Agustina Bazterrica, la autora de la novela “Cadáver exquisito” nos sigue sorprendiendo y atrapando, en esta ocasión con su nueva novela “ Las indignas”, *distopía perturbadora, en la cual se involucra “…la naturaleza, el mundo que atravesó guerras por el agua y catástrofes ambientales perturbadoras, dios abusivo y la forma subrepticia de la amistad…”
Es oriunda de la Ciudad de Buenos Aires. Escritora. Licenciada en Artes en la Universidad de Buenos Aires. Fue gestora y curadora cultural junto a Pamela Terlizzi Prina del Ciclo de Arte Siga al Conejo Blanco desde 2015 a 2020.
Recibió el Primer Premio Municipal de la Ciudad de Buenos Aires “Cuento Inedito 2004/2005" y el Primer Premio en el XXXVIII Concurso Latinoamericano de Cuento "Edmundo Valadés" (Puebla, México, 2009).
En 2013 publicó la novela Matar a la niña (Textos Intrusos), y en 2016, el libro de cuentos Antes del encuentro feroz (Alción Editora). En 2017 ganó el Premio Clarín de Novela por la obra Cadáver exquisito, que se publicó bajo el sello Alfaguara ese mismo año.
En tal contexto, dialogamos con Agustina Bazterrica, para interiorizarnos sobre esta nueva publicación que está haciendo un camino al andar y visibilizando todo aquello que es fuente inagotable como escritora en cada uno de sus libros.
TDP- ¿Cuál es la motivación y/o inspiración para está su segunda novela "Las indignas"
AB- Una de mis obsesiones es preguntarme por qué creemos en las cosas que creemos. Parte de la primaria y toda la secundaria fui a un colegio de monjas alemanas donde me inculcaron la creencia del Dios católico. Se pregonaba el amor por el prójimo, pero la realidad que yo viví ahí fue muy distinta, no había compañerismo ni sororidad. La estructura ideológica era opresiva, de disciplinamiento y obediencia. Siempre eras una indigna y siempre eras juzgada. Esta experiencia de vida se sumó al hecho de que en el 2018 viajé a la Feria de Cusco y fui al Monasterio de Santa Catalina donde tienen un patrimonio de arte cusqueño importante, y un tipo de iconografía que me fascina y que estudié en la facultad que son los Ángeles Arcabuceros.
-Casi no había turistas, las luces eran tenues y el Monasterio estaba ambientado como si las monjas siguieran viviendo ahí. Y recuerdo entrar a una sala y ver a una monja rezando y quedar paralizada del terror que sentí, hasta que me di cuenta de que era un maniquí. En ese momento fue cuando pensé en escribir algo sobre un monasterio. Aunque finalmente escribí sobre una secta en un mundo devastado, la base es la de mi experiencia con el catolicismo.
TDP- Sin expoliar demasiado, ¿por qué es una novela que implica una distopia perturbadora?
AB- Porque llevo mi experiencia en el colegio al extremo absoluto, pero también mi vivencia en el patriarcado. Si bien soy una mujer llena de privilegios y recursos, la realidad para muchas mujeres es muy diferente. Todavía existen países donde las mujeres no pueden estudiar. Entonces me pregunto: ¿Cómo sería el mundo donde las catástrofes ambientales ya se consumaron? ¿Volveríamos a emular los paradigmas como el patriarcado? ¿Y qué pasaría si en un espacio limpio de contaminación existiera un grupo de mujeres y un hombre que creen que un Dios antiguo los protege de la toxicidad del mundo?
TDP- ¿Cómo resultó la presentación reciente del libro en CABA y que vivencias con los lectores que estuvieron presentes?
AB- Fue muy hermosa, llena de amor, tópico que trabajo en la novela sin nombrar nunca la palabra amor. Hablo del amor como energía universal.
