Lo que ha sucedido en Tartagal es
terrible. Aquel al que no le conmueva lo que ha ocurrido a nuestros hermanos
salteños, no es humano. De golpe, con rapidez y prepotencia, la naturaleza ha
arrebatado lo más esencial a la ya empobrecida gente de esa humilde zona del
país. Toda una ciudad ha sido afectada la semana pasada por un aluvión pocas
veces visto con anterioridad.
Por suerte, hay mucho por hacer. Agua, leche larga vida,
repelente contra mosquitos, pañales y alimentos no perecederos son los elementos
más requeridos por la población de Tartagal, y pueden ser acercados a la Casa de
Salta en la Ciudad de Buenos Aires, situada en avenida Roque Sáenz Peña 933, en
el centro porteño.
Domingo Avellaneda, titular de la sede, aseguró al canal
Todo Noticias que allí "se reciben las donaciones, se las clasifica y luego
se las envía por avión a la provincia".
En ese sentido, destacó la colaboración de las compañías
Aerolíneas Argentinas, Lan y Andes, que llevan la carga en sus
vuelos. Se las recibe en Salta y desde allí se llevan en camiones de la
provincia hasta Tartagal.
Unámonos en este tópico solidario, redundará en beneficio de
nuestros propios hermanos que viven y sufren en el norte del país.
Ana Grillo