La flamante ministra de Trabajo, Kelly Olmos, se refirió a algunos de los principales desafíos que afrontará al frente de esa cartera, en reemplazo de Claudio Moroni. “El gran tema es el sector de asalariados debajo de la línea de pobreza”, anticipó y prometió un “ministerio al lado de los trabajadores” que “cuide los puestos de y los salarios de los sectores del movimiento obrero”.
De esa manera, en diálogo con Nancy Pazos por Metro 95.1, Olmos le envió un mensaje a la cúpula de la Confederación General del Trabajo (CGT). La central obrera no se expidió sobre la designación de la nueva ministra y mostró cierta inquietud con el presidente Alberto Fernández por haber desplazado a su antecesor –y hombre de confianza de los sectores de “los gordos” y “los independientes”– sin consulta previa.
En ese sentido, la nueva titular de la cartera de Trabajo reconoció que tendrá una ardua tarea para recomponer la capacidad adquisitiva del bolsillo de los trabajadores frente a un pronóstico inflacionario que podría superar los tres dígitos a fin de año. Este panorama, además, ha sido factor determinante para los diversos conflictos sindicales por las paritarias, que tuvo como epicentro la de los trabajadores de los Neumáticos, el cual tuvo en vilo a la industria.
"Hay que detener la alta inflación, lograr que no afecte el nivel de empleo y que no se profundice la injusticia que existe, sobre todo entre los sectores más vulnerables”, apuntó la ministra, que marcó que “los trabajadores que reciben un salario en pesos son los más afectados”. Y, en paralelo, dejó un palito a las administraciones anteriores: “También hay una alta informalidad que hemos heredado".
Designada por expreso pedido del presidente Alberto Fernández, como lo expresó ella misma, Olmos es economista y se trata de una dirigente del PJ porteño de larga data. En los 90s, ocupó una banca en la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires por el menemismo, y entre 2007 y 2009 se desempeñó como secretaria de Asuntos Municipales del Ministerio del Interior, a cargo de Aníbal Fernández.
Olmos, a modo de cierre, se refirió a su relación con la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner: “Trabaje con cuatro años con Néstor y tres con Cristina. La vicepresidenta es una gran dirigente de nuestro movimiento, pero hace tiempo que no tengo relación directa”, marcó. Y finalizó con un mensaje contundente: “No necesito pedirle permiso a Alberto para hablar con Cristina”.