Vino un día y dijo. El ex presidente
Eduardo Duhalde insistió con que no apadrina "a nadie" para las elecciones
legislativas de octubre, y evaluó que su sucesor y ex aliado, Néstor Kirchner,
"puede perder" si se presenta como candidato en la provincia de Buenos Aires.
"Puedo dar algún consejo, pero no apadrino a nadie", señaló
Duhalde, quien no obstante desatacó la figura del diputado justicialista
disidente Felipe Solá, al que calificó como "un hombre que ha ido progresando,
un hombre honesto".
Consultado por radio Mitre respecto de si Kirchner
puede ser derrotado en los comicios de octubre, en caso de postularse para el
Senado, el ex mandatario fue contundente: "Sí, sí. Yo creo que en la provincia
puede perder".
Conociendo a Duhalde y sus oscuros manejos, es imposible
creer que no esté detrás de la escisión de Solá de las filas del kirchnerismo.
Los encuentros del caudillo bonaerense con diversos referentes políticos en los
últimos meses son prueba de ello.
Por caso, este periódico ha contado oportunamente acerca
de los encuentros secretos entre Duhalde y Solá, mucho antes de que este último
abandonara las filas kirchneristas. Esto muestra a las claras quién le llenó
la cabeza a Solá.
Cuando Duhalde comienza a aparecer en los medios haciendo
declaraciones de este tenor, cuando empieza a moverse de un lado a otro en
reuniones ultra secretas, los temores afloran inevitablemente.
El resultado es lo que se vivió en el año 2001.
Ana Grillo