Tal como se temía, Argentina mantiene un nivel muy bajo en su nivel educativo. O al menos eso es lo que muestran las pruebas PISA.
De acuerdo a los resultados correspondientes a relevamientos hechos en 2022 difundidos en las últimas horas, el país se ubicó, por su desempeño en Matemática, donde hizo foco la actual edición, en el puesto 66 sobre un total de 81 países evaluados, con 378 puntos.
En las anteriores mediciones, correspondientes a 2018, había quedado, en la misma materia, en el lugar 71, pero con 79 estados participantes.
Las pruebas PISA (“Programa para la Evaluación Internacional de Alumnos”, por sus siglas en inglés), pertenecen a la OCDE y su objetivo es medir la capacidad de los alumnos de 15 años para «utilizar sus conocimientos y habilidades de lectura, matemáticas y ciencias para afrontar los retos de la vida real».
La OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos) es “una asociación internacional de más de treinta países cuyo objetivo es fomentar políticas que impulsen el desarrollo económico sano de las regiones y permitan mejorar el nivel de vida de las personas”.
Desde 1998, las pruebas PISA se aplican cada tres años a una muestra seleccionada de entre 4,500 y 10,000 alumnos por país (en la última fueron 12.000 en Argentina) que están por finalizar la educación secundaria y que tienen alrededor de 15 años. Tienen una duración de dos horas y no requieren más que «los cuadernillos del examen, lápiz y papel«, aunque la última edición, realizada el año pasado, se hizo en formato digital.
Argentina participa desde el año 2000.
Los números fríos indican que, además de los 378 puntos en Matemática, nuestro país obtuvo 401 en Lectura, ocupando el puesto 58, y 406 en Ciencia (puesto 60). ¿Qué significa eso? Que si bien se mantiene casi igual que en la última edición de 2018, continúa con un promedio muy bajo, inclusive para la región.
En aquella oportunidad, en la cual participaron 79 sistemas educativos, Argentina se ubicó en el puesto 63 en lectura, 71 en matemática y 65 en ciencias.
Como viene ocurriendo desde hace años, Chile volvió a figurar como el país mejor evaluado de América Latina, al ubicarse en el puesto 37 entre los 81 examinados.
Uruguay, en el lugar 53 del ranking, es el segundo de la región, mientras que México, en el puesto 57, está en el tercero.
Perú (59), Costa Rica (63), Colombia (64), Brasil (65), Argentina (66), Panamá (74), Guatemala (77), El Salvador (78), República Dominicana (79) y Paraguay (80) completaron la lista.
Es decir, que nuestro país quedó en el octavo lugar de la región.
En 2018, en tanto, entre los diez sistemas evaluados quedó séptimo en lectura y ciencias, y octavo en matemática.
Cabe aclarar, sin embargo, que el nuevo reporte registró una caída global de 15 puntos, hasta 472, en el promedio de matemática de los estudiantes de los países evaluados, en comparación con los anteriores exámenes realizados hace cinco años.
“La pandemia del covid-19 y las medidas que las autoridades impusieron para hacerle frente, en particular los confinamientos”, son la explicación que desde la OCDE dan para este retroceso sin precedentes.
En el reporte también se extrajeron lecciones para abordar crisis futuras.
“Cierres de escuelas más breves, menos obstáculos para el aprendizaje remoto y la continuidad en el apoyo de los docentes y padres”, fueron las razones que se dieron en el informe para los 31 países que lograron avanzar o al menos mantener sus resultados de hace cuatro años.
La recomendación le cabe a la Argentina, que mantuvo sus escuelas cerradas durante todo 2020 y con intermitencias en 2021.
La muestra en nuestro país se realizó sobre más de 12 mil estudiantes de 15 años, y que asisten a más de 460 escuelas. Se implementó en las 24 jurisdicciones y en la Ciudad de Buenos Aires, Córdoba y Mendoza se aplicó una “sobre muestra”.
Nueva Zelanda, Suecia, Finlandia, República Checa, Australia, Polonía, Reino Unido, Dinamarca, Irlanda, Canadá, Suiza, Estonia, Corea del Sur, Japón, Hong Kong, Taiwan, Macao y Singapur estuvieron por encima del promedio que establece la OCDE.
En tanto, EEUU, Francia, España, Alemania, y Portugal, entre otros, se mantuvieron en el promedio.
El mejor calificado fue Singapur, la pequeña ciudad-estado asiática. Las mediciones de sus estudiantes fueron muy superiores a las de sus más cercanos competidores: los japoneses. En el caso de matemáticas la brecha entre el primer y segundo lugar fue de 39 puntos,
Ninguno de los 13 países latinoamericanos evaluados superó el promedio de la OCDE.
