Basada en la historia real de Salomón
Sorowitsch, alemán de ascendencia judía, conocido por su extraordinario dote de
falsificador de papel moneda y objetos de valor. Al estallar la Segunda Guerra
Mundial, es trasladado a un campo de concentración Nazi, para imprimir a gran
escala dinero y desbarrancar las economías de los aliados.
Al fin una película narrada por alemanes, en retrospectiva
crítica. Siguiendo la línea trazada por su antecesora La vida de los otros.
Sendos filmes aportan un engranaje imprescindible, para entender la historia
reciente europea. La misma también la hacen los que pierden, desmitificando el
viejo adagio: la historia —por ende la verdad— la reconstruyen los vencedores.
Como todo largometraje —que cuenta como fuente inspiración
una historia real— es menester que se la encuadre con hechos ficcionados, para
imprimirle mayor emotividad y realismo escénico. Contrario sensu,
estaríamos ante el género testimonial o documental.
Los Falsificadores describe un drama en plena Segunda
Guerra Mundial en la Alemania del Tercer Reich. Salomón (entre sus íntimos “Sally”)
era el falsificador más buscado de su tiempo, con captura recomendada. Pasando a
ser parte luego del staff gubernamental, para producir billetes y letras de
tesorerías de los países aliados, todo esto para financiar las actividades
bélicas del Führer y desplomar las finanzas británicas y americanas.
Lo saludable de este producción cinematográfica germana es el
acercamiento que logra el espectador a la vida cotidiana burguesa del Berlín "pre"
y "post" contienda armada. El actor germano Karl Markovics encarna
magistralmente al gran falsificador Salomón Sorowitsch. Su fisic du roll
(físico del actor, que sin estar caracterizado insinúa el personaje de la obra)
calza como un guante. Su protagónico se jerarquiza por sus múltiples facetas:
ora bebiendo y disfrutando los placeres sensuales de la vida, libando el suave
néctar labial de voluptuosas mujeres de la noche berlinesa; ora en pleno encaje
geográfico: un campo de concentración Nazi. Aquí sus múltiples estrategias lo
hacen sobrevivir a él y a sus compañeros de imprenta.
Es significativo el logrado uso del recurso musical que
presente esta obra, un gran acierto del director Stefan Ruzowitky. El
protagonista abre y cierra escenas con la música popular argentina del 2 x 4, el
tango. Sally —el gran falsificador— es, a no dudarlo, un bohemio de la más pura
cepa. Es un “busca”, que va por la vida como un diletante de la cultura popular,
un cosmopolita.
Los Falsificadores propone básicamente la idea de la
supervivencia ante la adversidad. La vida como un fin en sí mismo. Todo está
subordinado a este principio. Con champagne ó sin él, la vida descripta de
Salomón Sorowitsch mereció contarse. Al tiempo que el tango yira yira lo
entroniza:
"Aunque te quiebre la vida,
aunque te muerda un dolor,
no esperes nunca una ayuda,
ni una mano, ni un favor...."
(Enrique Santos Discépolo)
Gustavo Contarelli
Referencias: 5 excelente/imperdible
4 buena
3 correcta
2 regular
1 mala / pésima
FICHA TÉCNICA
Director: Stefan Ruzowitzky / Productor: Josef Aichholzer, Nina Bohlmann y
Babette Schröder / Productor ejecutivo: / Guión: Stefan Ruzowitzky; basado en el
libro Des Teufels Werkstatt de Adolf Burger / Fotografía: Benedict Neuenfels /
Música: Marius Ruhland / Montaje: Britta Nahler / Intérpretes: Karl Markovics (Salomon
Sorowitsch), August Diehl (Adolf Burger), Devid Striesow (Herzog), Martin
Brambach (Holst), August Zirner (Dr. Klinger), Marie Bäumer (Aglaia), Dolores
Chaplin (mujer pelirroja), Veit Stübner, Sebastian Urzendowsky (Kolya), Andreas
Schmidt (Zilinsky), Tilo Prückner (Viktor Hahn)... / Nacionalidad y año:
Alemania / Austria 2007 / Duración y datos técnicos: 98 min. -color