Ficha Técnica:
Director: Andrew Anderson
Producción: Andrew Anderson – Cary Granat – Mark Jonson- Perry More-
Douglas Gresham- Philip Steuer.
Producción: Walden Media. Distribución: Walt Disney Pictures.
Música: Harry Gregson – Williams
Reparto:Anna Popplewell Skandar Keynes Georgie HenleyBen Barnes
Liam Neeson (voz de Aslan) Sergio Castellito-Eddie Izzard- Peter Dinklage
País: Reino Unido, EE.UU.
Año: 2008
Género: Aventura, Fantasía
Segunda entrega de la saga Las Crónicas de Narnia.
Derribando el efectivo axioma "segundas partes nunca son buenas", el film nos
propone una narrativa convincente. Mágicas aventuras, épica y emoción
permanente, componen un nuevo concepto cinematográfico —proclamado por el león
Aslan— “nada pasa lo mismo dos veces”.
Los Hermanos Pevensie, regresan al mundo de Narnia, 1.300
años después. Nada fue igual. Ruinas, recuerdos y emociones encontradas, los
envuelven en otra aventura que conlleva un gran valor: restaurar al príncipe
Caspian en el trono perdido. Para ello, enfrentarán en lucha sin par, al malvado
rey Miraz. El usurpador y su ejército, se valdrán de una artillería de
artilugios para no permitirlo.
En esta segunda entrega, se nota un gran trabajo de planos,
por parte del director Andrew Anderson. Mediante el recurso de cámaras aéreas
en perspectivas, con zoom ascendentes y descendentes, la profundidad de
planos, modifica la imagen en otra perspectiva dimensional. En síntesis,
logra efecto de emoción envolvente. Y esto el público lo nota, en todo el
rodaje.
Narnia es, sin dudas, esa clase de formato sui géneris que
deleita a todas las edades. Es transgeneracional. Abuelos, padres e hijos,
disfrutarán a la par, sensaciones encontradas: la magia del romanticismo, el
valor, la actitud de cada uno de los personajes, convencen de la razón de sus
luchas. Para tal fin, las escenas jugadas tienen gran contraste moral. El bien,
y el mal son claramente discernibles. De la misma manera, el paralelismo de
tiempos (pasado-presente), sugieren participación activa del público. A la
larga, este compromiso inherente, redunda en mayor emoción hasta quiebre
emocionales. Ej: Los hermanos aparecen en un fotograma, esperando el tren
subterráneo, y al instante en un arrebato místico, en Narnia. Esta modalidad es
bien trabajada en la película.
El valor agregado en esta segunda entrega, es sin dudas la
superabundancia de personajes mitológicos. Centauros, faunos, minotauros, y
toda especie inimaginable, dan un color y textura interesante a la pantalla.
Infaltable, el castor hablador, y los hombres enanos (los gnomos), cierran el
abanico de la propuesta. Cada uno de ellos, poseen su tiempo escénico. Todos
tienen una historia que contarnos. Y nosotros de permitirlo y escucharlos. Hay
una lógica imperceptible entre dichas narraciones, de no prestarle el hilo
conductor, pierde la narración y su credibilidad, lo cual no es un detalle
menor.
¿Tiene diferencias este nuevo film y su antecesor? seguro que
sí, aunque no son estructurales o de fondo. Pierde esta aventura con el príncipe
Caspian (merced a la interpretación poco feliz de Ben Barnes) la emotividad y la
estética narrada. Con diálogos y movimientos corporales, que poco tienen que ver
con el donaire de un príncipe, se diluye en la mediocridad de un actor con
aspiraciones de ascenso, sólo eso es lo que muestra verdadera lástima. Quizá con
mayor formación teórica-práctica, su suerte cambie.
Una exégesis profunda de esta historia (tanto la primera
entrega, como la segunda), sin dudas hace referencia a una figura paradigmática:
Aslan, el rey león Con su mágico rugido, el dominio sobre la materia, el espacio
y el tiempo. Aunque no es sólo “el bombero que apaga incendios” —es decir, que
da soluciones a los problemas de la narración, léase por ej: salvar a los
hermanos Pevensie, etc.—, sino que se transforma en un referente moral que
señala el fin último de la película. Introduce de esta manera, con este
artilugio comunicacional, las futuras aventuras que vendrán, es decir las nuevas
películas.
Cuando Aslan anuncia a Lucy (Ben Henley) que no intervendrá
en esta historia como antes, es decir directamente, no le dice que dejará a la
deriva la suerte de sus hermanos y Narnia. Al contrario, es la historia que se
reinventará y que tendrá otras vertientes o fines. De esta manera el león,
introduce nuevas historias a contar en futuro. En este punto el guión es
brillante, no tiene fisuras. Aslan, como narrador omnisciente, le advierte a
la Lucy, que su labor, es la misma, pero con otra metodología de acción. Es en
esta instancia, donde la estética adquiere dimensiones de emoción quebrante.
Momento memorable por cierto.
Personalmente no me agradan las frases hechas. Sobremanera,
verbalizaciones como "la historia se repite", denota un determinismo que nos
deja anclados a nuestra propia estupidez. En ese momento, pienso en las
lecciones para guardar del enternecedor león Aslan, el amigo que todos
quisiéramos tener. Explica la esencia de la libertad.
Somos libres por nuestros actos, ellos nos redimen.
Comprendamos que las cosas no se repiten. Nada pasa lo mismo dos veces.
Gustavo Contarelli
Puntaje del film: 5 Tribunas (Excelente)
Referencias:
5 Tribunas: excelente/imperdible
4 Tribunas: buena
3 Tribunas: correcta
2 Tribunas: regular
1 Tribuna: mala/pésima