"Hay que pasar el verano, y si llegamos
bien, podemos aspirar a hacer un buen papel en las elecciones", reflexionó un
dirigente ultrakirchnerista, que suele participar del armado "permanente" de la
política oficial.
Néstor Kirchner ya admitió que su poder ha menguado y dio dos
claros ejemplos en ese sentido. Primero, permitió sin titubear una serie de
modificaciones al proyecto que pone fin al sistema de capitalización, para no
ahuyentar a los diputados propios e incorporar a algún ajeno. También, decidió
"arreglar" con los dirigentes peronistas que tienen poder territorial en la
provincia, con tal de no perder votos para las elecciones legislativas de 2009.
"La estrategia de Kirchner es arreglar con quien sea
dentro del PJ, sin mirar atrás, con tal de hacer un buen papel" en los comicios,
dicen cerca del santacruceño. Ocurre que los Kirchner saben que ya no tienen
el poder de tiempo atrás, para armar y desarmar listas sin consultar. Saben,
además, que si comulgan con el peronismo ortodoxo, al que alguna vez tildaron de
"duhaldismo" o "vieja política", se acrecientan las posibilidades de salir
"airosos" de la compulsa electoral.
Ni siquiera el "seguro" -dicen- éxito en el Congreso Nacional
del proyecto sobre las AFJP y el presupuesto, relajan al kirchnerismo.
De hecho, la oposición pareció oír el reclamo de parte de la
sociedad que rechaza las prácticas del gobierno de los Kirchner, y empezó a dar
muestras de un posible acuerdo que incluya al radicalismo, al socialismo y a la
Coalición Cívica. "Un gran frente" es la premisa que comenzó a ser escuchada y
que tiene por modelo la unión de la oposición en la provincia de Córdoba.
Sin embargo, también dentro del peronismo imponen
condiciones. Días atrás, el ahora "hombre fuerte" del gobierno, Julio de Vido,
cenó con referentes sindicales como Hugo Moyano, Armando Cavalieri y Amadeo
Genta. Allí, la discusión giró en torno al escenario electoral en la Capital
Federal.
De parte de los popes del sindicalismo, hubo promesas de
"no jugar" con Mauricio Macri, como algunos gremios lo hicieron en las
elecciones comunales del año pasado. Incluso vaticinaron que a partir del
próximo año, contribuirán a "complicarle" la gestión al actual jefe de gobierno
porteño. A cambio de esa "lealtad", le plantearon a De Vido que "sí o sí", el
candidato del kirchnerismo por la Ciudad, "sea peronista".
"Nada de experimentos con gente de otro partido o de
centroizquierda. Queremos que un peronista encabece la lista", plantearon los
dirigentes gremiales.
No obstante, Néstor Kirchner ordenó a Juan Pablo Schiavi y a
Víctor Santamaría a que armen un espacio kirchnerista en la Capital, "amplio".
¿Y Alberto Fernández? "Puede haber algún lugar", dicen, pero de ninguna manera
será el de la conducción.
Walter Schmidt