Ante una nueva conmemoración, aniversario por el golpe y dictadura militar en el país, que ha marcado profundamente un antes y después, con la dureza, que lo vivido en ese momento implicó a partir de ese 24 de marzo de 1976 que las Fuerzas Armadas, tomaran el poder del gobierno argentino a través de un golpe de estado, de un golpe militar
Pasaron 46 años de ese golpe y los recuerdos son fuertes, imborrables para quienes en ese momento eran niños, adolescentes, que comenzaban a salir al mundo, asomando la cabeza de a poquito con curiosidad, con ganas, con alegría, con fuerza y con esa energía arrebatadora que implica crecer e ir dejando una niñez, que duele dejar atrás, porque forma parte del crecimiento y la vida.
Pero de pronto y como si nada se pudiera evitar, llegó ese momento del golpe militar y cuando pensábamos que nada nos podía tocar, de pronto alguien de la familia muy cercana se tenía que ir, tenía que desparecer, porque más allá de ser un artista, un intelectual que solo tenía ideales que no eran los que les gustaba a los militares , y que pretendía una manera de vivir con libertad y que se pudieran expresar en su vocación, no podía quedarse, lo amenazaban hasta llegar a límites donde no se podía soportar .
Así las cosas, dejaban todo, y era urgente irse con toda la familia hijos pequeños, esposas, parejas y dejar a sus familiares maternos y paternos que se quedaban sin entender, sin comprender ¿Por qué?, ¿ qué hicieron?, ¿no puede ser?
Eran preguntas sin respuesta alguna, solo sabían que tenían un hijo/a el pariente que fuera tenía ideales políticos, culturales, intelectuales diferentes que había que borrarlos de la faz de tierra y que no volvieran “nunca más”
Ahí surgió el dolor, el desgarro de esos padres que quedaban con el nido vacío, de cuajo la vida por medio de estos dictadores les arrebataban lo más preciado que tenían y debían continuar así, sin saber cómo continuar y solo esperar noticias y llegar a enterarse si sus hijos o parientes estaban vivos, presos en la clandestinidad o habían logrado exiliarse, escapar a otros países que los iban a recibir.
Además, desde el gobierno militar se buscaban familiares, amigos, vecinos, que quedaban en el país y que tenían la mala suerte de estar como contacto en una libreta de direcciones y teléfonos, para buscarlos, interrogarlos y que pudieran decir que sabían, si conocían la actividad, o pensamiento de esa persona que buscaban. Otra vez el miedo, el temor reverencial, la angustia, la impotencia que se hacía presente y no daba tregua.
Entonces, ese era el momento, que había que entender, que comprender para los niños, adolescentes y jóvenes, que ese crecimiento lo tenían que vivir en el medio de ese miedo, de esa dictadura, sin libertad física, de expresión e intelectual y con todo lo que ello implicaba.
Todo era bajo los designios de estos señores militares, que marcaban el paso y con medidas y decretos reglamentarios de una Junta Militar que se debían respetar a rajatabla y cumplir, porque de pronto en escena aparecían policías, militares y esos autos inolvidables autos “Falcón Verdes” –que también marcaron también un antes y después-, por la forma de llegar y llevarse la gente del lugar sin piedad alguna.
Adueñarse de esos pensamientos era lo único que les importaba y en el medio los grupos disidentes que salían por todo a enfrentarse como fuera y las vidas se cobraban de ambos lados.
Desaparecidos, lugares clandestinos, existían, era una realidad latente, era un silencio a voces, pero nadie podía decir absolutamente nada, porque lo mejor era callarse la boca y si eras el pariente de alguien que se había logrado exiliarse tu vida, corría peligro y otra vez el miedo.
Por eso, a los 46 años de este golpe militar, y donde han pasado tantos años y ese “Nunca Más” que se hace evidente, es necesario que se comprenda, que realmente no debe ocurrir nunca más, porque si bien, el tiempo va curando y mermando el dolor de tantas perdidas y destierros, debe existir un respeto por los Derechos Humanos que en la actualidad se utilizan como latiguillo para nombrar cualquier situación o hecho y se nombran sin sentido, sin conocer lo que implican de verdad.
Es importante conocer que la Comisión sobre la Desaparición de Personas (CONADEP) fue creada por el Gobierno Argentino en el año 1983 para aclarar e investigar la desaparición forzada de personas producidas durante la dictadura militar en la Argentina y así se origina el “Nunca Más” conocido como el “Informe Sábato” y publicado en el año 1984.
En escena aparecieron en ese momento y se visibilizaron todos los jueves- en el mundo-,las madres de Plaza de Mayo, que reclamaban con sus pañuelos blancos en sus cabezas por sus hijos/as desaparecidos y las abuelas que también marchaban y ponían el cuerpo para recuperar a sus nietos y nietas y a lo largo de este tiempo siguieron luchando con memoria y verdad para hacer justicia y -aunque no se diga- siguen la búsqueda de los nietos y bisnietos que quedan para recuperar la identidad, sus raíces y orígenes.
Por eso, y en la actualidad, todo se ha deformado, porque con este gobierno y en el medio de la soberbia, de las mentiras, de los excesos en importancia, de la peleas y trapos al sol que salen a relucir utilizan hasta el hartazgo los derechos humanos como una excusa, porque se olvidan de lo que implico haber vivido ese momento, y se jactan de utilizar la memoria para recordar lo que no saben, ignoran y desconocen.
En el medio de una grieta, de un abismo político, de superioridad, para probar si es la Sra. Vicepresidenta la que manda por haber elegido y postular en ese momento a Alberto Fernández, que es el presidente barrilete que va y viene y cuando el viento sopla muy fuerte se ancla y queda desdibujado.
Se presentan y pelean los grupos y organizaciones populares y de izquierda, por ocupar el palco mayor o estar en mejor posición pero se olvidan de comprender lo que era la Ex ESMA, que fue un experimento y laboratorio de terror, donde se mantuvo en cautiverio alrededor de cinco mil personas que fueron secuestradas por las fuerzas armadas y de seguridad, toda vez que no tienen conocimiento concreto lo espantoso que ocurría en ese lugar.
La reflexión y respeto por este día, debe estar presente tanto en la vicepresidenta como en el presidente, que deben entender que el poder no es absoluto, que no se trata de correr una carrera para llegar a ganar la pulseada y hacer pases de facturas, de culpas, de divismos y sentimientos encontrados frente a una realidad y crisis política, económica y social que se viene desarrollando a lo largo del tiempo y del cual se jactan como la Sra. Vicepresidenta de haber estado en ese momento del proceso militar como posibles víctimas de desaparición.
Ambos deben reflexionar, comprender y tener la humildad de respetar la investidura que llevan adelante porque están al frente de un país y no es una empresa donde compiten para llegar a ser el mejor.
Deben concretamente tener “memoria”, porque estos 46 años que pasaron a lo largo del tiempo, no fueron en vano, donde la verdad y la justicia debe estar presente, no es exhibirse y mostrarse públicamente como dos grandes políticos reflexivos, es tener dignidad y honradez
Recuerden lo que dijo Nelson Mandela: “Debemos usar el tiempo sabiamente y darnos cuenta de que siempre es el momento oportuno para hacer las cosas bien”.