Decir que los integrantes del gabinete ministerial no se
caracterizan, precisamente, por su "capacidad", no es ningún hallazgo
periodístico.
Por supuesto, no es porque sean incapaces, sino porque
en realidad, no toman decisiones. Son figuras meramente decorativas que
responden a los caprichos del presidente de facto, Néstor Kirchner.
Todos, absolutamente todos, más allá de no tener
injerencia de ningún tipo y de no tener iniciativa propia, sólo
se limitan a vociferar y avalar alguna de esas ideas de Néstor. Son las
normas.
Como ejemplos más claros y contundentes de esta inoperancia, mezcla de
incapacidad y/o negligencia podemos citar al ministro de Justicia y Seguridad,
Aníbal Fernández , y el ministro de Economía, Carlos Fernández.
El primero, sólo sale a repetir y justificar decisiones
gubernamentales, por lo general demasiado tarde. Es alguien a quien no se le conoce
proyecto alguno para solucionar absolutamente nada. Y el Ministro de
Economía.... bueno, ¿qué podemos decir de él? nada, absolutamente nada. Nunca
un ministro en la Argentina hizo menos que él, pero claro, no es por su culpa, es
que su “trabajo” lo hacen Néstor y Guillermo Moreno.
Para hacer honor a la verdad, sería muy injusto nombrar
solamente a estos dos ministros, aunque sería redundante seguir con la lista, ya que
de todos podríamos decir cosas parecidas.
Pero hay alguien que se destaca, no por que sea más o
menos inoperante, ya sea como dijimos, por su incapacidad o por su negligencia,
y es que a esta altura, podemos decir que se destaca por sus bloopers, Se
trata de la ministro de Defensa, Nilda Garré.
El primero fue cuando dijo frente a una maraña de
micrófonos que no sabía qué cosa era un FAL –Fusil automático liviano- y que el
Ministro de defensa no sepa esto, máxime tratándose de una ex montonera, no es
ora cosa que eso, un blooper.
Lo mismo podemos decir de la inclusión de la Islas
Malvinas en mapas argentinos como pertenecientes a los Ingleses....
imperdonable.
Y ahora, le tocó el turno a la Fuerza Aérea, que
después de seis meses de planificación, sus aviones quedaron en tierra,
observando cómo los cazabombarderos de Francia, Chile, Venezuela y Brasil se
juntan en la ciudad de brasileña Recife para participar esta semana del
operativo Cruzex.
La frustración para la Fuerza Aérea fue inmensa, porque
tenía prevista la participación en Recife de cinco cazabombarderos A4, un avión
Hércules como transporte y otro en condición de reabastecedor de combustible en
vuelo, práctica que de por sí tenía una gran importancia para adiestrar pilotos.
Pero claro, la ministra dice que la culpa no es de
ella, que en realidad los responsables son los legisladores, quienes deben ser
los que autoricen la salida de los militares, que a su vez dicen que no les fue
enviado el pedido con tiempo.
La realidad es que envueltos en la lucha por el destino
de los fondos de las AFJP, los diputados no encontraron tiempo para dar el
permiso de salida de tropas.
En definitiva, todo forma parte del mismo cambalache kirchnerista.
Pablo Dócimo