Lo que sucede es peligroso.
Chávez se enojó. ¿Por qué se enoja el mandatario venezolano?
Ciertamente el ataque se produjo
en territorio ecuatoriano, país aliado hoy en día a la República Bolivariana. El
Presidente Chávez dijo: “En alerta pongo a Venezuela; en alerta. Y apoyaremos al
Ecuador en cualquier circunstancia”. Más adelante aseguró sobre Colombia y EEUU:
“Quieren invadirnos a nosotros también… no lo vamos a aceptar, señor mafioso
Uribe” y que “puede ser el comienzo de una guerra en Suramérica”, ordenando
desplegar fuerzas militares en preparativos defensivos para atacar o prevenirse
de un ataque colombiano. “Nosotros no queremos guerra, pero no le vamos a
permitir al imperio norteamericano, que es el amo y su cachorro Uribe y la
oligarquía colombiana, que nos vengan a debilitar. No lo vamos a permitir”,
dijo.
Según Carl Von Clausewitz, un clásico de la estrategia militar la guerra es un acto
político, pero con otros medios. El medio aquí utilizado es la fuerza, y debe
utilizarse en su justa medida, planificada según dicho objetivo, y hasta ahí
llegar. Lo que llama la atención es justamente la celeridad del movimiento
político anunciado por Venezuela. La guerra es la política por excelencia,
utilizando la última razón de Estado, la fuerza. Pero el ataque de Colombia fue
contra una guerrilla con poderes cuasi-estatales con dominio territorial y de la
fuerza, pero ilegítimo internacionalmente. Entonces, preguntémonos nuevamente,
tratando de responder el por qué del enojo de un líder latinoamericano de la
talla de Chávez. Empezaremos a encontrar una respuesta en el más común de los
sentidos.
Desde hace tiempo, Hugo Chávez
viene posicionándose como gestor del proceso de paz entre la guerrilla
colombiana y el gobierno colombiano. Pese a que llamó “gran revolucionario” a
Reyes, el guerrillero abatido, y que gran parte de los analistas aseguran que
los métodos utilizados no solamente violaron la soberanía ecuatoriana, sino que
también las normas de la guerra por atacar dormidos a los guerrilleros, lo
cierto es que en nombre de la revolución, las FARC están vinculadas al
narcotráfico; secuestran personas y las someten a vejaciones y en la guerra
utilizan niños soldados, entre otras cosas, a lo que si le sumamos la
persistencia del conflicto en años, no estamos frente a una revolución contra un
gobierno cipayo pro imperialista, sino más bien en la medición de fuerzas entre
dos poderes capaces de imponer la fuerza en determinado territorio, y la lucha
por la completa soberanía y el control de la coacción en todo Colombia.
La presencia política de Chávez
con grandes avances en lo social en Venezuela y sostenidas por una orientación
de valores e ideológica, no justifica en realidad la condición de
revolucionarios de los pseudos-estados insurgentes colombianos. Más bien,
señalan una clara conexión entre ellos, que es absolutamente criticable. Pero la
política es política, y a veces los aliados utilizan retórica común para
afianzar dentro de un discurso unificador, algo que en realidad refiere a
procesos muy distintos, y que responde simplemente a intereses nacionales
concretos. Así, la alianza con el ultra-conservador Irán, así el llamado de
Chávez al rey saudí “mi hermano” en la última reunión de la OPEP, cuando estos
dos son las antípodas, y el millonario saudita no sólo viola sistemáticamente
los derechos humanos en su país, sino que es además amigo del peor enemigo en
retórica de Venezuela, los EEUU.
¿Entonces qué consecuencias
podemos esperar de estos últimos incidentes? El objetivo político venezolano,
podría generar una escalada de medición de fuerzas, en el cuál arrastraría a una
progresión de conflictos, en la cuál el Ecuador quedaría igualmente incluido.
Pero recuérdese los viejos conflictos con el Perú, y la regionalización de un
escenario bélico se extendería. Sumado a esto, el apoyo y los ataques de las
fuerzas guerrilleras colombianas hacia grandes ciudades, desatándose una guerra
de magnitud, con consecuencias inesperadas.
¿Por qué se ha enojado Chávez
entonces? Él ve que este ataque es pues el principio de una escalada que puede
desafiar su poder, y sus bases de poder aliadas. Militarmente hablando, es un
"guantazo blanco" a la cara del mandatario. La pregunta que cabe hacerse es por
qué tiene como aliados a tales actores políticos. Y esa es otra posible
respuesta a la pregunta inicial, teniendo en cuenta que FARC vive del
narcotráfico, el tráfico de armas y de personas, medios de sustento
absolutamente contrarios al humanismo socialista que constituye gran parte del
apoyo moral al líder bolivariano.
Daniel Blinder