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Renunció la Primera Ministra Británica Liz Truss

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El mandato más corto en la historia británica.
El mandato más corto en la historia británica.

Se acaba de dar a conocer la renuncia de la Primera Ministra británica Liz Truss que había sido designada hace un mes y medio representante del Partido Conservador.

 

En concreto se informó que renunció como consecuencia del pedido que hicieron los legisladores “tories” que solicitaron su renuncia tras una votación en el Parlamento.

Cabe aclarar que esto se suma a la renuncia que efectuará la Secretaria del Interior, Suella Braverman.

Se destaca que es “el mandato más corto en la historia de Inglaterra”.

Ante esta renuncia la ministra realizó un discurso en la puerta de la casa de Gobierno donde expresó: “Asumí el cargo en un momento de gran inestabilidad económica e internacional. Familias y empresas están preocupadas por cómo pagar sus facturas. La guerra ilegal de Putin en Ucrania amenaza la seguridad de todo nuestro continente. Y nuestro país se había visto frenado durante demasiado tiempo por el bajo crecimiento económico”.

Relativo a su renuncia añadió: ”No puedo cumplir el mandato para el que fui elegida por el Partido Conservador. Por tanto, he hablado con Su Majestad, el Rey, para comunicarle que renuncio como líder del partido”, sentenció. En paralelo, el Gobierno emitió un comunicado en el que señaló que “el Canciller ha tomado decisiones para garantizar la estabilidad económica del Reino Unido y generar confianza en el compromiso del gobierno con la disciplina fiscal”.

Manifestó en otro tramo de su discurso su preocupación por “la dirección de este Gobierno” y admitió: “No solo hemos incumplido promesas clave que se prometieron a nuestros votantes, sino que tengo serias dudas sobre el compromiso de este Gobierno de cumplir los compromisos del manifiesto”.

Por otro lado, recalcó “que continuará en el cargo hasta la designación de un nuevo ministro”.

Trascendió que el conflicto que se suscitó -previo a su renuncia- obedece a que en la semana pasada – miércoles- y ante la prohibición del fracking para extraer gas shale, y los legisladores “tories” denunciaron que los asesores de Liz Truss los habían “apretado” para que voten en contra.

 
 

10 comentarios Dejá tu comentario

  1. Esto demuestra como en paises donde EL INTERES COMUN DE LA CIUDADANIA ESTA POR ENCIMA DE LAS FORMAS sin necesidad de VULNERAR LAS INSTITUCIONES DE UN PAIS, GENERA LAS CORRECCIONES QUE CORRESPONDEN. No es casual que la libra haya recuperado su valor , como así también el valor de muchas acciones Britanicas al efectivizarse la renuncia de Liz Truss. Mientras acá vemos a lo ocurrido como una señal de "debilidad" no se comprende que en realidad es una expresión de INTOLERANCIA A LA IMPROVISACION Y A LA IN-CER-TI-DUM-BRE. Ese tipo de sociedades aborrece a la INCERTIDUMBRE, eso es cosa de IGNORANTES e INEPTOS, es por ello que los mismos que postularon a la 1ª Ministra le exigieron el paso al costado en CUMPLIMIENTO DE SU REPRESENTACION DE LOS INTERESES BRITANICOS, incluso ASUMIENDO EL COSTO POLITICO DEL PAPELON. Se podrá criticar de muchas cosas a los Britanicos, mas cuando se aprovecharon de la torpeza historica de muchos dirigentes Argentinos (tambien lo han hecho y HACEN otras potencias actuales), pero no se puede negar la CAPACIDAD DE REACCION para cuando la ESTABILIDAD DEL REINO UNIDO está comprometida, tal como estaba ocurriendo con las medidas de esta "improvisada",que parece imitaba a Alberto Fernández, en eso de...¡"NO CREO EN LOS PLANES"!

