeón tras ganar la competencia de Paraná. "Siempre fui peronista
y de Chevrolet" recuerda el sindicalista, mientras espera el 28 de Octubre para
celebrar el éxito más importante. El de alguien que – como él – fue especialista
en domar las aguas bravías, el medio que les dio a ambos mucho más que fama y
fortuna.
Tomas Ryan