“Las autoridades del Colegio De La
Salle confirmaron que seguirán adelante con el proyecto para
convertir al centenario edificio de la institución en un hotel de lujo y un
centro de convenciones. 'Esta es una oportunidad para poner en valor el
edificio', aseguró Carlos Albornoz, superior provincial de la congregación de
hermanos de La Salle. El miércoles habrá una reunión en la Legislatura porteña
para avanzar con un proyecto para proteger el edificio.
El plan de la congregación, anunciado a los padres y ex
alumnos y revelado por Clarín el 19 de enero, consiste en concesionarle
por 30 años el edificio de Riobamba 650 a un grupo económico, para que haga un
hotel y un centro de convenciones. Como contraprestación, éste construirá un
jardín de infantes en parte de los patios del otro edificio del Colegio, en
Ayacucho al 600. Ayer, Albornoz lamentó que el proyecto se hubiera hecho público
y se negó a informar cuál era el grupo económico involucrado. 'No puedo dar esa
información porque todavía no está cerrado el acuerdo. Tenemos varias
propuestas', dijo”.
Esta nota, aparecida el viernes 25 de enero, falsea un dato,
ya que dicho medio no fue ni por las tapas el detonante. Tribuna de
Periodistas, en un informe de este humilde escriba, hizo saltar las espitas
cuando el pasado 26 de diciembre dio a conocer esto (1). La aclaración en sí
vale un Perú, dado que el día anterior, paradójicamente de la Navidad de Nuestro
Señor, las mentadas autoridades daban a conocer en una reunión urgente el
proyecto en cuestión. Demás está decir que nuestro diario virtual no fue
invitado a la conferencia de marras, como tampoco fueron convocados los
distintos nucleamientos de ex alumnos. Asimismo, quien escribe estas líneas
tampoco pudo contactarse con sus antiguos compañeros de la promoción 1983,
mediante el foro virtual que los nuclea, dado que le fue imposible acceder al
sitio.
En la mañana de dicho viernes, la congregación de hermanos
Lasallanos publicó una solicitada que se puede constatar en la página 13 de
La Nación, que lleva la firma del Hermano Carlos Albornoz, quien llevó la
voz cantante el pasado jueves. Dicha misiva, en realidad un comunicado
(palabreja de siniestra memoria), hace una reseña de la labor de los herederos
de San Juan Bautista de la Salle para luego, hacia el final, intentar explicar a
la opinión pública los beneficios de la controvertida (y para muchos, demencial)
reconversión: “En este tiempo, hemos intentado en el edificio, diferentes
desarrollos comerciales, que no han dado el resultado esperado. Su diseño del
siglo XIX, su costoso mantenimiento y los requerimientos de reformas para su
habilitación por las exigencias de seguridad, nos ha llevado a imaginar
distintas opciones que no comprometan el dinero que queremos utilizar para la
educación de los más pobres. Por ese solo motivo las autoridades de la
congregación de los Hermanos de la Salle en argentina (sic), con la
correspondiente autorización del Superior General de la Congregación en Roma,
hemos buscado, después de múltiples consultas, incluido el Gobierno de la Ciudad
de Buenos Aires, el emprendimiento que ha tomado una notoriedad que no
queríamos. Hemos hecho, hasta aquí, todos los trámites necesarios y hemos
obtenido del GCBA, las autorizaciones pertinentes, previstas por ley 449, sobre
edificios catalogados. En el acto administrativo de aprobación no se recurrió a
ninguna 'normativa de carácter excepcional' ya que el proyecto cumple con todo
lo que requiere el código de planeamiento urbano de la ciudad. Derecho que nos
asiste.
Creemos que con esta inversión, todos salimos ganando.
En primer lugar el edificio, que podrá ser mejor conservado que en la
actualidad. También el Colegio, que podrá contar con 4000m2 de laboratorios y
jardín de infantes nuevo, que por otro lado necesita.
Deseamos también hacerle llegar nuestro profundo
agradecimiento a quienes desinteresadamente vienen colaborando con nosotros para
concretar este imprescindible proyecto y a las organizaciones civiles,
religiosas y personalidades que nos están enviando su apoyo”.
Un par de incógnitas
Al final de la misma, se invita a incursionar por
www.lasalle.org.ar donde saltan a la
vista unas coloridas fotos de lo que será la inversión “que nos beneficiará a
todos”. Seguramente, quien lee y observa todo esto con suspicacia, le viene
irremisiblemente a la memoria el famoso caso de la escuela-shopping de Carlos
Grosso, allá por los 90.
En ese momento, también se dijo que la inversión beneficiaría
a todos, pero en realidad fueron más los que salieron perdiendo. Es dable
inferir entonces que este revival funesto de aquello, traerá más prejuicios
puesto que una señera institución se verá mutilada sin más.
También no es casual que luego de la citada reunión de ese 25
de diciembre, ni se haya invitado a los ex alumnos a que dieran su parecer como
tampoco se los informó sobre el curso de los acontecimientos. Tanto celo en
proteger la identidad de quienes ponen la guita, en un acto de suprema
reserva, es altamente sospechoso teniendo en cuenta antecedentes de peso en el
rubro de las inversiones inmobiliarias.
De más está decir que los convidados de piedra citados no se
quedarán haciendo mutis por el foro, pues ya han dado sobradas muestras de su
descontento al respecto. Pues las distintas asociaciones lasallanas están
alertas y vigilantes, Perón dixit, no perdiendo pisada alguna de este complejo
entramado.
Fernando Paolella
(1) Ver https://periodicotribuna.com.ar/Articulo.asp?Articulo=3432