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Una asociación perversa

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Dos argentinas enfrentadas.
Dos argentinas enfrentadas.

Una asociación que, bajo cualquier otra circunstancia podríamos denominar como “ilícita”, es la que tiene el control cultural de la sociedad argentina. Los socios son dos bloques humanos cuyo, affectio societatis no fue ensamblado en ninguna reunión cumbre sino que se fue conformando como una malla ampliamente extendida a la sombra del tejido mental peronista.

 

Un “bloque-socio” es la banda de vivos prendidos a los curros del Estado Benefactor. Detrás de los objetivos supuestamente plausibles del Estado de Bienestar (como se lo ha dado en llamar en el mundo) hay ventanillas con “beneficiarios” de ambos lados de las mismas. Cuando el Estado de Bienestar se construye sobre una sociedad de bajo amperaje moral, la invitación al curro es muy difícil de gambetear.

La propensión a la corrupción que semejante aspiración tiene (la de andar armando agencias de ayuda de todo tipo) solo puede ser compensada con una estructura mental educada en una moral cívica intachable que mantenga viva la aspiración sana de la ayuda (donde sea necesaria) pero que obture toda intención de utilizar la demagogia política para robar.

En sociedades donde ese cimiento moral es débil (por las razones históricas, culturales, religiosas o de tradición que fuesen) la estructura misma del Estado de Bienestar es un molde ideal para construir una pirámide de corrupción que tiene encumbrados, vivillos que se encaraman, mediopelos que colaboran y hasta “operativos” que se encargan de tareas a veces “pesadas” cuando alguien no quiere entender cómo funciona el sistema.

El otro “bloque-socio” de esta asociación, lamentablemente, son aquellos cuya mente ha sido colonizada por la indignidad de haberlos convencido de que, por sí mismos, no sirven para nada y de que precisan del Estado para sobrevivir.

Cuando esta “asociación” se perfecciona es muy difícil de destronar. Puede haber espasmos de indignación de corta duración, pero cuando alguien amaga arremeter contra los socios, el imperio de la cultura dominante corta el impulso del espasmo y las cosas vuelven a la “normalidad” que la asociación quiere.

El “bloque-socio” que logró encaramarse en el Estado naturalmente tiene sus propios intereses personales metidos en el estofado y cuenta con la poderosa arma de la demagogia para acicatear al otro “bloque-socio” para que ponga el grito en el cielo contra el que se propone arremeter contra los curros que tanto costó armar y de los que viven todos.

Esta conformación social de la Argentina ha sido notoriamente profundizada por el peronismo pero no es esencialmente peronista: es esencialmente argentina. Es más, el peronismo sigue perdurando en el país aún cuando el nazismo cayó en Alemania, el fascismo en Italia y el estalinismo en Rusia, porque el peronismo encaja perfectamente con una estructura cultural/mental que la Argentina traía desde la Colonia.

El hecho de que los textos de Alberdi podrían ser publicados hoy sin problema alguno, solo cambiando las fechas y algun que otro modismo, se debe a que la mentalidad que dominaba el país a mediados de 1800 es la misma que lo domina hoy.

La aspiración a encontrar atajos que disminuyan los esfuerzos, aún cuando eso implique entregar productos malos o no alcanzar niveles de vida mejores, siempre estuvo presente entre nosotros. El conformismo (que Alberdi llamaba “pauperismo mental”) fue una característica nacional que, cuando se la confrontaba con las aspiraciones de “grandeza” que sí supo tener una elite minoritaria, fue defendido como un sentir popular de “modestia” que debía imponerse por sobre las “extranjerizantes” ínfulas de notoriedad.

Ese condimento de la personalidad nacional le vino como anillo al dedo a un movimiento que se había propuesto explotar al máximo ese populismo en el caso de que llegara alguien con la idea de mirar hacia lo mejor de afuera para intentar copiarlo y vivir mejor: el conformismo populista argentino le pegaba el rótulo de “vendepatria”.

Una de las características que tiene el “afuera” es el orden económico lógico. Por lo tanto, el nacionalismo populista no tardó en hacer un sinónimo entre el “orden económico lógico” y lo “extranjerizante”: pretender orden económico era ser poco menos que un agente yanqui.

Ese verso fue inflamado desde las altas torres del “bloque-socio” encaramado en el Estado (lo que Milei llamaría “casta”) para que el “bloque-socio” dependiente que vive en la miseria de la explotación, tuviera un argumento más para defender el statu quo que favorece al “bloque-socio” dominante.

