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JUEZ Y PARTE

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BALTASAR GARZÓN Y SUS INCOHERENCIAS
BALTASAR GARZÓN Y SUS INCOHERENCIAS

     Sin dudas, hay personas que nacen en el lugar equivocado. Más allá de asimilar o no las cuestiones culturales, antropológica e intelectualmente hablando, existen personas que desentonan con el ámbito donde viven.
     Un caso muy representativo es el del juez español Baltasar Garzón, quien en lugar de actuar como un magistrado del "Primer Mundo", se desempeña como la inmensa mayoría de los lamentables jueces de quienes dependen nuestros destinos, me refiero a los jueces argentinos, por si todavía el lector no se dio cuenta.
     Mediático, hablador, con un discurso “pseudo progresista” —para quedar bien con las minorías, por las dudas— y que es más conocido por sus declaraciones que por sus sentencias; incluso, es el típico "opinólogo" que, en lugar de dedicarse a su trabajo, opina frente a cualquier micrófono o cámara de TV que se le ponga en frente y, como si todo esto fuera poco, se mete donde no corresponde, en lugar de resolver los problemas de su propio país, nuestra madre patria.
     Son llamativas algunas cuestiones muy contradictorias en él, y la primera es la que lo lanzó prácticamente al estrellato mediático y su consiguiente fama internacional, cuando fue el juez encargado de investigar al, nada más ni nada menos, contrabandista y traficante de armas más conocido del mundo, el “compañero menemista" Monser Al Kassar ¿se acuerda? Aquel buen hombre paisano de Carlos Saúl Menem —con perdón de la palabra—  que viajaba por el mundo con pasaporte argentino, gestionado en la mismísima casa rosada, y a quien Menem le prestó un saco y una corbata para la foto.
    El mismo Al Kassar que vivía en una lujosísima mansión en Ibiza y cuya dirección oficial era la de una humilde vivienda de Anillaco. Ese mismo personaje, fue detenido en España por INTERPOL y puesto a disposición del “súper juez” —así lo conocen en su país— Baltasar Garzón, quien increíblemente lo dejó en libertad. Los motivos de su liberación nunca fueron muy difundidos, pero la realidad es que, en el mismo despacho del Juez, antes de ser interrogado, Al Kassar hizo una llamada telefónica; después de hablar con un importantísimo Jefe de Estado, éste le dijo al Juez que lo libere. ¿Las razones? Si Al Kassar quedaba detenido, una persona de su confianza (de Al Kassar) haría públicas las listas de quiénes le compraban y vendían armas, entonces el “súper juez”, no tuvo más remedio que obedecer órdenes, o sea que se guardó la independencia de los poderes en el mismo lugar que se la guardan la mayoría de los jueces argentinos.
     Pero aquí no terminan las contradicciones de nuestro buen amigo Baltasar Garzón, muy por el contrario, comienzan.
     Cuando en nuestro país se comenzó a revolver el pasado, viajó aquí para comprometerse con tal noble tarea y prestar colaboración e intercambiar información con jueces argentinos para poder volver a enjuiciar a los represores.
     El punto es el siguiente: si a este juez le interesan tanto las atrocidades cometidas en el pasado ¿por qué no se dedica a perseguir, enjuiciar y encarcelar a todos los militares que actuaron durante la dictadura franquista? Porque si utilizamos el mismo criterio en España que en nuestro país, hasta el rey Juan Carlos debería estar tras las rejas.
     Por otro lado, si tanto le preocupa el accionar terrorista, ¿por qué no se preocupa del problema que tienen en España con la ETA? Al fin y al cabo, son los españoles quienes le pagan el sueldo, y sería bueno que trabaje por y para su país.
     Pero, como evidentemente al Juez Baltasar Garzón le gusta aparecer en los medios, cada tanto nos sorprende con alguna declaración. Ahora llegó el turno de opinar sobre la ex presidente argentina, María Estela Martínez de Perón.
     Como el famoso Juez presentó un nuevo libro, titulado El alma de los verdugos que, como no podía ser de otra manera, habla sobre la “noche negra” de la represión en la Argentina —cuya orden fue firmada durante el gobierno de Isabel Perón—, aprovechó para opinar sobre Isabelita, y dijo: "Yo no creo que tenga nada que ver con los hechos que se le atribuyen, era una pobre mujer que no manejaba nada. Tenía a los militares en las reuniones de gabinete, ¿qué podía decidir?”
     No es intención, en este artículo analizar cómo actuó "Isabelita" o si corresponde o no su extradición requerida por el Juez Norberto Oyarbide, pero sí las actitudes del supuesto “súper juez” español, de extensa trayectoria en causas vinculadas a los derechos humanos (aunque tiene algunos puntos muy oscuros, como la liberación de Al Kassar, o involucrarse en casos de terrorismo de otros países,  cuando él, en España, tendría trabajo se sobra).
     Mi duda es, Baltasar Garzón, ¿es español? Porque francamente, tiene todo el aspecto de ser uno más de los jueces argentinos.

 

Pablo Dócimo

 

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