No cabe ninguna duda de que Hugo Chávez busca un protagonismo
realmente inusitado, y es llamativo cómo ese protagonismo permite establecer un
perfecto paralelismo con otros líderes que comenzaron como él y terminaron todos
igual, salvo —la única excepción— Fidel Castro.
Cuando me refiero a otros líderes con quienes se puede
establecer un paralelismo, me refiero, por si todavía alguien no se dio cuenta,
a Adolf Hitler, Benito Mussolini, Joseph Stalin y Saddam Hussein, entre otros.
Todos, sin excepción, comenzaron sus gobierno con un
abrumador apoyo popular, prometiendo prosperidad e independencia de todo tipo,
social, cultural y económica; pero todos, además de tener en común la vestimenta
militar, mandaron a sus pueblos a una guerra totalmente inútil, como todas las
guerras.
No es necesario ser licenciado en psiquiatría para darse
cuenta, además, de que evidentemente todos tenían algún desequilibrio mental,
que lógicamente hoy, ya a la distancia, toda persona medianamente cuerda lo
puede comprobar leyendo cualquier libro de historia, y tampoco es difícil
deducir que estos trastornos mentales arrojan como resultado a una persona que
se caracteriza, principalmente, por actitudes demagógicas, populistas,
autoritarias y dictatoriales. La prueba más clara y palpable es que todos
gobernaron de forma totalitaria, que es, en definitiva a lo que aspira Chávez.
Esto es,
establecer un gobierno 100% totalitario.
Lógicamente el lector puede pensar que mi apreciación no es
objetiva, y por lo tanto mi análisis es fruto de una postura parcial y
“antichavista”, entonces, para certificar mis palabras transcribiremos un
análisis realizado por el psiquiatra Franzel Delgado Senior, publicado por el
sitio
www.soberanía.org el 9/02/08 producto de una
entrevista que le realizara la periodista Gloria Majella Bastidas.
Delgado Senior fue Presidente de la Sociedad Venezolana de
Psiquiatría y tiene master en psicoterapia en las universidades de Londres y
California, y estas son algunas de la conclusiones a las que llegó luego de
estudiar la personalidad del presidente venezolano.
“El Presidente tiene, como todo ser humano, una
configuración de la personalidad. Ese proceso que nutre la construcción de la
personalidad cierra, en promedio, a los 21 años en todas las personas.Y, después
de los 21 años, no es modificable. Cuando las cargas de lapersonalidad están
bien repartidas, podemos hablar de una personalidad normal. Pero cuando ese
proceso de estructuración se produce de manera inadecuada y cierra con cargas
desproporcionadas (muchas cargas de un tipo y pocas de otra), entonces la
personalidad se configura patológicamente. Y esa configuración patológica es
vitalicia”.
“Existen características muy claras que permiten, sin
mayor dificultad, plantearse una estructura de personalidad de tipo sociopática
y narcisista. Los trastornos de personalidad sociopáticos están definidos en las
clasificaciones universales de la psiquiatría. Se trata de personas que están
diseñadas biológicamente para violar las normas; no ejercen la lealtad; no
actúan con la verdad; tienen vidas afectivas sumamente inestables; en su
estructura no hay sensibilidad; no hay arrepentimientos; tienen que vivir
permanentemente en el conflicto; no saben vivir en paz con los demás; y son muy
manipuladoras”.
“En el caso del narcisismo, la percepción que la persona
tiene de sí misma está fuera de la realidad; es exagerada; tiene la convicción
de ser única; se siente por encima de los demás. Cualquier mala acción es
posible para satisfacer esas necesidades narcisistas de la personalidad. Como
los narcisistas se creen predestinados para una situación muy especial,
perfectamente es factible que puedan abrigar el temor de que hay gente
interesada en eliminarlos. El temor del Presidente ante un magnicidio es
absolutamente justificable. Si revisamos las estadísticas universales,
encontramos que una proporción muy significativa de personas con trastornos
sociopáticos termina muerta. Porque son agresivas, son conflictivas, violan los
derechos de los demás, y, en algún momento de su vida, alguien les cobra”.
“Yo no hago un diagnóstico como médico, porque él nunca
ha sido mi paciente, pero los psiquiatras podemos precisar que las conductas
observables del presidente de la República se corresponden con este tipo de
trastornos de la personalidad que menciono. Aparte de estas características,
creo que Chávez es una persona con un grado intelectual muy básico; un hombre
con muy poca cultura”.