Pero esta situación no debería sorprender, ya que algo similar se había registrado en la edición anterior.
En aquel reporte, se verificó que «la brecha educacional entre América Latina y los países asiáticos o europeos» seguía presente y parecía estar lejos de disminuir.
Los nueve países latinoamericanos evaluados en 2018 habían obtenido una clasificación inferior a la del promedio de países de la OCDE, organización en la que están presentes los países más desarrollados del mundo y a la que pertenecen México y Chile.
Este último país, como ocurrió en la presente muestra, había encabezado la lista latinoamericana en lectura y ciencia, mientras que Uruguay lideró en matemática. Pero, de todas formas, los puntajes obtenidos habían estado muy por debajo de los de China o Singapur, que confirmaron el predominio educativo asiático y se coronaron, una vez más, como los lugares con mejor educación del mundo.
Como se comprobó en 2022.
Si bien los resultados de las pruebas PISA no son determinantes, “arrojan información clave que es muy útil para que los gobiernos y los organismos reguladores sepan qué clase de políticas públicas y acciones educativas deben impulsar para que las nuevas generaciones estén mejor equipadas para construir una realidad más equitativa y justa”, afirma la OCDE.
A la Argentina nunca le fue bien en estas evaluaciones.
En la primera edición en la que intervino, del año 2000, en la cual participaron 41 países, nuestro país quedó en el puesto 34 en matemática. En ciencias, quedó en el puesto 37. Y en comprensión de texto, quedó en el puesto 35.
Mientras que en 2003 no participó, en la siguiente prueba (2006), en la que fueron evaluados 57 países, en matemática, Argentina quedó en el puesto 50, en ciencias, en el puesto 51, y en comprensión de texto, quedó en el puesto 52.
Por último, en 2012, sobre 65 sistemas analizados, se ubicó 59 en matemática, 58 en ciencia, y 60 en comprensión de texto.
Desde la primera participación, pasaron por el poder Fernando De la Rúa, Eduardo Duhalde, Néstor Kirchner, Cristina Fernández de Kirchner, Mauricio Macri, y Alberto Fernández. Aunque el kirchnerismo gobernó 16 de los 23 años.
Por otra parte, cabe recordar que en una evaluación internacional que hace la UNESCO (Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura,), las llamadas ERCE (Estudio Regional Comparativo y Explicativo), Argentina registró el peor desempeño de su historia.
El ERCE es una prueba representativa que lleva adelante el Laboratorio Latinoamericano de Evaluación de la Calidad de la Educación (LLECE) de la UNESCO. En su última versión, correspondiente a 2019, cubrió a más de 4.500 escuelas y 202.000 chicos, que representan a casi 20 millones de estudiantes en sistemas educativos que albergan un universo total de 150 millones.
Los resultados fueron alarmantes, y la decadencia es elocuente. En 2006, durante la primera edición de la prueba, el país había quedado por encima del promedio en las cuatro áreas que se midieron por entonces. Seis años después, en 2013, ya se observaba una caída en el rendimiento comparado a la región.
En el último, en las dos áreas evaluadas en tercer grado, los chicos argentinos quedaron 8 puntos por debajo del promedio, una diferencia “estadísticamente significativa” según la UNESCO. Obtuvieron 689 puntos de promedio en lectura y 690 en matemática. En lengua, el 46% de los chicos rindió en el nivel 1, el más bajo, mientras que en matemática el 48,9% registró los desempeños más básicos.
Por su parte, en sexto grado, los alumnos se ubicaron en el promedio regional en lectura, con 698 puntos, pero mostraron deficiencias serias en matemática (690 puntos, 7 abajo de la región) y, sobre todo, en ciencias naturales (682 puntos, 20 abajo de la región). En estas dos últimas materias, el resultado más frecuente también fue el nivel 1.
Pero no solo la culpa es de los gobiernos. También juegan un rol fundamental los sindicatos, que parecen preocuparse más por hacer política que por contribuir a una mejor educación.
Hace pocas semanas, antes del balotaje que consagró a Javier Milei como Presidente electo, En el marco del Congreso Nacional de Delegadas y Delegados del Sindicato Argentino de Docentes Privados (Sadop) realizado en Mar del Plata, Marina Jaureguiberry, la secretaria de la organización, expresó su preocupación ante propuestas como la aplicación del sistema de vouchers y la privatización de la educación.
“Nosotros somos militantes del proyecto nacional. Hace 30 años que milito en Sadop y en la Juventud Peronista desde los 12 años. Realmente todas esas propuestas son una gran preocupación para todos los docentes”, afirmó.
Pero no se muestran demasiado preocupados por lo que aprenden los chicos.