Si bien nos fijamos se trata de una asociación perversa en donde uno de los socios explota al otro condenándolo a vivir en la escasez pero a su vez lo usa como caballería de defensa cuando algun factor amenaza su dominio.

Naturalmente lo primero que notaría un observador imparcial sería que cualquiera que se propusiera terminar con esta malversación debería abrir los ojos del “bloque-socio” explotado para que deje de sostener al “bloque-socio” explotador.

Pero cuando eso ocurre, las cosas que hay que hacer para derribar al “bloque-socio” explotador tienen un costado de perjuicio inicial para el “bloque-socio” explotado, entonces lo que los que componen el “bloque-socio” explotado retrotraen sus ínfulas indignadas por el espasmo y vuelven a pensar según los cánones bajo los que fueron educados, con lo que el círculo vicioso vuelve a empezar.   

Lo que se produjo en la Argentina luego de que el kirchnerismo asqueara a todo el mundo con 20 años de disparates, fue un espasmo indignado. El resultado del espasmo fue una aparente decisión de terminar de una vez y para siempre con una forma de organización social que fue la causante de que, primero el peronismo, y luego, el kirchnerismo existieran.

Pero puestas las manos a la obra, los socios de la eterna asociación argentina empezaron a dar muestras de resistencia. El “bloque-socio” explotador, por intereses; el  ”bloque-socio” explotado, por temor. Este último reculó sobre sus más atávicas costumbres y tradiciones (por ejemplo, cuando se levantó el cepo a los alquileres que habían mandado la oferta inmobiliaria a cero y que había dejado a los inquilinos sin departamentos, en lugar de haber alegría hubo un generalizado efecto de “¡uy! ¿Y ahora qué hago?”) y gran parte de los individuos que lo integran empezaron a pensar si había estado bien el hecho de haberse dejado llevar por el espasmo indignado.

Los más conspicuos individuos que integran el “bloque-socio” explotador sacaron las garras para defender hasta la muerte sus espacios de privilegio y las millonadas que se roban y por las que se pueden dar el lujo de no dar cuentas porque el “bloque-socio” explotado prefiere dejarlas pasar a que se materialice la amenaza con la que los amedrentan: perder “los derechos” que ellos le hicieron “ganar”.

A los efectos de dilucidar si la Argentina tendrá arreglo o no, puede ser útil trazar una línea del tiempo y ver cuál fue nuestra historia desde 1810 hasta hoy. Si uno hace ese ejercicio verá que la estructura de la asociación “bloque-socio explotador” y “bloque-socio explotado” no desapareció completamente nunca.

Solo durante un breve periodo de 70 años (desde que se sanciona la Constitución hasta el golpe de 1930)  pareció haber una posibilidad de que ambos bloques socios se disolvieran. El primero en un conjunto de políticos con sentido del deber cívico y del servicio público que no tomara los sillones de Estado para su propio beneficio; y el segundo en millones de individuos decidiendo en libertad su propia vida dentro de un marco jurídico de igualdad ante la ley y de imparcialidad de la Justicia.

La interrupción institucional de 1930 y los acontecimientos internacionales que terminaron la alianza comercial privilegiada del país con Gran Bretaña, dieron la oportunidad para que los viejos socios volvieran a juntarse: los estatistas por intereses y los individuos por miedo. Siempre la misma historia: el curro y el temor. Se trata de una unión malsana: cuando unos ven que el miedo de algunos puede ser funcional a su interés se conforma una alianza maléfica de la que la Argentina no ha podido salir.

¿Durará esta vez el espasmo indignado el tiempo suficiente como para que quien se propone disolver la sociedad enfermiza entre el “bloque-socio expolotador” y el “bloque-socio explotado” produzca resultados que el “bloque-socio explotado” juzgue como beneficiosos como para romper su alianza con el “bloque-socio explotador”? Nadie lo sabe. Hasta ahora los indicios vienen mezclados. Pero el tipo de mentalidad que ya lleva más de 3 siglos instalada en estas playas no debería ser subestimada por los que muestran un excesivo optimismo.

