Andres Larroque, alias El Cuervo, es quizás el emblema más perfeccionado de una increíble campaña oficial que, en materia de embustes, supera todos los buzones que el kirchnerismo ha vendido hasta ahora.
Tomen ustedes conciencia del nivel de mentira del que estamos hablando si, conociendo los interminables relatos fantásticos que ha construido esta verdadera banda desde que apareció en la vida política argentina en 2003 hasta ahora, ésta las supera a todas. Nos referimos al grotesco de la “proscripción”.
Resulta francamente increíble, pero estos tipos, a cara descubierta y sin que se les mueva un pelo, salen a decir que Cristina Fernández de Kirchner está proscrita y que “el deber de la militancia hoy es salir a romper esta situación de proscripción”.
Uno lo lee, lo escucha, lo vuelve a leer, lo vuelve a escuchar y no lo puede creer.
No puede creer el nivel de caradurismo que tiene esta gente que los hace capaces de afirmar algo parecido a decir que la Pirámide de Mayo ha sido reemplazada por un elefante y que el deber de la militancia es salir a romper el elefante para reponer la Pirámide.
Es más, valiéndose de los medios hegemónicos y concentrados de que disponen (como por ejemplo el diario Ámbito Financiero) afirman cosas como estas: “Pasaron meses en los que Andrés “Cuervo” Larroque se mantuvo con perfil bajo. Pero este miércoles quebró el silencio, planteó sus posturas sobre la política económica oficialista y, ante el fallo que impide la candidatura de Cristina Fernández de Kirchner, trazó un plan de acción para la militancia, principalmente a La Cámpora. Tampoco se privó de repasar temas de coyuntura, como las declaraciones de Mario Ishii sobre los planes sociales o el juicio a los miembros de la Corte”.
Es increíble que un periodista se preste a escribir la frase “el fallo que impide la candidatura de Cristina” cuando no hay en toda la geografía nacional ningún fallo de ninguna naturaleza que “impida la candidatura de Cristina”.
Asistir a este espectáculo grotesco, verlo montar desde su mismísimo origen, ver cómo de a poco y cada vez con más firmeza se profundiza la expansión de una mentira de dimensiones oceánicas, nos recuerda una vez -como si hiciera falta- la naturaleza intrínsecamente delincuencial del kirchnerismo que no duda en echar mano a estafas intelectuales autoevidentes con tal de conseguir sus objetivos.
El mero hecho de gastar tinta para explicar que ningún elefante ha reemplazado la Pirámide de Mayo y que esta sigue erguida en su lugar sin que haya habido allí absolutamente ningún cambio, da la magnitud de la enfermedad mental colectiva que el kirchnerismo ha esparcido.
El nazi Larroque continuó (reproducido por la polea de transmisión Ámbito Financiero): “La tarea central de la militancia es salir a romper la proscripción a Cristina. Tenemos que trabajar por la vitalidad de la política y del peronismo. Por eso es imprescindible romper con la proscripción. No se puede hablar de peronismo si Cristina no está en la cancha”, señaló Larroque. En ese sentido, consideró que “la militancia tiene que salir del estado de letargo” para “dar una demostración de fuerza”.
Es muy sintomático también la terminología que Larroque elige para hablar. Él utiliza el verbo “romper” y la frase “demostración de fuerza”, como para que quede claro que su forma de acción no tiene que ver con las modalidades democráticas y racionales del Estado de Derecho sino que están basadas en la violencia y en el ejercicio de un poder de facto.
Obviamente no podía estar ausente la referencia a la madre de todo el problema: la incompatibilidad que tiene con la concepción kirchnerista de la política el concepto democrático de una Justicia independiente.
En ese sentido, este agente, que trabaja a destajo para la implantación de un sistema de servidumbre en la Argentina, dijo: “la presidencia de la Corte Suprema de Justicia “hace mucho tiempo que no da para más”. “Hay innumerables causas que involucran a la Corte, que se convirtió en el brazo político de la fuerza neoliberal en la Argentina. Por eso está bien que se avance en este caso con el juicio político, que es una herramienta válida cuando la democracia está en peligro”.
La Corte no es el brazo político de ninguna fuerza neoliberal. Es más, si me dejo guiar por la “ideología” de sus miembros, todos, excepto Rozenkrantz, son peronistas, hasta su mismísimo presidente que fue ministro de Néstor Kirchner y que dejó el gabinete cuando el pingüino quería que avalara negociaciones corruptas.
Que el país tenga que asistir a este espectáculo de mentiras y que una parte sospeche que la mentira tiene incluso posibilidades de ser creída por otra parte de la sociedad, da la pauta de hasta dónde está podrida la capacidad de análisis de, cuando menos, una porción importante de los ciudadanos.
Sobre Cristina Fernández de Kirchner no pesa ninguna proscripción de ninguna especie. No hay ningún fallo, decreto o ley que le impida presentarse a la elección que ella prefiera.
Es más, otras declaraciones del impresentable Larroque confirman el embuste: si existiera una proscripción, lo que él pide (presionar a la ex presidente para que acepte ser candidata) carecería totalmente de efecto porque el éxito de esa presión no derribaría la restricción legal si es que existiera.
Esto último que Larroque le pide a la militancia prueba que la que se auto excluyó públicamente (en un mensaje trasmitido prácticamente por cadena nacional) de participar en cualquier proceso electoral para no ser “mascota de Magneto” fue ella.
Nadie la obligó a semejante decisión y esa declaración prueba -por si hiciera falta- que la primera en saber qué el fallo del TOF 2 no la inhabilita para nada es ella misma porque su renunciamiento a ser candidata lo hizo por televisión en ocasión de responder al veredicto del Tribunal. Si la vicepresidente considerara que el fallo que estaba respondiendo la proscribía lo hubiera gritado a los cuatro vientos.
Pero, una vez más, para lo único que sirve este episodio (porque dedicarle una línea más a demostrar que no existe ninguna proscripción es una pérdida de tiempo) es para que quede probada por enésima vez la naturaleza inmoral, mentirosa y estafadora del kirchnerismo que no duda en salir a decir que la Tierra es plana con tal de lograr lo que quiere y cuando sabe que fue eficiente en fabricar generaciones enteras de zombies que están dispuestas a creerlo.