Ibicuy es un pueblo ubicado en el departamento de Islas de la provincia de Entre Ríos, Argentina. Tiene 4500 habitantes y dista a 163 kilómetros de Buenos Aires. Los primeros 118 kilómetros desde Capital Federal en auto se realizan en poco más de una hora, hasta pasar el puente Zárate-Brazo Largo; y en los siguientes 45 kilómetros – para llegar al pueblo – se demora con suerte 2 horas.
Este segundo tramo, la ruta número 12, es un verdadero campo minado de pozos producto del gran tráfico de camiones areneros y la falta de mantenimiento del camino, y también de la falta de compromiso de las autoridades municipales y provinciales.
Desde hace años prometieron hacer la ruta provincial número 45 para acceder en un tiempo normal por un camino asfaltado a Ibicuy. Pero - como veremos - se trata de una sola de las promesas incumplidas a Ibicuy, una especie de Macondo argentino.
Vamos al corte y volvemos (a cortar)
El pueblo de Ibicuy es muy tranquilo. Como varios homónimos del interior la mayoría de sus jóvenes estudian en la semana en Paraná o Capital Federal y viajan los fines de semana a ver a sus familias; por esto en el pueblo se divisan más frecuentemente a gente mayor o menores.
La primera vez que sus habitantes salieron de su pasividad habitual fue en el año 2003, cuando un grupo cortó la ruta 12 en apoyo a la intención del intendente Víctor Cuello de revocar el mandato de los concejales y ante el rechazo electoral de los habitantes. Más recientemente en julio de este año volvieron a interrumpir la circulación del mismo acceso ante la renuncia de la Directora del Hospital Behring, la doctora Gabriela Ojeda, debido al incumplimiento provincial de efectivizar los nombramientos médicos que le habían prometido. Los médicos escapan a ser destinados a Ibicuy porque no son remunerados como deben, con un salario reforzado por ser zona desfavorable; esto se desprende del aislamiento del pueblo y de las condiciones del medio ambiente, rodeado de ríos y con gran presencia de víboras venenosas y peligro de transmisión de hantavirus y Mal de Chagas.
El corte más reciente del 05 de octubre fue el más difundido por los medios provinciales. Cansados de eternas promesas de las autoridades de la provincia de hacer la ruta 45, y viendo que se le daba prioridad de realización a obras de otros pueblos no tan urgentes por cuestiones políticas, un grupo de habitantes de Ibicuy cortó la ruta 12 con pancartas proclamando "Busti, basta de verso". Jorge Busti es el gobernador de Entre Ríos, terminando su tercer mandato, y fue dos veces intendente de la ciudad de Concordia.
Enterado del corte el Ministro de Gobierno Adán Bahl descalificó a sus protagonistas, imputándoles intenciones políticas. Al enterarse que el paso siguiente era cortar la Autopista Mesopotámica, una vía central de comercio del Mercosur, Bahl tuvo que subirse al helicóptero de la Gobernación y entrevistarse el día 06 en el corte mismo con sus protagonistas. Allí – acompañado del titular de Vialidad provincial Santiago Gaitán – se comprometió con los pobladores a tener los pliegos de las obras a licitar para hacer la ruta 45 el 05 de noviembre, además de garantizar el mantenimiento del destruído acceso actual a Ibicuy y proveer a tal fin 500 m3 de ripio por mes. El corte se levantó, en lo formal.
Por el camino, del inca
Más relevante que un juego de palabras la historia de la demorada-olvidada ruta 45 de acceso a Ibicuy tiene, como otras obras de infraestructura del mismo, indicios de corrupción. Los pobladores esgrimen un facsímil de la Ley de Presupuesto Provincial de 2006 donde se autoriza al Ejecutivo a "buscar créditos por $61 millones para pavimentar la ruta 45 desde la ruta 12 (Autopista Mesopotámica) hasta el puerto de Ibicuy, además de $40 millones para repavimentar la ruta provincial número 46 desde la ruta 12 al arroyo Sagastume". Causó sorpresa confrontar esto con lo difundido en los medios el 02 de octubre pasado citando la reunión del gobernador Busti con el titular del Fondo Fiduciario Federal de Infraestructuras Regionales José Estabillo, organismo que financiaría estas obras pero aportando $130 millones. La diferencia de $29 millones saltó a la vista de todos, sin explicación.
Pero la mentada ruta 45, según fuentes provinciales, iba a financiarse en el 2005 con un crédito del Fonplata, fondo provisto por el Banco Mundial para obras de infraestructura. Dicho crédito nunca fue aprobado, la sospecha principal apunta a la falta de transparencia provincial al respecto.
