En una elección peleada voto a voto, el líder del Partido de los Trabajadores (PT), Luiz Inácio Lula Da Silva, se quedó con la victoria en el balotaje con una diferencia mínima sobre el actual mandatario Jair Bolsonaro.
Con la elección definida, Lula obtuvo el 50,90% (60.345.107 sufragios) y superó a Bolsonaro, que alcanzó el 49,10% (58.205.718), por lo que se convirtió en el próximo mandatario del país a partir del 1 de enero.
La extrema polarización de los comicios en Brasil se materializó en una diferencia de apenas 2.139.389 respaldos, sobre un total de 118.550.997 votos válidos emitidos este domingo.
De esta forma, Lula volverá al Palacio del Planalto a partir del próximo 1 de enero por tercera vez y deberá administrar un país atravesado por una profunda grieta. Bolsonaro, en tanto, se convierte en el primer mandatario desde el retorno de la democracia en no conseguir la reelección.
Los comicios finalizaron a las 17 y minutos después comenzaron a difundirse los primeros resultados, que mostraron arriba al actual presidente.
Poco a poco, a medida que se fueron cargando los datos, Lula comenzó a revertir la situación y antes de las 19 pasó al frente, logrando una diferencia a su favor final de poco más de un punto y medio.
El tenso recuento coincidió con una jornada de denuncias contra la Policía Federal de Carreteras, que -según la presentación del equipo de Lula- buscó con sus procedimientos impedir el voto de los ciudadanos que querían hacerlo por el PT, por su sintonía con Bolsonaro.
El Tribunal Superior Electoral de Brasil (TSR) rechazó esas acusaciones y dijo que "en ningún caso" los operativos policiales perjudicaron el voto, aunque admitieron que sí pudieron demorarlo.
En las calles de San Pablo, los militantes del PT salieron a festejar apenas Lula pasó al frente en el conteo oficial, aunque ya superado el 90% de los votos se lanzaron a la tradicional Avenida Paulista con banderas y distintivos para celebrar el triunfo de su candidato. Los multitudinarios festejos coparon la principal arteria de la ciudad por varias horas.
El presidente electo habló por primera vez tras la victoria poco antes de las 21, en el hotel Intercontinental del centro paulista, con un mensaje de unidad, en el que prometió "reconstruir el país" y gobernar para los 215 millones de habitantes y no solo para quienes lo votaron.
"A partir del 1 de enero de 2023 gobernaré para 215 millones de brasileños, y no sólo para los que me han votado. No hay dos países. Somos un Brasil, un pueblo, una gran nación", recalcó Lula, y continuó: "A nadie le interesa vivir en un estado permanente de guerra. Este pueblo está cansado de ver al otro como enemigo. Es hora de bajar a las armas. Armas matan y nosotros escogemos la vida".
"Tuve un proceso de resurrección. Me intentaron enterrar vivo, pero hoy estoy aquí para gobernar", aseguró el líder del PT, y consideró que esta segunda vuelta electoral fue "una de las elecciones más importantes" de la historia de Brasil.
Bolsonaro, por su parte, eligió el silencio y varias horas después de conocerse el resultado definitivo se mantenía sin reconocer la derrota ni hacer expresiones públicas.