En la cosmología china, ya en el antiguo
Libro de las transformaciones, se
hallaba subyacente el pensamiento de que en todo lo que existe están
actuando dos principios opuestos, uno masculino y activo (Yang) y uno femenino y pasivo (Yin).
Durante la Edad Media china, a causa del alto aprecio que tenía esta
obra, la idea de los contrarios se convirtió prácticamente en la idea
central de la filosofía china, principalmente entre los pensadores
confucianos y taoístas, para colocarla en el centro de su explicación del
mundo.
Así, el filósofo confuciano de principios de la Edad Media, Tung-Chung-shu
expresó el siguiente pensamiento:
"Todas las cosas tienen su complemento de Yin y Yang. Los principios
subyacentes de príncipe y siervo , padre e hijo, hombre y mujer, se derivan
todos del Yang y del Yin. El príncipe es Yang, y el siervo es Yin. El padre
es Yang, y el hijo es Yin. El marido es Yang, la esposa es Yin (...)". (
Según: Chan Wing-Tsit, autor de"Chinese
Philosofhy").
Pensamientos como este se hallan en el taoísta Huainan Tse, y también
el crítico Wan Chung enseña que todas las cosas surgen por la penetración de
Yin y de
yang. (Wan Chung vivió en el primer
siglo de nuestra era y fue la cabeza directora de un movimiento que se
prolonga a lo largo de varios siglos).
El legado de esta creencia en dos principios antagónicos llega hasta
nuestros días, cuya extensión abarca las cosas más variadas y dispares como
blanco-negro; calor-frío; alto-bajo; femenino-masculino; oscuro-luminoso;
blando-duro; curvo-recto; pequeño-grande; húmedo-seco, etc. etc.
El yin yang como dinámica polar
se encuentra en toda la cosas existentes, se dice. Es la forma dual en que
se explicita la "Unidad Primordial"
en el campo del Ser. Un
yin, un yang, es decir Tao,
se ha expuesto en el Libro de los Cambios.
Esta creencia se ha extendido hacia el universo entero, pues se
dice que todo lo que este contiene, posee polaridad: reposo-movimiento;
contracción-expansión; condensación-dispersión; retroceso-avance..., desde
sus manifestaciones más simples y universales, hasta las más complejas y
particulares.
De estos aspectos bipolares, constituyentes del Ser, se dice que se
generan todas las cosas.
Esta creencia ha sido trasladada incluso a la práctica de la acupuntura
con la siguiente explicación: Las actividades funcionales del cuerpo humano
requieren nutrientes, es decir, que para que el organismo funcione
correctamente debe consumir nutrientes (materia, es decir
yin que produce el
yang: energía.
Este principio ha sido trasladado a la fisiología humana como el pulso:
yang-sístole;
yin: diástole;
yang-rápido;
yin-lento, y otros disparates... y
nada menos que al tratamiento de casos patológicos, entre estos con la
infaltable acupuntura.
Veamos qué puede haber de cierto en esta supuesta "ley de los
contrarios".
Tomemos, por ejemplo, el caso de lo "frío" y lo "caliente". De lo frío
me pueden contar "mil cosas fabulosas", como también de lo caliente, pero...
(¡atención!): la temperatura varía sin solución de continuidad según nos
señala el termómetro, es decir, en una gradación continua, de modo que 30
grados centígrados, pueden ser tomados como temperatura caliente; pero
resulta ser fría ante 100 grados de "calor". Mas estos 100 grados pueden
resultar "fríos" frente a 1000 grados y estos a su vez "fríos" o "helados"
ante un millón de grados... y así sucesivamente.
¿Donde se hallan entonces los antagónicos frío-caliente? Sólo en
nuestra imaginación, por supuesto, todo es mental, pues la escala va sin
solución de continuidad.
Lo mismo sucede con enfermedad-salud. ¿Es posible concebir a una
planta, animal o ser humano perfectamente sanos durante toda su vida en
términos absolutos? Lo dudo y sobremanera; siempre, tarde o temprano tenemos
algún achaque o "achaquecito", o defecto. Creo que deben ser contadas las
personas, grandes y chicos, que disfrutan de un funcionamiento absolutamente
perfecto de su organismo. Lo mismo podemos decir en cuanto a los supuestos
contrarios seco y húmedo; lo alto y lo bajo; grande y pequeño; el universo
entero con todas sus estrellas, galaxias y metagalaxias, frente al átomo.
¿Qué hay en un átomo? Un núcleo formado de un solo protón y un electrón
(en el caso del elemento hidrógeno, por ejemplo) o diverso número de
protones, neutrones y electrones en los demás elementos químicos. ¿Qué
contrario tiene un átomo? Un transuránido, por ejemplo, que pierde
componentes nucleares continuamente por radioactividad para transformarse en
otro elemento, ¿qué contrarios posee en su interior? Y si vamos más allá de
la materia, para recalar en las ondas electromagnéticas ¿dónde podemos
ubicar la supuesta ley de los contrarios? ¿Acaso
existe en las partículas y antipartículas? ¡Pamplinas! ¡Vayan a convencer a
un físico nuclear!
En la materia-antimateria,
tampoco la hallamos, pues, la materia se transforma en antimateria y
viceversa. Esta transformación se halla lejos del concepto mental de los
contrarios, pues se trata de un mismo "telón de fondo" que se manifiesta
dualmente.
Concluimos entonces en que, todo es producto neto de la mente, todo
está sólo en la mente, un invento antiguo de gente nesciente que nada
conocía, ni hoy conoce de física, por cuanto podemos considerar, sin temor a
equivocarnos, que todos los libritos que nos hablan de cierta "ley universal
de los contrarios" y hasta de su pretendida aplicación en el terreno médico
(acupuntura), no son más que difusores de charlatanería de "pura cepa"
alejada años luz de la Ciencia Experimental.
Ladislao Vadas