Ficha Técnica:
Título:: Una guerra de película
Título original: Tropic thunder
Género: Comedia-parodia
Dirección: Ben Stiller
Guión: Ben Stiller, Justin Theroux, Etan Cohen
Reparto: Ben Stiller, Jack Black, Robert Downey Jr., Steve Coogan, Jay Baruchel,
Danny McBride, Brandon t. Jackson, Bill Hader, Nick Nolte, Tom Cruise.
Fotografía: John Toll
Música: Theodore Shapiro
Montaje: Greg Hayden
Origen: Estados Unidos - Alemania (2008)
Duración: 103 minutos
Calificación: Apta para mayores de 13 años con reservas
Web:
http://www.unaguerradepelicula.com.ar/
Director, productor y actor protagónico, Ben Stiller
—recordado por el mítico film Loco por Mary (1998)— logró plasmar en esta
comedia, la madurez necesaria para figurar ya, en el Olimpo Hollywoodense. Bien
merecido por cierto.
Una compañía de actores sobrevaluados en autoestima
pretende filmar la historia bélica más imponente hasta la fecha. Más temprano
que tarde, quedarán sin presupuesto para su culminación. Rápido de reflejos, el
director se traslada al sudeste asiático, junto al set de filmación, para
infundirle realismo a su trabajo. Pero en rodaje, aparecen actores reales —un
grupo de paramilitares— que serán sus adversarios en la contienda.
Impecable los trabajos de Ben Stiller (como Tugg Speedman),
una mítica superestrella devenido a menos. Alma mater de la película, será el
nexo ideal para potenciar a otros colegas. Robert Downey Jr (Kirk Lazarus), será
su partenaire ideal. Para terminar esta entente, un actor popular y voluminoso,
cuyo éxito radica en cometer todo tipo de groserías y flatulencias en cámara
abierta: Jack Black (como Jeff Portnoy), media una labor sin fisuras en dicha
trilogía.
La idea central de la película de Stiller es la parodia.
Pero no la consabida burla posmoderna, de una risa desvirtuada. Todo lo
contrario. El resultado obtenido en Una guerra de película es una mirada
profunda, desprejuiciada y crítica de la industria cinematográfica americana.
Primera moción propuesta en la pantalla: una observación
sociológica de protesta contra los grandes estudios de Hollywood (¿?). El gran
público ignora el siguiente aserto: Estados Unidos —y su gran industria fílmica—
actúa aristocráticamente. Las decisiones no están articuladas democráticamente.
Ejemplo extendido y universal son las atribuciones de los estudios, en el
consabido tiempo de inicio y de conclusión de los rodajes. Dichos se cumplen
indefectiblemente. De no respetarse los mismos, se editará inexorablemente.
Entonces, ¿qué libertad tiene el director, en el producto final?
En nuestro país, la Argentina, el director posee la última
palabra. También es cierto que serán, junto al productor, los que presentarán los
avales económicos para que le sea otorgado el crédito de la película.
Decíamos al comienzo que la narración está motorizada por el género paródico.
Con gran diversidad y desenfreno, las escenas jugadas en la obra, disparan
contra todo lo establecido arbitrariamente. La discusión de fondo es el “poder”
en las tomas de decisiones. El espectador no tendrá que ser muy sesudo para
corroborar dicha tesis. En los primeros 15 minutos todo quedará patente ante sus
ojos. Cuadro tras cuadro de risas y burlas por doquier, donde se desmitifican
casi todos los géneros cinematográficos.
Segundo postulado, “la universalidad temática de la obra”
hace que grandes actores se peleen para representarla. Incluso en papeles
menores. Es así, que figuras de la talla de Downey Jr., hasta un desconocido
(por la caracterización) Tom Cruise, serán de la partida. Todos quieren estar y
criticar a ese gran circo al cual pertenecen e interactúan. ¿Que extraña
paradoja verdad?
Estéticamente, posee una gran virtud: no haber caído en el
neogrotesco (en lo extravagante y el mal gusto). A menudo la frontera de la
parodia, se recuesta en este vicio altamente peligroso. Lo bizarro y lo
borderline atraen y rechazan por su relativismo mórbido. Una guerra de
película muestra universalidad tópica. Histrionismo sano, y de calidad.
El juego de “montajes alternos” (diversidad de visiones o
planos en una misma toma), es clave en el lenguaje cinematográfico del director
Stiller. Recurso utilizado como ese lugar “donde los personajes se explican”.
Recordemos que los actores están representando una guerra en esta historia
—desplazándose por tal motivo a Vietnam—, que está siendo filmada y que se
quedan sin presupuesto económico para terminarla y el productor viaja de los
estudios a rescatarlos.
Construyendo una “metáfora en espejo”, mediante la cual, el
espectador captura esas imágenes, y se identifica. La mediación de la cámara
—con
generosa profundidad de campo— entroniza magistralmente los contrastes
escénicos, explicándolos visualmente.
En cuanto al lenguaje cinematográfico de la obra, no hay
dispersión manifiesta, ya que la cámara trabaja generalmente en “lugares
medios”. La globalización del “mundo guerra” excluye tanto a espacios altos
(los jefes capitalistas de la productora), y los bajos (el pobre pueblo
vietnamita desposeído y olvidado). La puesta en escena y el vestuario a tono,
ayuda a este aserto.
La comedia/parodia, no es un género menor o mayor. Es un
metagénero que contribuye mediante su humor ácido, a poner las cosas en su
lugar. Mérito de un revisionismo sano y crítico, Ben Stiller nos demuestra este
saber-hacer, para transformar la realidad. Aunque sólo sea en la ficción, el
género escéptico es siempre superador.
Gustavo Contarelli
Puntaje del film: 4 Tribunas
(buena-interesante-entretenida)
Puntaje actor protagónico: Ben Stiller - 5 Tribunas (excelente)
segundo actor protagónico: Robert Downey Jr. 5 Tribunas (excelente)
Referencias:
5 Tribunas: excelente/imperdible
4 Tribunas: buena
3 Tribunas: correcta
2 Tribunas: regular
1 Tribuna: mala/pésima