Otras denuncias al mantenimiento de la paupérrima ruta de acceso actual apuntan a la delegación de Vialidad, donde pagarían el refulado del camino (echar tierra en el mismo) $20 el m3, el doble de lo que se paga en otras partes del país. Y otros mencionan que la empresa Pitón, aún muchas veces disimulada en diversas UTE (Unión Transitoria de Empresas), misteriosamente gana casi todas las licitaciones de infraestructura de la provincia.
El puerto de Ibicuy – el segundo de calado natural más profundo del país – también fue partícipe involuntario de casos más tangibles de corrupción. Gracias a la milagrosa Justicia argentina recientemente se declaró prescripta la causa que incriminaba al ex senador provincial Abelardo Pacayut por malversación de Aportes del Tesoro Nacional (ATN) por valor de $32 millones de los años 1997/1998 (o sea, U$S 32 millones). Pacayut siempre se mencionó como "el pato de la boda" durante el proceso, sutilmente mencionando que "Busti conocía que saldos quedaban de los ATN antes de mi proceso". Este ex senador también ganó fama al ser procesado por acusar de peculado a su acusador, el Fiscal de Investigaciones Administrativas provincial Oscar Rovira, por haber gastado $130 para encontrarse con periodistas del programa Punto Doc para contarles el caso. Ante la falta de apoyo provincial Rovira renunció a su cargo.
También en los años 1999/2000 por decreto se destinaron $12 millones (perdón por la insistencia, leanse U$S 12 millones) para obras en el puerto, de paradero desconocido.
Ekología siempre se escribió con "c"
Entre Ríos es, desde hace unos tres años, una provincia convulsionada por los cortes de rutas limítrofes con Uruguay. Esto se debe a la instalación – río Uruguay de por medio – de 2 fábricas de pasta celulósica que perjudicarían el medio ambiente del río en común. No es secreto que antes de embarcarse en la súbita fiebre demagógica ecológica kirchnerista los gobernantes provinciales mencionaban a las fábricas de papel como motores a futuro de la economía entrerriana, cosa que en la época "K" viraron para proclamar su deseo de liderar la cruzada ecologista. Tampoco se desconoce que en el año 1998 el Ejecutivo provincial informaba del interés alentador de capitales extranjeros por instalar dichas fábricas en Entre Ríos, cosa que con el tiempo se habría desvanecido cuando los empresarios – incrédulos – escucharon las múltiples condiciones que pedía el gobernador Busti para su radicación: se habla de coimas, que en el lenguaje alquimista político se traduciría en "pedir trabajo para gente del partido, garantizar fondos para campañas electorales, nada grave".
En Ibicuy opera desde hace más de 10 años la papelera Iby S.A.. Sus dueños son invisibles para sus empleados y el pueblo, una vez por mes viene gente de Capital Federal a monitorear su marcha. Se sabe que es propiedad de Celulosa Mesopotamia, cuyo presidente es Alejandro Bulgheroni. Los olores putrefactos y la suciedad alrededor de la fábrica siempre fueron una constante con los años; pobladores también presentan alergias y brotes en la piel. Recién en julio de este año la inefable Secretaría de Medio Ambiente de la Nación clausuró la planta, al constatar una supuesta denuncia anónima que hablaba que la fábrica había vertido en el río un líquido azul apareciendo luego gran cantidad de peces muertos. Otros hablan de otras anomalías como trabajo en negro, impedimento de sindicalización y carencia de normas de seguridad industrial. Como ocurre con los buenos amigos la planta fue rápidamente reabierta, bajo el compromiso empresarial de "optimizar la operación de la planta de tratamiento de efluentes y gestionar la disposición final de los residuos sólidos originados por el papel reciclado". Todo esto con plazo hasta junio de 2009; es decir sigan contaminando, pero de a poquito...
Aunque también alarma a la población la cantidad de decesos recientes a causa de cáncer. Una de las dudas al respecto las generan los transformadores de energía presentes en el pueblo, dentro del cual inclusive quedó – al crecer – la central energética. Se teme a que dichos transformadores contengan como refrigerantes PCB, compuesto químico conocido como Bifenilo Ploriclorado compuesto por cloro, carbón e hidrógeno: este es uno de los 12 peores contaminantes del mundo. Usados por su resistencia al fuego y por no conducir electricidad presentan como principal peligro su derrame fuera del transformador ante explosión o incendio, ya que se transforma en una sustancia más letal que el cianuro llamada dioxina que puede penetrar en napas de aguas y alimentos.
Se supone, como en todo Entre Ríos, que hace unos años habrían relevado la presencia de PCB la empresa de capitales americanos proveedora de energía EDEERSA. Ellos lo denominaron "Programa de Remediación Ambiental", declarando haber invertido a tal efecto U$S 4 millones hasta el 2002. La empresa perdería la concesión de manera escandalosa, reclamando el mismo Busti a la embajada de EE.UU. por las deudas que la empresa dejó. Nunca dejaron constancia fehaciente de la seriedad del citado Programa, apuntado a la detección y manejo de PCB. Quienes más conocieron a la empresa descartan su proceder al respecto, partiendo de la base que no hubo un auditor imparcial. "Ningún auditor puede autoauditarse", dicen entendiblemente.
