Todos los medios de comunicación
reverberan la noticia acerca del alejamiento de Fidel Castro del poder cubano.
El histórico líder anunció:
"Desempeñé el honroso cargo
de Presidente a lo largo de muchos años. El 15 de febrero de 1976 se aprobó la
Constitución Socialista por voto libre, directo y secreto de más del 95% de los
ciudadanos con derecho a votar. La primera Asamblea Nacional se constituyó el 2
de diciembre de ese año y eligió el Consejo de Estado y su Presidencia. Antes
había ejercido el cargo de Primer Ministro durante casi 18 años. Siempre dispuse
de las prerrogativas necesarias para llevar adelante la obra revolucionaria con
el apoyo de la inmensa mayoría del pueblo.
Conociendo mi estado crítico
de salud, muchos en el exterior pensaban que la renuncia provisional al cargo de
Presidente del Consejo de Estado el 31 de julio de 2006, que dejé en manos del
Primer Vicepresidente, Raúl Castro Ruz, era definitiva. El propio Raúl, quien
adicionalmente ocupa el cargo de Ministro de las F.A.R. por méritos personales,
y los demás compañeros de la dirección del Partido y el Estado, fueron renuentes
a considerarme apartado de mis cargos a pesar de mi estado precario de salud.
(…) Más adelante pude alcanzar
de nuevo el dominio total de mi mente, la posibilidad de leer y meditar mucho,
obligado por el reposo. Me acompañaban las fuerzas físicas suficientes para
escribir largas horas, las que compartía con la rehabilitación y los programas
pertinentes de recuperación. Un elemental sentido común me indicaba que esa
actividad estaba a mi alcance.
(…) Mi deseo fue siempre cumplir
el deber hasta el último aliento. Es lo que puedo ofrecer.
A mis entrañables
compatriotas, que me hicieron el inmenso honor de elegirme en días recientes
como miembro del Parlamento, en cuyo seno se deben adoptar acuerdos importantes
para el destino de nuestra Revolución, les comunico que no aspiraré ni aceptaré-
repito- no aspiraré ni aceptaré, el cargo de Presidente del Consejo de Estado y
Comandante en Jefe.
(…) Al frente del proceso político
llamado Revolución Cubana, proceso nunca exento de críticas feroces por coacción
contra la libertad, miseria, violaciones a los Derechos Humanos más elementales,
Castro supo mantenerse en el poder y eso es algo que las críticas poco agudas de
muchos analistas quede boquiabierta al no poder explicar un proceso que
parangonan con África, pero que tiene niveles de desarrollo en algunos campos
similares a varios países “más desarrollados".
El poder es social, nunca
individual. Uno dictador puede ejercer el poder, el más rancio de ellos, pero
nunca podrá sostenerse sin el apoyo de cierto grupo social representativo que
garantice el ejercicio de dicho poder. Así sucede con la más feroz dictadura
latinoamericana, o con las democracias más plurales del mundo. Eso es aquello
que no entendieron quienes quisieron matarlo, pensándolo como un desmembramiento
de la revolución. Sin la formación de cuadros políticos, sin la educación
constante, y sin destacables avances sociales (que a muchos liberales les
pesan), Cuba no hubiera sido un ejemplo para muchos de los hombres del mundo
entero que la apoyan: es decir, nadie saldrá a defender, apoyar, y arengar
internacionalmente la figura de un dictador africano o latinoamericano, pero al
Comandante Castro contrariamente sí se lo ha defendido, y eso es porque a pesar
de muchísimas críticas muy bien realizadas desde diferentes sectores políticos,
es indudable que representa mejoras históricas en el pueblo cubano.
A continuación dejo para la
lectura un texto modificado de un artículo que realicé hace años sobre mi única
experiencia en la isla y que publiqué en mi antiguo sitio, El Hombre Gris. Se
puede opinar lo contrario, pero hay hechos inobjetables. El entusiasmo mostrado
a continuación, es propio de una persona sorprendida, no de un defensor de un
país que tiene defectos, y al cual no iría a vivir, personalmente.
Algunas apreciaciones sobre
nosotros, Cuba, y un proyecto de País.
Este artículo es una breve
pincelada por algunas realidades que me sorprendieron. Es importante resaltar
que el objetivo de esta breve nota es contar lo que ocultan y tergiversan los
Medios más importantes de la Argentina, así como también lo que los comunistas
de nuestro país no ayudan para nada a difundir cayendo en los lugares comunes,
lo acrítico, y la obsecuencia. Espero sirva para algo, pues lo endiosado y lo
demonizado, solo ayuda a confundir la realidad.
