Mientras en nuestro país seguimos
pendientes de si, quien ocupa el puesto de Presidente de la Nación —la supuesta
abogada Cristina Fernández— se mira o no con su vicepresidente, vemos cómo un
tren como “el gran capitán” sigue castigando a sus usuarios, escuchamos anuncios
irrisorios para cambiar la heladera o comprar un auto, un político en Santa Fe
asesina impunemente a un Intendente porque le clausuraron un hipódromo
clandestino y la Justicia finalmente investigará a Néstor Kirchner por
asociación ilícita por una denuncia de Elisa Carrió, Brasil nos muestra, una vez
más, cuál es el camino a seguir como, por ejemplo, descubriendo en sus costas el
mayor yacimiento marítimo de petróleo del mundo.
Dicho así, parece fácil, pero forma parte de una política
estratégica de hidrocarburos, prospección de suelos, inversiones, preparación de
recursos humanos especializados, etc. desde hace años.
Obviamente no fue una proeza de Lula el descubrimiento,
sino que es algo que seguro comenzó a desarrollarse hace años. No se descubre
petróleo de un día para el otro. Pero esto ya es, aunque parezca mentira,
historia antigua.
Hoy Brasil cierra negocios, nada menos, que una de las
potencias más importantes del mundo, Francia.
En estos días, el presidente francés, se encuentra en
Brasil realizando una visita marcada por la firma de importantes contratos de
armamento enmarcados en un acuerdo de asociación estratégica entre el país galo
y nuestro socio más importante del Mercosur.
En un foro de negocios franco-brasileño en Río de Janeiro,
Sarkozy dijo que "Europa y Brasil deben trabajar juntos. No es una opción, es un
deber".
Entre otros acuerdos, ambos mandatarios firmarán un convenio
de "Asociación estratégica", con una primera operación comercial de venta de 50
helicópteros de transporte y cuatro submarinos convencionales franceses a
Brasil.
Por su parte, Brasil construirá, en los próximos años, un
submarino de propulsión nuclear, en base a modelos con tecnología francesa.
Los submarinos serán construidos en un astillero naval
del estado de Río de Janeiro, y serán destinados a proteger los yacimientos de
petróleo en aguas profundas recientemente descubiertos.
Pero para nosotros, esto no es lo más grave; pensemos, ¿qué
representa Argentina y qué representa Brasil hoy en el mundo?
Brasil, hablando de igual a igual con los países centrales,
nosotros, el tren bala, autos soviet style, velas en verano e
importaciones de combustibles trianguladas desde Venezuela, y como si todo esto
fuera poco, ofrecemos a quien quiera la posibilidad de blanquear capitales.
Hay un poco de diferencia, ¿no le parece?
Pablo Dócimo