Más recientemente desde el gobierno provincial se anunció un ambicioso programa apuntado a declarar a Entre Ríos libre de PCB a fines de este año. Dicha meta ya fue subestimada por los intendentes. Por caso Raúl Guz, intendente de Villa Clara, no fue informado y reaccionó negándose firmemente a permitir la instalación de una planta procesadora de PCB: "en caso de siniestros carecemos de diversos recursos de salud para afrontarlos".
Mientras, en Ibicuy, esperan un diagnóstico sin fines políticos sino humanos.
Pueblo muy chico, infierno gigante
Como todo pueblo pequeño, en Ibicuy son pocos pero conocidos. Dicen que en la década de 1980 el ex intendente Otto Ramírez ganó un importante juicio, y que anunció que con ese dinero pavimentaría 12 cuadras. Más de veinte años después sólo se asfaltaron 7, pero Ramírez posee el corralón más importante del pueblo y le adjudican propiedades en Ibicuy, Gualeguay y Capital Federal.
Desde la época menemista había en la sede del Banco Provincial local una pseudo mafia de empleados que estafó a numerosos jubilados con sus haberes y bonos. Si bien todos son conocidos no sufrieron mayores represalias que ser desvinculados con disimulo tiempo después. La esposa de uno de ellos es una actual candidata a convencional constituyente provincial del Encuentro Amplio, de tendencia socialista; ella habría cobrado, con la ayuda de su marido, los haberes de una directora de escuela fallecida llamada Nora Noguera durante años fraguando la firma.
Otra de las verdades aceptadas del pueblo es que varios de sus habitantes consiguen el gasoil más barato del país. Desde hace varios años personal de Vialidad local retira dolosamente gasoil afectado al mantenimiento del camino destruido y lo vende a $1 el litro.
Recientemente se incendió la escuela técnica Echagüe. No se identificaron los autores pero sí se determinó que fue un incendio intencional, hasta el candado de las instalaciones estaba abierto. Sin móviles claros, algunos suponen que podría haberse buscado la destrucción de pruebas o disimular faltantes ante la proximidad de una inspección.
Parecen demasiadas situaciones llamativas para tan pocos habitantes.
¿Entre Ríos o Entre Bustis?
No es casual que Ibicuy quede en Entre Ríos. La misma variedad de rumores locales se corren de los provinciales. Por ejemplo, se dice en Ibicuy que el ministro Bahl arribó un día después al corte de ruta del 05 de octubre debido a la conmoción generada en Paraná por la detención del hermano de un altísimo funcionario provincial en la Triple Frontera por tráfico de drogas. También se dice por lo bajo que la terminal portuaria inaugurada recientemente Puerto Guazú es de intereses personales de "caciques grandes y medianos" políticos provinciales y hasta de un encumbrado funcionario nacional de procedencia – virtual, para estas elecciones – bonaerense.
Fuera del terreno del rumor un informe de Unicef señaló a la provincia como uno de los centros de explotación sexual de menores del país. Busti mismo fue severamente cuestionado por suspender el juicio por la desaparición de Fernanda Aguirre, la menor desaparecida del pueblo San Benito, y por apartar de la causa al magistrado Felipe Celli. " No hay garantías de debido proceso en la provincia" dice José Iparraguirre, letrado de uno de los sospechosos por la desaparición de Aguirre.
Pero Busti es un político de raza. Se "candidatea" como convencional de la constituyente que reformará la Carta Magna provincial, que entre otras cosas estipularía la reelección del gobernador. Por las dudas ya avisó a su sucesor delante de todos los legisladores: " En 4 años nos vemos de vuelta". Quienes tienen ánimo ironizan que su próximo paso sería cambiarle el nombre a la provincia por "Entre Bustis", por su afán de perpetuarse y perpetuar a sus allegados – o esposa – en el poder.
Escuchando las historias de Ibicuy se entiende la realidad de tantos pueblos del interior. Un pueblo que tiene 100 trabajadores en una industria – la papelera – y el resto mayoritariamente empleados públicos, para lo que dependen del envío mensual de $150000 subsidiados. Un pueblo que acumula promesas de candidatos que luego lo olvidan rápidamente, para repartirse como pueden las migajas del rédito político para beneficio propio.
Un pueblo que convive con la corrupción, el cinismo político, la hipocresía ecológica, la impunidad judicial, la falta de trabajo y las mafias locales y centrales no podía quedar en ningún otro país que no fuera Argentina.