Desde prácticamente antes de
que Cristina Fernández asumiera la Presidencia de la Nación, la inmensa mayoría de
la opinión pública se planteaba si realmente sería ella o Néstor quien tomaría
las decisiones importantes o de peso en el Poder Ejecutivo o, en definitiva, las
que dirigirían los destinos de nuestro país.
Quien suscribe, en varias
ocasiones afirmó que de ninguna manera iba a ser Cristina la verdadera
Presidente, y paulatinamente esta teoría fue tomando cada vez más cuerpo hasta
concretarse, de manera explicita e implícita, el mismo día en que Néstor
Kirchner asumió la presidencia de un Partido Justicialista inexistente como tal,
ya que se ha convertido en el Frente Para la Victoria más o menos legitimado.
Dicho sea de paso, no es
casualidad que este acto coincidiera con el alejamiento de Martín Lousteau del
Ministerio de Economía, ya que de esta manera se cumplían dos objetivos. El
primero era tratar de desviar la atención de un hecho que demuestra la debilidad
por la que está atravesando el desgobierno de Cristina, y la segunda, marcar el
terreno, y demostrar, de una vez por todas, quién es el que manda.
Como no podía ser de otra
manera y, al mejor estilo peronista, el lugar elegido para el acto se llenó de
obsecuentes —cabe destacar que los allí presentes eran, en otra época menemistas, comenzando por las máximas autoridades, Como
el propio Kirchner, Daniel Scioli
y Hugo Moyano— y se dio rienda suelta a la incoherencia, una vez más vociferada
por Néstor.
No es ninguna novedad que
tanto los discursos de Néstor Kirchner, como los de Cristina Fernández están
plagados de contradicciones, pero en este caso, lo singular es que algunas son
nuevas, como por ejemplo:
"No nos quemen más campos,
no tiren humo ni corten rutas".
¿A quién se refiere,
específicamente, el ex Presidente cuando pide que no quemen más los campos? En primer lugar debería saber
muy bien que no son precisamente los productores rurales los que realizan los
incendios. Por otro lado, sería interesante que se pregunte por qué no se pueden
apagar luego de tanto tiempo. En cuanto a no cortar las
rutas, habría que avisarle que el único responsable de eso, es él mismo.
Luego, destacó que, si sus
pedidos no encuentran eco (o son obedecidos), "se pondrá al frente" en la
lucha por "defender a la Presidenta".
Por si alguien lo duda, también
habría que avisarle que ya está en ese lugar.
Siguió con la embestida contra
los productores, a quienes acusó de "incendiar los campos", y de
"ser los responsables del aumento de precios" porque
"quieren exportar todo para aprovechar los altos precios internacionales".
Parece ser que mucho de economía
no entiende, además de tener muy mala memoria, ya que fue él mismo quien durante
su gobierno alentaba la exportación para poder recaudar.
Pero como si no hubiese bastado
con eso, agregó: "No les importa el
estómago de las familias de los argentinos", y los responsabilizó de
querer "que en la mesa de los argentinos no tengamos las cuestiones
mínimas".
En este punto, nos debemos
preguntar ¿Cuáles son las soluciones que aporta el gobierno? ¿No sabe que el
problema lo generó él mismo con el aumento a las retenciones para poder
recaudar? ¿No sabe que la caja no le cierra porque están haciendo a lo largo
de cinco años de gestión una pésima administración, una de las peores de la
historia? ¿No ven que la brecha entre ricos y pobres es cada vez mayor, cuando
vociferan que su principal preocupación es la “inclusión social y la justa
distribución de la riqueza? ¿Qué hicieron durante cinco años de gobierno para
solucionar esos dos flagelos?
También, afirmó que la inflación
es producto de la "especulación", y dijo que sus responsables "son unos
sinvergüenzas que en otras épocas quebraron y fundieron al país". Este
párrafo, es realmente irrisorio, ¿cómo puede ser que desconozca que los
verdaderos sinvergüenzas que, no sólo en otras épocas, sino en esta también,
quebraron y fundieron al país fue la clase política de la que él, su esposa y
ahora su hijo forman parte?
Otra expresión para tomar en
broma, cuando dijo, enfáticamente: "el pueblo tiene que reaccionar".