 
 

9 comentarios Dejá tu comentario

  1. Con todo el respeto que se merece el autor de este artículo, si cree que el gobierno actual va a terminar con esa dinámica que él define como "explotador - explotado" creo que se equivoca ya que ellos (Milei y compañía) son parte íntegra del primer grupo. Basta ver de quiénes lo rodean y quiénes lo auparon al poder. Tal vez el discurso varía al del kirchnerismo (coincido con el autor en lo desastroso de este período de nuestra historia) pero no creo que los resultados sean diferentes. Un pueblo explotado por sus gobernantes y que, con la excusa de reducir el déficit, exprime hasta más no poder al que ya nada tiene de "jugo", es un explotador. Además, mencionar el período 1860/1880-1912 como un período donde el "conjunto de políticos con sentido del deber cívico y del servicio público que no tomara los sillones de Estado para su propio beneficio" es desconocer nuestra historia, los negociados, las familias "reinantes" los grandes beneficios que consiguieron al insertarse económicamente en el mundo a costa del esfuerzo y la sangre del pueblo trabajador. Un período donde el negociado y el contubernio entre el aparato estatal (o quienes lo ocupaban en ese entonces) y los poderes económicos se hallaban a la orden del día. Justamente, este es el período que se busca recuperar, de alguna manera, por parte de la nueva (en realidad no tan nueva si nos detenemos en nombres y apellidos) casta que está a cargo de los destinos del país. Podemos coincidir con mucho de lo que plantea Alberdi en sus Bases... pero nos equivocamos si creemos que Milei representa esas ideas por más que lo repita a gritos. Tal vez deberíamos dejar de escuchar discursos políticos como verdades absolutas y prestar un poco de atención a la trayectoria, conducta y acciones de aquellos que pretenden gobernar este país. Muchas gracias

  2. mientras la gente se caga de hambre enarbolan la bandera de la cultura como si la gente fuera a comer con eso y los intendentes y los gobernadores gastan fortunas de los contribuyentes para mantener a estos artistas cuando la gente se caga de hambre y no llega a fin de mes

  3. TENEMOS EN CÓRDOBA UN GOBERNADOR MARTÍN LLARYORA PERONISTA que quiere que lo conozcan para ser el CANDIDATO A PRESIDENTE 2027 y se hace la ESTRELLITA DEL FIRMAMENTO y ES UN ESTRELLADO, UNA MIERDA, UNA BOSTA y tenemos al Periodismo cubriendo todas sus MAFIAS.

  4. Pero rumores critican que aún en esta administración quedan cargos claves que siguen en un enclave kirchnerista. Tampoco se ha investigado la cueva de Alí Babá y los 40. Que es la agrupación donde " la tienen a ella solo a dos cuadras, por si la necesitan." O sea, digamos, al instituto Patrea. Con qué medios se mantiene, cual es su presupuesto y de donde sale la mosca, como para seguir siendo. Y seguir manteniendo el local en pleno centro....solo a dos cuadras de la casa gubernamental.No hay rastreo ni investigación alguna. Se le ha pasado por alto a la gente de Bullrich. Como tampoco hay algun movimiento de inspección de todos los presos soltados en pandemia, que siguen libres y matando todos los dias a gente inocente. Munidos de motos y de mil cosas robadas. Tampoco se sabe ni se comenta quienes fueron los que profanaron tumbas en cementerios de diversas religiones. Profanación, es profanación. Solo el silencio. Mientras nuestro presidente se refresca el dia twiteando incansable, en vez de enfocar hacia problemas socio ecológicos, sociopolíticos, y frenar el enrosque que tiene en crearnos problemas adicionales siendo de este lado y no de otro, creando odiosidades contra la comunidad palestina, Árabe, Sirio Libanesa, que es una comunidad enorme que convive con todas las otras, aún en plena armonía y entendimiento . Pero si le provocan....hay sr Miley, deje de ser tan complicado. -AÑADIR A ESO, LOS PAROS, LAS MANIFESTACIONES, LOS AUMENTOS DEL COSTO DE VIDA CONSTANTES, PAROS DE TRANSPORTE, DE TRENES, asi espantamos a los que vienen a querer invertir....no hay manera de convencer a nadie, de nada. Con un lenguaje agresivo no conseguiremos conquistar ni a Blinken para que fluyan los ansiados prestamos de los Usa, ni de la necesidad de irse de viaje otra vez, y esta vuelta a Usa, a traer la guita. Lo van a negar. Lo inteligente es dejar a esta cantante en paz, que no volvera a cobrar lo mismo en su vida, y a dedicarse a otra tarea. LA DE GOBERNAR!!!!

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