Empezando a pintar
Viviendo en la Argentina,
informándose con los Medios argentinos, uno va tomando posturas acerca de la
Revolución Cubana. Se puede estar a favor por diversos motivos que llegan de
Medios progresistas, destacando la educación y la salud, por ejemplo. También
uno puede decir –como gran parte de la población informada por los monopolios de
información- que en Cuba se vive una dictadura, que los ciudadanos si bien
cuentan con sanidad y educación, éstas no serían tan así, sino que por el
contrario, es propaganda para el extranjero que hace turismo en la Isla y que va
allí a curarse: mentiras, mentiras, mentiras. ¿Qué diría usted si yo le dijera
que en Cuba hay libertad (imperfecta como en todos lados), que viven como
nosotros, que van al supermercado como nosotros (hasta le pagan a una cajera
haciendo fila, y les dan ticket), se quejan de que la plata a veces no alcanza,
se enamoran, discuten de política, de deportes, salen los fines de semana, y se
juntan a comer con la familia, y hasta se quejan de actos de corrupción? Ya sé.
Usted me diría, que no, que en aquel país no hay libertad de prensa, que el
gobierno viola los derechos humanos, que por eso la gente se va en balsa, y eso
lo dicen prestigios diarios (¿?) como Clarín o La Nación. Ya sé, nos mienten y
nos toman por estúpidos. Porque si usted va de turista, pero sale del hotel y
conversa con la gente podrá apreciar qué es ese pueblo.
Vistazo de Cuba
Desde que una entra al país y
pasa por la aduana te miran el pasaporte, lo escanean y corroboran durante unos
segundos la coincidencia entre la cara de la foto del documento y la del
portador del mismo (valga la aclaración, en Ezeiza es un trámite burocrático en
el que sólo escanean el pasaporte, y no miran la cara). Desde que uno ingresa
como turista todo está organizado. Te vienen a buscar al Aeropuerto diversas
empresas de turismo (estatales) que te trasladan al hotel, y de allí a los
destinos turísticos que sean. Los trabajadores saben varios idiomas y esto es
así porque toda la economía tras caer el "bloque socialista", tuvo que buscar un
nuevo rumbo y vio todo su potencial en el turismo. Así movilizaron todos sus
recursos para ello, promoviendo la enseñanza de idiomas, la construcción de
hoteles, y el desarrollo de los transportes.
Con todo esto, uno puede ejercer su derecho al prejuicio y decir que entre el
extranjero que trae los “dólares” y los “euros”, y el cubano que gana mucho
menos hay un abismo y que todos quieren irse. Para nada. Es cierto que existe el
mercado ilegal de cigarros, de ron, etc. mucho más cierto es que te pueden pedir
papel higiénico que a ellos les cuesta caro o jabón. Pero también es cierto que
dicen: “nosotros tenemos necesidades como cualquiera, pero aquí tenemos salud y
educación, comida y fiesta. Aquí nadie se muere de hambre, y todos tienen
trabajo”.
La investigación en el campo de
la tecnología y las ciencias está a la orden del día. Así lo demuestra la
televisión, que transmite cultura (muy rica y desconocida para el argentino
promedio que piensa que los cubanos no disponen ni de Internet), programas de
educación con clases televisadas de materias como química, literatura, etc.,
(hasta dan tiempo para que el televidente tome nota), que transmite diferentes
actividades que se realizan en el país (como lugares geográficos, oficios de
importancia para la infraestructura nacional, etc.) Ni Samanta Farjat ni Susana
Giménez tendrían lugar ahí. Muchos menos un desagradable Marcelo Tinelli o un
Mauro Viale, por ejemplo. La televisión educa y difunde. Claro que el lector
podrá argumentar que todo es propaganda del gobierno tiránico, pero con todo
respecto sugiero al lector que prenda la tele que hay un excelente noticiero
como el del 13 o un diario como Página 12 que son bastante críticos del gobierno
argentino.
Militarmente, el pueblo cubano
está preparado en caso de una invasión. No piense usted que en caso de ataque
desenvainan bananas y se subirán a los árboles. Cuando le pregunté a un soldado
cubano acerca de “unos ejercicios militares que se realizan cada tanto junto con
toda la población” el militar se dio vuelta y le preguntó a otro: “¿Se conoce
afuera el Bastión? Ese detalle, por más mínimo que sea, da la pauta de noción de
seguridad. Cuando el otro militar asintió, algo me contó. Luego hablando con
maestros me fui enterando que “El Bastión” es un ejercicio en que todo el pueblo
está movilizado para que en casos de catástrofe natural o invasión, cada sector
de la sociedad ocupe su lugar. Los niños con los maestros a los refugios, los
hombres y mujeres a las armas, planes de abastecimiento, etc. ciertamente mucho
no pude ahondar.