No se preocupe “señor
Presidente”, el pueblo ya reaccionó, ¿o donde estaba usted el día que su esposa
recibió el cacerolazo? Eso sí, la próxima vez que reaccione, que no está muy
lejana, trate de no echarle la culpa a la prensa o de mandar a su guardia
pretoriana encabezada por Luis D´Elía a reprimir.
Y aprovechando que estaba en
Ezeiza, recordó el acto que derivó en los incidentes de 1973: "Desde
Ezeiza, donde aquel 17 de noviembre marchábamos los peronistas para recibir a
nuestro general Juan Perón".
“Señor Presidente”, ¿dónde
estaba usted ese día, a qué bando pertenecía? ¿Los que mataron a cientos de
peronistas —que dicho sea de paso, como buena costumbre peronista de no difundir
lo que no les conviene, nunca se supo el número exacto de muertos— hoy donde
están?
Pero un punto destacable es que
pidió tomarse "el atrevimiento de decir algunas cosas, porque saben que no
me gusta callarme".
Entonces, ya que no le gusta
callarse, ¿Por qué no nos dice adonde están y cuántos son realmente los fondos
de Santa Cruz? ¿Cómo generó su fortuna en plena época del proceso militar? ¿De
que trabajaba en esa época? ¿Cómo hizo para engrosar su patrimonio en once
millones de dólares en lo últimos cinco años? ¿En que pensaba cuando negoció con
Carlos Menem, a quien usted calificó como “el mejor presidente de la historia” la
entrega de YPF? ¿Por qué hoy está enfrentado a Eduardo Duhalde cuando fue él
quien lo puso en la presidencia?
Siguiendo con las
contradicciones, agregó: "Por el pueblo peronista, por los argentinos,
tengo que estar en el lugar que me corresponde, que es en el frente de la
batalla, apoyando a la presidenta para defender los intereses, la igualdad y la
justicia de todos los argentinos”.
Ahora bien, si realmente piensa
eso, ¿por qué no lo hizo durante su gestión? Y cuando se refiere a “igualdad y
justicia” ¿por qué no persigue y encarcela a los ex terroristas, que hoy están
en libertad gracias al indulto presidencial de Menem?
Pero las contradicciones siguen. "No especulo con lo que
cae mejor o peor, este ex presidente, este argentino, este pingüino no tiene
miedo si tiene que ponerse al frente, para acompañar con toda la fuerza a la
presidenta en esta batalla por la redistribución".
Y otra vez la palabra
distribución ¿a qué llama exactamente distribución? Un buen ejemplo sería que
cuente cómo hizo para generar su fortuna así todos los argentinos podríamos
vernos beneficiados por una justa distribución y poder tener una residencia en
El Calafate, una oficina en Puerto Madero, o un Mini Cooper, como su hija.
Incluso, tuvo la osadía de
cuestionar a "los economistas y dirigentes que piden enfriar la economía"
porque advirtió que "si enfrían la economía los argentinos no consumen, no
comen, y sin consumo, ellos pueden exportar todo y ganar más".
Entonces, ya que usted maneja
tan bien la economía —cosa que puede demostrar con éxito, ya que en su economía
personal le va fantástico— ¿qué espera para poner manos a la obra y generar una
economía exitosa para el país? O mejor dicho, ya que sabe tanto de economía,
¿por qué no aplicó sus conocimientos antes y nos evitábamos esto? ¿Cuál es su
política de economía, negar los índices de inflación mostrando el mamarracho que
arroja el Indek o mandar a apretar a Guillermo Moreno?
Para finalizar, algo destacable,
el colmo de la hipocresía: "Basta de intentar imponer
ideas por la fuerza, conceptos filosóficos, conceptos rentísticos, que favorecen
sólo a un sector".
Si hacía falta una frase para
coronar un discurso plagado de incoherencias, mentiras e hipocresías era esta,
“basta de imponer ideas por la fuerza”. ¿Acaso usted, “señor
Presidente”, conoce otra manera?
Como podemos ver, el
discurso de Néstor Kirchner, como de costumbre, está plagado de contradicciones.
Las contradicciones, devienen de la falta de convicciones, y las faltas de
convicciones no son más que el resultado de la ausencia del conocimiento, de las
causas.
El hecho de pronunciar,
sistemáticamente, discursos retóricos, teñidos de un romanticismo barato, con
metáforas y promesas demagógicas que nunca se van a cumplir, no hacen más que
sacar a la luz que una vez más, lamentablemente, nos están mintiendo.
Pablo Dócimo