  2. Más allá de las noticias femeninas, la nota sin quererlo permite comprobar algunos conceptos básicos del sistema parlamentario inglés y de la democracia en general. Los ingleses votan parlamentarios. Los parlamentarios son representantes, pero esa representación puede significar muchas cosas diferentes que conllevan diferentes contenidos o grados de democracia, o ninguno. Si los parlamentarios van unidos a una propuesta y unos criterios a cumplir, entonces y sólo en ese caso, hay un mandato sobre los parlamentarios; y cumplir ese mandato sería su deber. Si en cambio los representantes "representan" banderas, ideas, razas o géneros, no hay ningún mandato y no hay posibilidad de incumplimiento porque no hay nada que cumplir. En el caso de Inglaterra, la gente votó y ganó uno de los partidos. El partido ganador es el que le otorga un mandato al Primer Ministro, que es un mandatario del Parlamento. Para que exista un mandato tiene que haber un plan concreto y una posibilidad de cumplimiento que no se reduce a mostrar voluntad. En este caso, la renunciante dejó bien claro que deja el cargo ante la imposibilidad de cumplir el mandato. Lo interesante es que esto deja bien claro que el mandato no es un título personal sino una obligación de cumplir. No se cumple renunciando, porque el mandato no es testimonial; el mandato no es la obligación de recitar una ideología ni de hacer hipocresía a favor de algunos supuestos valores. Un mandato supone metas concretas que se deben cumplir y la renuncia está fundada en la imposibilidad de ese cumplimiento, por las razones que sean. Quedan bien claras las diferencias entre cualquier sistema con algo de compromiso democrático y los sistemas personalistas derivados del pensamiento napoleónico (1). En el sistema napoleónico, luego instalado en todas las ciencias sociales por el idealismo prusiano, el líder es un charlatán motivador sin obligaciones ni responsabilidades más que su codicia personal. Todo el pueblo es forzado a marchar como un ejército con el único objeto de trabajar por el éxito y la gloria del líder y su imperio. Lo que el líder representa es un símbolo de su país y de su "pueblo", el emperador es como la bandera y el escudo. Esos son los líderes patriarcales e intocables que se cultivan acá, Como Cristina y Néstor, o Perón y Evita. Y digo que se cultivan porque también el periodismo y la "academia" consideran imprescindible esa clase de mandamases, porque esa realidad basada en las verdades relativas de un relato elaborado por un charlatán motivador, es nada menos que su noción de realidad. Por el otro lado, el democrático, incluso en una democracia tan indirecta como una monarquía parlamentaria, existe el contrato entre mandante y mandatario, y existe la obligación de cumplir con el mandato, siendo que cumplir no es algo abstracto o una demostración de buenas intenciones o un alarde de dudosos valores sino la obtención de los resultados concretos encomendados en el mandato. (1) Recomiendo ver las citas más famosas de Napoleón Bonaparte, hay algunas muy graciosas y todas parecen muy vigentes.

  3. Ya que estamos, los planes en política. Todo plan requiere conocer los elementos en juego y su funcionamiento. Porque un plan requiere acciones precisas para que los resultados se produzcan naturalmente con la menor intervención. Si fuera por no limitar la intervención el límite supondría falsear esos resultados con un costo mucho mayor. De modo que un bien plan suele ser parecido a lo que hace un buen psiquiatra con un loco; que por cierto no incluye informarlo de teorías psicológicas ni tampoco hacerlo estudiar psicología ni mucho menos darle un título. Si por ejemplo el plan es recuperar la economía, sería muy loco pensar que bajarle los impuestos a las corporaciones y a los más ricos sea una forma efectiva de lograrlo. Esto sería tan absurdo como emitir moneda para subsidiar el consumo y que los ricos de siempre tengan cada vez más ingresos sin hacer nada. Si se quiere producir más riqueza, la manera siempre ha sido permitir la entrada de todos los nuevos productores que sea posible. Si están cortos de generación de energía, la solución es generar más energía y no menos. No van a mejorar la seguridad ni la educación importando la "cultura" de criminales y marginales de países fracasados y mucho menos aceptándola con respeto y sumisión.

  4. Para no dejar dudas. El peor de todo los planes es una lista de buenas intenciones del tipo de la Agenda 2030 de la ONU. Porque la lista d buenas intenciones a lo que conduce es a la tentación de falsificar los resultados, o a centrarse en la complacencia de la lista y no avanzar nada en lo concreto. Para peor, las buenas intenciones nunca se cuantifican de modo que cuando la cosa consiste en administrar bienes y recursos finitos o escasos, el mensaje del bienestar inmediato tiene un solo resultado fácil, y es la mentira de los resultados y la reducción de la población a considerar.

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