El miércoles 7 de noviembre se inauguró, junto al Río de la Plata, en el Parque de la Memoria, un monumento que forman cinco estelas de piedra que, vistas desde el cielo, tienen la forma de una herida donde figuran los nombres de los desaparecidos bajo la última dictadura militar.
El monumento incluye los nombres de los desaparecidos y asesinados en Argentina de cualquier nacionalidad, y los de los argentinos secuestrados y asesinados en el extranjero por las fuerzas represivas de la dictadura, en el marco del "Plan Cóndor".
Parecería ser que, fiel a su estilo, este Gobierno siempre inclina la balanza para un sólo lado, el lado que a ellos les parece que es el bueno, el único, que en este caso es el de la reivindicación del terrorismo.
No es ninguna novedad que los Kirchner se sienten identificados con los Montoneros; la simple revisión de nombres en las distintas funciones gubernamentales así lo demuestran.
Es llamativo cómo esta parcialidad hace al Presidente aplaudir, rememorar y premiar a personas que fueron muertas por la dictadura del proceso y se olvide de todas aquellas que también fueron inocentes y murieron en los más de 21.600 atentados de diferente magnitud, perpetrados durante la década del 70.
Se supone que estamos hablando de personas inocentes, y víctimas inocentes hubo de ambos bandos, pero parece que las vidas de los muertos por uno valen más que las vidas de los muertos por otros.
Pero no sólo se recuerda a las víctimas inocentes muertas por la dictadura, sino que además, y esto es lo más vergonzoso, se pondera y resalta la actitud de terroristas, que son ni más ni menos tan delincuentes y asesinos como los integrantes del proceso, y hoy están en libertad gracias a los indultos presidenciales de Menem.
De hecho, tanto los Montoneros, como el ERP, la FARP y otras agrupaciones terroristas secuestraron, torturaron y mataron, incluso, como dijimos antes, a personas inocentes.
Sería bueno, que primero se solucionen y gasten fondos públicos para solucionar todas, o parte, de las necesidades que tenemos en nuestro país, especialmente las de los más humildes, que se supone que son los representados por el matrimonio presidencial, y no gastarlo recordando una época sangrienta a la que nos llevaron precisamente algunos de ellos, los terroristas, tratando de imponer su ideología a través del miedo y del terror incluso durante un Gobierno democrático.
Los terroristas también cometieron crímenes contra lesa humanidad, y abogar por una revisión parcial y no integral de nuestro trágico pasado, además de constituir una gran injusticia, podría alentar en el futuro nuevas acciones criminales como las impulsadas por los citados grupos insurgentes en la funesta década del 70, o por lo menos, no hace más que despertar odio y resentimiento en quienes se sienten ignorados o, sencillamente menospreciados.
Curiosamente, vaya uno a saber por qué extraña razón, este monumento se inauguró un 7 de noviembre, coincidentemente con el aniversario de la revolución Rusa, cuando en 1.917 se instauró el comunismo... ¿será casualidad?
Pablo Dócimo