Apenas Estados Unidos —y la administración Bush— se enteró de la muerte de Raúl Reyes, de inmediato formaron filas en los diarios y agencias de noticias para apoyar el esfuerzo militar del ejército al mando del presidente colombiano Álvaro Uribe. Sospechoso.
Del otro lado —de la moneda—, el presidente Hugo Chávez, rodeado de investigaciones y con una sombría forma de revolución sin magia, se lanzaba contra la frontera colombiana desesperadamente ansioso por convocar militares por televisión y empujar a Ecuador, principal víctima de este conflicto, a tomar medidas al respecto. Sospechoso.
Más tarde y más temprano fueron sumándose voces en la noche del domingo por CNN lamentando el suceso en el sur. Por C5N —cada vez más parecido a la nada— hablaba de la gran lucha del pueblo colombiano convocando a investigadores y sacerdotes de turno, hasta que antes de medianoche y desde algún salón blanco en Ecuador salía por la televisión en español el presidente Rafael Correa para aclarar que no se puede disponer del mundo con la excusa de perseguir terroristas. Aclara un poco.
Lo cierto es que hace tiempo que el conflicto Colombia-FARC es nota de tapa de los diarios de todo el mundo, también es cierto que casi nadie se anima a decir de qué lado está, aunque nadie parece ser ferviente admirador del presidente Colombiano.
En esta cruzada se mezclan tan variados intereses que cualquier sospecha tiene validez. ¿Plan norteamericano para evitar la famosa unión de los pueblos de sur? es posible y eso también explicaría el circo que se montó ante las ultimas liberaciones de las FARC por parte de su socio mas indeseable, Hugo Chávez.
¿Control del narcotráfico colombiano, de la industria de la cocaína y de los poderosos narcotraficantes también hollywodenses? Es otra gran razón, hay muchos fuera del plato y muchos más con hambre de comerse la torta. Lo que pasa es que cualquier sospecha es pasible de tener en cuenta. Negociados bilaterales muy difíciles de explicar, juegos de poder en la gran rosca política, necesidades energéticas del convaleciente Estados Unidos que arrastrado por una brutal crisis no ve con buenos ojos gobiernos tan poco serviciales. Y la lista puede ser extremadamente larga con un poco de memoria y algún díscolo imaginativo.
Pero ya lo dijo Cristina: “No debemos aparatarnos nunca de la legalidad y debemos rechazar la unilateralidad” en un viernes más de las cumbres americanas, un viernes más que histórico para nuestro continente acostumbrado a las poses y las posturas.
Tal vez Chavéz logre que las FARC puedan aclarar su compromiso y limpiar su nombre Tal vez Uribe pueda controlar a las FARC si sigue matando a sus líderes. Tal vez Ingrid Betancurt nos cuente su versión de los hechos. Tal vez Cristina escuche su oratoria y actúe en consecuencia. Tal vez Correa consiga la reelección y la paz. Tal vez.
Aunque de algo sí hay certezas, grandes, graves y contundentes certezas. Se vienen tiempos vertiginosos en los que sí habrá que pararse el algún lugar de la moneda, porque las monedas verticales se caen, siempre se caen.
Rubén Matos
Me encanto la nota, seria genial encontrar mas textos como estos. Saludos,