¿Por qué Milei no para de sumar votos? Por supuesto que hay muchas explicaciones políticas para responder ese interrogante. Razones que se hallan en el gobierno y también en la oposición. Peleas, impericia, celos, más de lo mismo, egos, mala praxis… En fin una amplia pléyade de motivos que podrían explicar políticamente las razones del incremento de la intención de voto a LLA.
Pero hay un motivo que en mi criterio supera a los demás porque tiene un peso fácilmente entendible para la gente común: Javier Milei puede explicar rápido, en pocas palabras y de manera simple lo que va a hacer.
Es tan sencillo como eso: la gente ve que cuando se entra en el terreno de los “qué” y de los “cómo” (algo que, paradójicamente, reclamó el ex presidente Macri en su segundo libro lanzado el año pasado) Milei es el único que puede dar respuestas claras, rápidas, entendibles, coherentes entre sí (y compatibles con lo que él mismo dijo en tiempos pasados) acerca de lo que se propone hacer si es presidente.
Esa certeza entusiasma a muchos que ven, en todos los demás candidatos (ya sea individualmente considerados o como parte de las agrupaciones políticas a las que pertenecen) diferencias, indefiniciones, incompatibilidades, incertidumbres…
El escenario en el gobierno es decididamente patético, con Sergio Massa por un lado, de rodillas implorando dinero o apoyos en los centros financieros denostados por el populismo peronista y por La Cámpora y con Cristina Fernández de Kirchner, por el otro, dando “clases magistrales” en las que despotrica contra el FMI, el único tubo de oxígeno al que se aferra el ministro.
Pero en ese Frente de chiflados todo es posible. Eso sería más o menos esperable en quien fue, sin dudas y por lejos, el peor gobierno de la historia del país.
El tema se complica un poco más cuando centramos la mirada en la oposición de JxC. En estos días, frente a la disparada del dólar libre y las obvias manifestaciones de descomposición que está dando la economía, han declarado que “los equipos están trabajando en la preparación de un programa económico único de JxC”.
Frente a esto la gente, entre sorprendida y atónita, dice “¿pero cómo, todavía no lo tienen…? ¿Qué han estado haciendo hasta ahora?.
Y lo que han estado haciendo hasta ahora es básicamente pelearse. ¿Pelearse por egos? Sí, por supuesto que esa cuestión está presente. Pero también peleándose acerca de lo que hay que hacer y de cómo van hacer lo que hay que hacer, precisamente los dos campos para los cuales Milei tiene respuestas inmediatas.
La pregunta es porqué Milei tiene respuestas inmediatas y JxC no. Y allí sí, en la respuesta a esa pregunta, puede ir encontrándose la solución al misterio del crecimiento electoral del libertario.
Milei tiene respuestas inmediatas, coherentes unas con otras y fáciles de explicar y de entender simplemente porque tiene una idea omnicomprensiva de la concepción de país que persigue y una visión del mundo compatible con lo que quiere para la Argentina.
Esa cuestión, en JxC, está bajo discusión aun entre los distintos mosaicos que lo componen. Por eso en Bariloche el candidato de LLA le reclamó a esa coalición (no a la Argentina ni a los argentinos como algunos -que se creen San Martín en el mundo de los medios- propagaron maliciosamente al día siguiente de aquella reunión en el Llao Llao) un “ordenamiento ideológico” para que la gente tuviera claro quién era uno y quién era otro y de ese modo pudiera saber lo que podría esperar si, internamente, en esa agrupación, triunfa una tendencia u otra.
Es la claridad y coherencia conceptual de Milei consigo mismo y con lo que él siempre sostuvo lo que le da la credibilidad que la gente necesita en este momento para restaurar el único factor que cambia los paradigmas en la economía y en la sociedad: la confianza.
No hay confianza sin certeza y no hay certeza sin coherencia de ideas. La demora que JxC está teniendo en poder presentarle a la sociedad un único programa económico-social ordenado, con una hermenéutica coherente y compatible entre todas las medidas que será necesario tomar al mismo tiempo y con respaldo sólido de todos sus socios se debe a que, justamente, no hay acuerdo entre los socios respecto de lo que hay que hacer y, fundamentalmente, acerca de cómo hacerlo.
Con Milei uno puede tener discrepancias con la concepción de país, sociedad y mundo que él propone. Pero él tiene una concepción. JxC tiene varias. Y según sea que se adopte una u otra el perfil de país puede variar mucho. Esa incerteza es la que, probablemente de modo subliminal, está siendo vista por la sociedad que, cuando la contrasta con la firmeza indudable que muestra Milei en lo que quiere y en lo que busca, la hace inclinar por su figura.
El país ha sido sometido por el kirchnerismo a una incertidumbre atroz. La única certeza que el peronismo buscó asegurar en estos cuatro años es que su jefa no vaya presa por los delitos que cometió. Esa es la única verdad; las incertidumbres del pueblo le importaron un bledo.
Frente a ese tembladeral aparece una persona con un programa cerrado de punta a punta, con medidas entrelazadas unas con otras que son a su vez compatibles y coherentes entre sí, con una concepción de vida, de visión del mundo y hasta de creencias en un tipo de filosofía de vida que son, a su vez, coherentes con el modelo económico que presenta… Entonces la gente dice “voy con este tipo…” Aunque más no sea por olfato.
Tengo respecto de Milei una sola duda. El mismísimo día en que se pone un pie en la Casa Rosada (cualquiera sea el que lo ponga) se necesita un ejército que ocupe los lugares clave de decisión. Estamos hablando de miles de puestos (más allá de la “motosierra” ´que el propio Milei quiera poner en marcha el primer día). ¿Tiene Milei estos funcionarios? No lo sé.
A Macri le pasó algo parecido cuando tuvo durante meses puestos sin cubrir por no tener la estructura propia que le respondiera incondicionalmente.
El tiempo de la providencialidad personal para arreglar los problemas argentinos se acabó. Esto no lo arregla una sola persona por más fuerte que se muestre en sus convicciones. En eso tienen razón en JxC: aquí hay que tener equipos. Pero esos equipos deben tener una coherencia inquebrantable. No puede haber fisuras.
Esas sub-grietas que la gente percibe en JxC son las que lo hacen crecer a Javier Milei. ¿Sería un voto en su respaldo un tiro al vacío? No lo sé. Lo único que sé es que nadie nos vació tanto por el estatismo populista.