No sería ninguna novedad si decimos que, en política, la
traición, la especulación o la extorsión son moneda corriente y una práctica
común, especialmente entre nuestros representantes.
Para aquellos que no crean que esto sea así, podríamos
citar como ejemplo de traición la del ex presidente Néstor Kirchner, quien no
conforme con su deslealtad a Carlos Menem, luego hizo lo mismo con quien lo puso en
la Casa Rosada, Eduardo Duhalde.
El mismo Duhalde nos mostró un claro ejemplo de
especulación cuando, por descarte, tuvo que elegir a Kirchner para derrotar en
2003 a quien él mismo había traicionado, Menem, ya que quien era su preferido,
Carlos Reutemann, se bajó a último momento de la candidatura presidencial, vaya
uno a saber por qué extraña extorsión. Como podemos ver, estos gestos son moneda corriente.
En esta nueva era K, la de Cristina, el primero en
sufrir esta mezcla de traiciones, especulaciones y traiciones fue Daniel Scioli,
cuando enviaron a "ocuparle" el Ministerio de Desarrollo Humano.
Sobre este episodio sólo diremos que el mensaje
mafioso respondía, en primer lugar, a demostrarle al novato gobernador de la
provincia de Buenos Aires quién es el que manda y distraer a la opinión pública
del candente tema de la valija venezolana, tema que el colega Carlos Forte explica perfectamente en su artículo publicado en este mismo sitio el pasado 3
de enero (ver https://periodicotribuna.com.ar/articulo.asp?Articulo=3450).
Pero el caso más contundente de extorsión –en este
caso no podemos hablar de traición- es la que estamos viendo y veremos por mucho
tiempo, al jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, Mauricio Macri.
El ex presidente de Boca Juniors será, sin dudas,
quien le disputará al Frente Para la Victoria la presidencia de la Nación en
2011, por eso, todos los cañones apuntan a él.
Indudablemente, Macri cometió dos errores políticos,
el primero fue el impuestazo del ABL, y el segundo la no renovación de contrato
a unos 2000 agentes municipales contratados.
Si bien el aumento del ABL era necesario, puesto que
desde 2001 no se aumentaba, y como todos sabemos los números en nuestro país no
son los mismos, ya que hubo inflación, el error fue hacerlo de forma compulsiva
y de una sola vez. Sin dudas, si el aumento se hubiese hecho de manera
fraccionada, el impacto hubiese sido distinto.
Pero no cabe dudas de que la medida más conflictiva es la
determinación de no renovar los contratos de empleados municipales que se
desempeñan bajo esa modalidad. El motivo de esta determinación es que estos
empleados son "ñoquis", pero los representantes sindicales, como no puede ser de
otra manera lo niegan rotundamente. En este caso, el error es no haber hecho un relevamiento previo, por que seguramente, en algunos casos, pagarán justos por
pecadores, y tal vez no se echará a los que tienen un padrinazgo político, vieja
historia argentina.
La respuesta del sindicato no se hizo esperar, y
rápidamente contraatacó con paros en todas las actividades municipales.
Macri, muy lejos de dejarse intimidar, subió la
apuesta, y decidió intervenir la obra social del Gremio de Municipales (OSBA).
Un mismo enemigo, dos frentes de batalla
Como no podía ser de otra manera, apareció en escena
"papá" Hugo Moyano, el máximo extorsionador, quien no podía dejar pasar por alto esta
oportunidad de demostrar su poder, especialmente al Gobierno central con quien
están midiendo fuerzas. Entre otras cosas, en un demagógico discurso en Plaza de Mayo, pidió por
los "compañeros municipales".
El líder sindical, contrariamente a buscar una salida
conciliadora, como sería invitar al Jefe de Gobierno a realizar un relevamiento
y dejar cesante a quienes realmente corresponda, convocó a un paro a los
recolectores de residuos, que vaya uno a saber qué tienen que ver en esta
historia, pero como dijimos, Moyano es un extorsionador profesional, y esta
metodología evidentemente le rinde sus frutos.
Hablando de Moyano... ¿no sería bueno que en algún
momento aclare de donde proviene su patrimonio o cual era su relación con la
Triple A allá por 1974/75, cuando residía en Mar el Plata? Otra cosa que
debería responder es por que no procede de la misma manera frente a los despidos
e irregularidades que ocurren en el INDEC.
Tampoco podían faltar el “dúo dinámico” del
sindicalismo, Amadeo Genta y Patricio Datarmine, “dueños” del Sindicato y la
obra social de los municipales.
Un pequeño detalle sobre estos dos personajes es que,
en el único hotel que tiene el gremio SUTECBA en la Ciudad de Mar del Plata,
frente al Casino, desde hace muchos años, disponen del último piso del hotel
durante todo el año, en forma gratuita, para ellos y para cualquier persona que
se hospede en su nombre. Para cualquier asalariado de la Municipalidad de la Ciudad
de Buenos Aires la cosa es bien diferente: si desea alquilar una habitación le cuesta 75 pesos por día
y debe hacer una cola nocturna dos meses antes de empezar la temporada de
verano... una miniedad, pero dicen que para muestra alcanza con un botón.
Y aquí está el segundo frente de combate, la obra
social, que presenta serias irregularidades, como por ejemplo no poder
justificar los 20 millones de pesos que el municipio le dio como subvención en
el año 2005 a través del Ministerio de Hacienda.
Según una auditoría realizada a mediados de 2007 por
José Luis Giusti, representante de la Auditoría General de la Ciudad de Buenos
Aires, faltan recibos por $6.216.000, además de encontrarse irregularidades
surgidas del cruce de información con la AFIP en recibos presentados por un
total de $18.000.000.
Otro detalle es la presentación de comprobantes por la
compra de guardapolvos para médicos por un precio de $197, cuando el mismo
municipio los paga a menos de $60.
Concluyendo
De esto se trata el conflicto, de intereses personales
de los municipales con el gobierno de la ciudad, que en realidad era un secreto
a voces, ya que todo el ambiente político sabía que desde el gobierno central se
fomentaría la ingobernabilidad hacia Macri, pero tal vez esta metodología se les
vuelva en contra, por que no estamos hablando de reclamos laborales, estamos
hablando de especulación y extorsión, y como siempre en el medio está la gente,
que somos quienes sufrimos las consecuencias de estas apretadas que suelen hacer
los municipales, los sindicalistas y, por supuesto, Moyano.
Pablo Dócimo