Hace unos años, este periódico contó la historia de Nahuel Suárez, un policía de la provincia de Buenos Aires que fue injustamente perseguido por haberse animado a denunciar la corrupción policial de sus propios superiores y compañeros de la fuerza (1).

    Así fue publicado oportunamente: "Todo empezó el 10 de enero del año 2000, cuando Suárez patrullaba junto a un compañero la zona de Sáenz Peña, periferia de la comisaría 10a. de Tres de Febrero, donde se desempeñaba. Esa misma noche detuvo a dos sujetos que tenían en su poder un paquete de medio kilo de marihuana.

    Horas más tarde, los dos detenidos fueron dejados en libertad a cambio de dinero por los superiores de la comisaría citada: el comisario Eduardo Luenzo, titular de la seccional; el oficial inspector Daniel Insaurralde, jefe de calle de la comisaría, y el sargento ayudante Pedro Florentín, también del servicio externo.

    Gracias a Nahuel, los tres efectivos fueron condenados por el tribunal federal oral N° 4 de San Martín y se logró que el fiscal federal Jorge Sica secuestrara la documentación que había sido destruida junto a otros elementos". 

    Luego de esta movida, Nahuel comenzó a sufrir interminables persecuciones, amenazas y denuncias falsas de todo tipo, de las cuales de a poco está siendo absuelto por su falsedad intrínseca.

    En este marco, el próximo martes 10 de junio, el Juzgado Federal Nº 2 de la ciudad de San Martín, a cargo del Dr. Martín Suárez Araujo, dará inicio al juicio oral y público contra el ex oficial subinspector de policía Víctor Melgar, quien puso y cargó una escopeta de grueso calibre en la cabeza del mencionado Nahuel.

    Según cuenta agencia Nova, el hecho ocurrió el 21 de abril del 2004, aproximadamente a las 16 horas, "cuando Suárez transitaba junto a su custodia de la Prefectura Naval Argentina por la avenida Urquiza y, entre Tres de Febrero y San Martín, de la localidad de Caseros, partido de Tres de Febrero, fue interceptado por entre 10 y 15 patrulleros, con personas 'que blandían escopetas y diferentes armas cortas, las cargaban y las descargaban', según el propio relato del efectivo.

    El increíble escenario no fue casual, porque ese mismo día Suárez iba a declarar en contra de otros tres policías –el comisario Eduardo David Luenzo, el oficial inspector Daniel Insaurralde y el sargento ayudante Pedro Florentín–, encargados de la comisaría 10º Sáenz Peña, también de Tres de Febrero, en una causa por la irregular liberación de detenidos que portaban marihuana, y que habría sido a cambio de dinero, ocurrida en el año 2000."


En la lona

    Nahuel Suárez vive en estos días una verdadera pesadilla. Fue separado de la policía bonaerense, vive amenazado de muerte, tuvo que alejarse de su familia y hasta perdió la casa que había adquirido tras la cesión de un préstamo del Banco Provincia y que luego no pudo seguir pagando. A todo lo antedicho, se suma la decisión del ministro de Seguridad bonaerense, Carlos Stornelli, quien terminó aprobando su exoneración deshonrosa de la fuerza.

    En el marco descripto, Tribuna de Periodistas se comunicó con Nahuel a efectos de interiorizarse en su situación actual:

    -¿En qué estado quedaron las causas federales que te iniciaron?

    -Son causas que me iniciaron en el Juzgado Federal 1 y 2 de San Martín; en una estoy con "falta de mérito" y sin apelación de fiscal, esperando un tiempo prudencial para presentar el pedido de sobreseimiento, en la otra estoy con sobreseimiento definitivo firmado por el juez (Alberto) Suárez Araujo.

    -¿Como actuó el nuevo secretario de Seguridad, Carlos Stornelli, en la causa de tu exoneración?

    -El nuevo ministro firmó el día 22 de abril mi exoneración definitiva, ahora nos presentaremos ante el juzgado contencioso administrativo para buscar la Justicia que la policía y las autoridades políticas no buscaron. Más aún cuando el nuevo ministro confirmó la exoneración mía no olvidarse que los hechos que me endilgaron fueron tres: uno, suministrar información a un periodista, sobre lo cual el juzgado federal número 2 resolvió mi sobreseimiento en forma definitiva; dos, quedó demostrado que sólo se trató de rumores de pasillo sin ningún tipo de pruebas en mi contra; y tres, violación a la intimidad de Enrique Gallesio (ex subsecretario de Seguridad en la gestión Arslanián) por haberlo filmado cuando me estaba amenazando y diciendo que me vaya de policía en forma silenciosa porque sino podría aparecer con un tiro en la boca y todo pasaría como un suicidio.

    Por lo que entiendo, el nuevo ministro (Stornelli) no a leído la causa y ha firmado y confirmado mi exoneración de una forma arbitraria.

    -¿Cómo está tu situación financiera y familiar?

    -Mi situación financiera es infrahumana, vivo de prestado y trabajando de changas cuando surgen. He perdido todo, desde casa hasta el derecho al trabajo por ser una persona no confiable por denunciar actos de corrupción. En lo familiar fue mi peor pérdida primero, porque mi esposa no aguantó más esta situación de inestabilidad, pérdidas económicas, inseguridad, al tener que vivir con custodia, y muchas veces no tener para darles de comer a mis hijos. Eso desgastó el matrimonio y se disolvió. Y dos criaturas vuelven a sufrir por tener un padre que actuó conforme a derecho.

    Lo peor de todo, es que ellos también quedaron en la calle con la madre, por haber perdido la casa que estábamos pagando con el crédito que nos había otorgado el gobernador Felipe Solá y el Banco Provincia.

    -¿Tenés pensado litigar ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos?

    -Con el patrocinio de la doctora Ana Herren y la Comisión de Familiares de Víctimas Indefensas de la Violencia Social (COFAVI), de la cual soy miembro, estamos evaluando muy seriamente presentarnos ante la Comisión por la violación a los Derechos Humanos, tanto de mi familia, como los míos, por no haber encontrado justicia en el país que vivo. Y buscaremos "admisibilidad" de la causa.

    -Si pudieras volver atrás, ¿Volverías a denunciar a los policías de Saenz Peña?

    -Seria muy difícil volver a denunciar dando la cara, yo he perdido todo y lamentablemente todo esto a uno le enseña que debe mirar a un costado y no meterse o actuar siempre en el anonimato, porque la policía no perdona y mucho menos olvida.

    -¿Qué depara a tu futuro de ahora en más?

    -Mi futuro es incierto, dependo de terceros para ver si puedo seguir viviendo debido a que mi exoneración me condenó a no poder encontrar trabajo. Aparte, quedé inhabilitado para ocupar cualquier trabajo del Estado y lamentablemente dependo de algún político que tenga confianza y me ayude a volver a ser una persona con derechos. Tendré que esperar 4 años a que un juzgado contencioso vea que fue todo inventado.

    A pesar del calvario que sufre, Nahuel regala a este periódico una frase esperanzadora, antes de despedirse: "la Justicia es como la verdad, tarda pero siempre llega".
    Este martes 10 de junio se sabrá si esto es real o no. A cruzar los dedos.

Carlos Forte

(1) Ver https://periodicotribuna.com.ar/Articulo.asp?Articulo=2938