En las escuelas primarias y
hasta quizás en los cuarteles, y en la calle nuestro héroe patrio llamado San
Martín no es más que él “santo de la espada” o “el libertador”. Pocos conocen su
pensamiento y su obra de verdad, no mítica. Es que todo el sistema educativo
está pensado para ello. En Cuba desde niños conocen a todos sus héroes patrios,
van aprendiendo su obra, su vida, su pensamiento. “Nuestro apóstol”, como le
llaman a José Martí no es el "Santo de la Pluma". Era un hombre de carne y hueso al que
leen, estudian y conocen. Lo mismo con el "Che" Guevara, quien no es una bonita
estampa de remera, sino un héroe humano que murió con dignidad.
Más que Socialismo, lo que pude apreciar es un verdadero nacionalismo y amor
por la patria y sus símbolos. Es muy difícil describir, y trato de relatarlo sin
caer en la obsecuencia de los comunistas argentinos que no ayudan a saltar el
bloqueo económico y cultural que sufren. En la escuela cubana, aprenden con
un sistema unificado complementado con videocasetes que realzan la comprensión
de los estudiantes. No es una usina de ineptos, sino el corazón del amor que
tendrán toda su vida por su país. También son necesarias ciertas aclaraciones de
la mitología popular creada por grandes dioses de la información.
1) El sistema político es de partido único. Pero tiene matices que la ciencia
política no quiere ver. Argentina o los EEUU son también de hecho regímenes de
partido único que arreglan por prebendas y períodos de gobierno, siendo además
países muy grandes con más matices que Cuba.
2) Los balseros son inmigrantes ilegales y los disidentes son opositores. Si yo
no apoyo a Kirchner no quiere decir que estoy con los EEUU y su democracia. Y si
miles de inmigrantes salen sin su pasaporte y por la periferia de los controles
fronterizos, son ilegales, no muleros que cruzan en mula. En Cuba pasa eso. Como
en todos lados, hay que comprar el pasaporte y el pasaje para salir y no todos
tienen acceso a él (le recuerdo al lector antes de que haga objeciones absurdas
que pocos argentinos podrían adquirir pasaporte debido a que sale casi lo mismo
que un plan "Jefas y Jefes de Hogar"). Como me dijo un Médico, que salió del país
a trabajar en lo que ellos llaman el trabajo de Internacionalistas: “Yo llegué a
Francia y allí ganaba 800 Euros y la diferencia con el Peso cubano era abismal,
pero luego me di cuenta que con eso no compraba ni una camisa. Y muchos de los
servicios sociales son pagos o limitados”.
3) En Cuba lo que existe es la escasez, no el hambre. Todos tienen sus
alimentos, que pueden adquirir en tiendas donde cuestan centavos. Hay salarios
bajos, y hay salarios más altos. Los ricos no existen, pero hay diferencias.
Lo que iguala a todos es la igualdad (repito, nunca perfecta) de oportunidades
de acceso a la educación que es el verdadero motor del asenso social que ahí
tiene que ver más con el “status”, no con el dinero. Y el status tiene que ver
con la solidaridad. Recuerdo cuando yo iba al jardín de infantes: Los dibujos
favoritos eran los del Pato Donald y el juego predilecto era hacer “billetes” y
jugar al vendedor y el comprador. Comprábamos y vendíamos caramelos o juguetes.
Nos enseñaban a ser hombres de mercado desde muy pequeños.
En un jardín de infantes en Cuba (le dicen Círculo) observando pude ver
caricaturas de Camilo Cienfuegos al lado de los Siete Enanitos. Y una cosa más
sorprendente aún. Una muñeca, que tenía un tubo en el brazo con un suero con
líquido rojo, como sangre. Le pregunté a una maestra qué era eso, y me dijo que
uno de los juegos favoritos de los niños: la transfusión de sangre. Ahí
comprendí mejor, el valor de la sangre y lo que nos hace falta a nosotros para
ser educados en la solidaridad, como todo pueblo que quiere ser, como toda
familia que tiene un proyecto a futuro.
Daniel Blinder