No solo vinieron amigos y familia, sino tantos lectores que, literalmente, terminé de firmar el último libro cuando cerraba la persiana de la librería. Valentina Vidal y Mariana Travacio, escritoras que admiro y amigas, hicieron un análisis serio, profundo y dedicado del libro y Ever Oroná, gran lector y un apasionado de la literatura, leyó un fragmento de la novela.
Este es un fragmento de lo que dijo Valentina Vidal sobre Las indignas: “Agustina toca el terror corporal, los abusos, los miedos, el cambio climático, los incorpora en una historia colosal, repleta de símbolos y alertas dentro de una atmósfera eclesiástica, severa y sobrenatural componiendo una sinfonía donde el poder de la escritura, la amistad y la empatía, son la única salvación posible. Agustina lo hizo de nuevo. Con belleza, con talento, con una cadencia redentora, con horror y siempre pero siempre con buena literatura.”
Mariana Travacio dijo: “Como vemos, Bazterrica hilvana esta historia desde una prosa limpia, rítmica, cuidada, profundamente poética. Y lo que va hilvanando, Bazterrica, en Las indignas, es una historia de amor en medio del terror. O de la posibilidad del amor, o -aún- del coraje del amor, en el encierro de una sociedad mortífera.”
TDP- La portada del libro es una idea suya o la realizó en colaboración con otra persona y/o diseñadora?
AB- La imagen de la portada es una obra clásica, usada en miles de soportes (libros, remeras, etc). Se llama Brujas yendo al Sabbath (1878) del pintor español Luis Ricardo Falero.
-Mientras escribía la novela tuve muy presente esta imagen por eso le propuse a mi editora la posibilidad de usarla porque creo que tiene la voluptuosidad que intento lograr con el registro poético, el desnudo simbolizando la tensión sexual latente en toda la novela, esas mujeres como brujas, siempre castigadas, quemadas, siempre incomprendidas y ese hombre de espaldas que se alinea completamente con uno de los personajes.
-En la editorial aceptaron y Max Rompo (un diseñador talentosísimo) hizo su magia para logar el mejor recorte y marco para la obra que no entraba entera.
TDP- ¿Se encuentra generando, ideando otro proyecto para un nuevo libro?
AB- Estoy leyendo, investigando sobre distintos temas, reuniendo las piezas del rompecabezas para, con cuando las complete, sentarme a escribir.
TDP- Quién ha sido su referente y/o persona que ha dejado huellas en este camino de la literatura y en general.
AB- En mi familia son grandes lectores y siempre me apoyaron con mi vocación y siguen haciéndolo. Sin ellos hubiese sido todo mucho más difícil.
- También Liliana Diaz Mindurry que es mi maestra hace más de 30 años con la que trabajé todos mis libros que la nombro en todas las entrevistas, con ella trabajé esta novela desde el inicio. Mi marido, por supuesto, que es una de las primeras personas que leen todo lo que escribo.
-Y después infinidad de escritores y escritoras clásicos y contemporáneos que, gracias a sus libros, enriquecen mi propia escritura. Estoy convencida de que uno nunca escribe solo, siempre es una reescritura de aquello que leyó, vivió, pensó, etc.
- Algunos de los autores y autores que releo y estudio son: Juan José Saer, leí muchas veces sus novelas El entenado, El limonero real, Glosa (¡qué maravilla!), Cicatrices y muchos de sus cuentos. Y después Borges, Cortázar, Silvina Ocampo, Sara Gallardo, William Faulker, Clarice Lispector, James Joyce, Virginia Woolf, Carlos Fuente, Flannery O’Connor, John Cheever, Toni Morrison, Juan Rulfo, Shirley Jackson y Fiodor Dostoievski.
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*Distopía: Representación ficticia de una sociedad futura de características negativas causantes de la alienación humana.
“Cada libro, cada volumen que ves aquí, tiene un alma. El alma de la persona que lo escribió y de aquellos que lo leyeron, vivieron y soñaron con él. Cada vez que un libro cambia de manos, cada vez que alguien baja sus ojos a las páginas, su espíritu crece y se fortalece” (La Sombra del Viento, Carlos Ruiz Zafón) Escritor español.