La propuesta del cobismo para que se
realice una consulta popular y que la gente determine si Julio Cobos debe
continuar en la vicepresidencia, refleja una callejón sin salida en el que se
encuentra el mendocino respecto de su futuro político.
Cobos ha jurado una y mil veces que no renunciará y que
cumplirá con el mandato constitucional que finaliza en diciembre del 2011.
En forma paralela, el titular del Senado construye un
espacio opositor en torno a su figura, y cuyo objetivo final, según sus
principales colaboradores, es ser uno de los postulantes a presidente en el
2011.
Pero si Cobos quiere cumplir su mandato hasta diciembre de
2011 y las elecciones se celebran unos meses antes, ¿cómo hará para sacarse el
cargo de encima, no renunciar y ser, a la vez, candidato? Alguno de los hombres
cercanos al vicepresidente evalúa una salida decorosa: un pedido de licencia.
Distintos constitucionalistas consultados por Agencia DyN
han señalado que "no está reglamentado que un vicepresidente pida licencia,
ni cómo hacerlo". Incluso, se estima que Cobos debería presentarlo ante el
cuerpo en el cual se desempeña, es decir, la Cámara Alta.
No obstante, existe un antecedente más que valido. En 1993,
Eduardo Duhalde decidió dejar la vicepresidencia —acompañando a Carlos Menem—
para ser candidato a gobernador por la provincia de Buenos Aires.
Apenas unos días antes de comenzar la campaña electoral,
Duhalde pidió la licencia y tiempo después, casi en forma inadvertida, el Senado
la aprobó.
Por ahora, la construcción de la oposición sigue otros
carriles.
A pocas horas de dar a luz un frente opositor al kirchnerismo
con aspiraciones de llegar al poder dentro de tres años, sectores de la UCR,
el socialismo y la Coalición Cívica pugnan porque el futuro candidato
presidencial pertenezca a su partido.
En las últimas horas, las tres fuerzas acordaron iniciar
un diálogo con el objetivo de construir una alternativa de poder al kirchnerismo
y analizar, distrito por distrito, la posibilidad de confluir en los comicios
legislativos de 2009.
Sin embargo, el acuerdo no fue el esperado, es decir, de carácter nacional. El
Socialismo fue el que puso reparos —a través de Hermes Binner— y es allí donde
quedan en evidencia algunas diferencias entre los miembros de la nueva alianza.
Los socialistas no quieren que les pase lo mismo que en 2007
donde, dicen, fueron "partenaire" de la entonces candidata presidencial Elisa
Carrió. "Ya conocemos como es esto y no queremos que nos vuelva a pasar lo mismo
a nivel nacional ni distrital, como en el caso de la Ciudad de Buenos Aires",
reflexionó un dirigente socialista que deja en claro que en la Capital Federal
el PS irá solo.
Los dirigentes de la Coalición Cívica tampoco quedaron
conformes con el acuerdo. "Nos decían que Lilita era soberbia, que no se bajaba
a acordar con los radicales y con el socialismo, y ahora ponen peros", opinó un
legislador de esa fuerza, quien admitió, por lo bajo, que "seguro entre
Carrió y Binner estará el candidato a presidente en el 2011".
Los radicales, en tanto, también tienen sus cuestionamientos.
Intendentes y dirigentes de las principales provincias sostienen que no quieren
ser "fiscales" de la Coalición Cívica y del socialismo, "sólo aportar la
estructura y que el candidato presidencial en 2011 vuelva a ser de otro
partido", como ocurrió con Roberto Lavagna. Por eso, muchos de ellos quieren ver
a Cobos de regreso al partido. "Es el primer radical, después de tanto tiempo,
que tiene una alta imagen positiva en todo el país", justifica un experimentado
dirigente.
Sólo el tiempo dirá si los tres partidos podrán revertir el
fracaso de la Alianza y empezar, esta vez, por acuerdos programáticos y sólo al
final, definir nombres y candidaturas.
Walter Schmidt