“A veces la inteligencia de una persona engaña. Durante
mucho tiempo, las clasificaciones internacionales señalaban que una de las
características de las personalidades sociopáticas era la inteligencia. Pero,
con el tiempo, ese criterio se revisó, porque se comenzó a percibir que no era
tanto la inteligencia, sino la habilidad para manipular a los demás lo que los
hacía aparecer como inteligentes. Esperar que el Presidente cambie es pretender
que sus ojos marrones pasen a ser azules. No es posible”.
“Sobre la personalidad no se puede actuar. Aquí no
podemos esperar paz mientras el presidente de la República sea Chávez. Porque
Chávez no es que no quiera ser distinto, es que no puede ser distinto.
Biológicamente está diseñado para hacer lo que está haciendo. Y ni que él se lo
propusiera pudiese ser distinto. Mientras no entendamos eso, no vamos a
comprender por qué le estamos declarando la guerra a los Estados Unidos, o por
qué un gobierno que habla de paz anda comprando cien mil fusiles a Rusia”.
“La idea del magnicidio también la asoma recurrentemente
Fidel Castro, quien ha inventariado la cantidad de veces que Estados Unidos
habría intentado asesinarlo”.
“Chávez y Castro, aunque intelectualmente son diferentes
(el primero es el guerrero y el segundo el oráculo), deben tener personalidades
muy parecidas. Para ser un dictador durante más de cuarenta años, Castro debe
tener, sin duda, una estructura sociopática. Si no hay una estructura
sociopática, no se puede ejercer la dictadura, porque la dictadura es violación
de los derechos de los demás; el irrespeto de los límites; conflictividad; es
crueldad. Y eso una personalidad sana no lo puede cohonestar. Ninguna persona
que no tenga un componente narcisista, creerse superior a los demás, puede ser
dictador. Porque precisamente el dictador lo que busca es poder; sumisión;
subyugar eternamente”.
“Lo que identifica al Presidente con los sectores
populares es su gran capacidad de manipulación . Toda conducta pública del
Presidente, desde abrazar a una viejita, hasta levantar a un bebé en brazos, son
actos ficticios. Son actuaciones para manipular. En las personas con esa
estructura sociopática, según los textos, no hay una identificación genuina con
el dolor y la necesidad de los otros. Todo está en función de los beneficios que
él pueda obtener. Yo creo que el chavismo tiene muchas características de secta.
Las sectas siempre tienen un líder, a quien se considera como único, especial,
como hombre predestinado a una acción superior; y todos los que siguen a esa
persona le deben una sumisión incondicional. Quien participa en el proceso
recibe todas las prebendas, siempre y cuando sea incondicional. Pero a aquél que
disienta o se salga de la secta, lo acaban”.
“No existe la
crítica. La lesión más grave que le ha producido la revolución al país es que le
ha quebrado la lógica. Nos fracturó la lógica. Nos hemos acostumbrado a vivir
con la lógica rota. Un ejemplo típico de esta distorsión de la coherencia es que
nos vemos obligados a exigirle al chavismo que cumpla con la Constitución que él
mismo promovió. Hay dos elementos que se nos han hecho cotidianos: la paradoja y
la incertidumbre. Uno solo de esos elementos que se haga cotidiano, termina
enfermando al cerebro. El cerebro tiene que vivir dentro de una estructura
lógica, que lo que perciban sus ojos sea lo que él procesa. Son unos escuálidos,
y a la marcha asiste un millón de personas. Esta es una maravilla de fiscal,
llevémoslo al panteón, y a las dos semanas se sabe que sobre él pesan enormes
sospechas de extorsión”.
“Si esta llamada revolución tuviese alguna posibilidad
de enmienda, la opción de que se mantuviera sería mucho mayor. Pero, como desde
el punto de vista de la psiquiatría no hay ninguna posibilidad de enmienda, dada
la estructura de personalidad del Presidente, que es inmodificable, esta
revolución seguirá hacia el despeñadero. Indefectiblemente, desde el punto de
vista de la ciencia, Chávez tiene algo seguro en su futuro, que es la soledad”.
Como se podrá apreciar, el análisis que hace el Psiquiatra Franzel Delgado Señor encaja perfectamente con las personalidades de Hitler,
Mussolini, Stallin Saddam y Fidel, y la descripción podría ser de cualquiera de
ellos, por eso no es descabellado que Chávez quiera llevar a su pueblo a una
guerra.
Para finalizar, dos detalles curiosos, el primero es que
uno de los principales reclamos de Chávez a Bush y/o “al imperio” fue la crítica
constante a la injerencia de los EEUU en la política de otros países, cosa que
él está haciendo ahora, con el agravante que en este conflicto nadie lo llamó, y
el segundo detalle es que este análisis de Chávez fue hecho en abril de 2006,
pero cada día está más vigente.
Pablo Dócimo