Los intentos del dictatorial kirhnerismo
por entrometerse en la vida de los ciudadanos, especialmente de los periodistas
críticos, ha sufrido una fuerte embestida en el día de la fecha, al haber
declarado la Corte Suprema de Justicia la inconstitucionalidad de la denominada
"Ley Espía", mediante la cual el Estado se arrogaba la posibilidad de intervenir
comunicaciones telefónicas y por Internet so pretexto de avanzar en
investigaciones judiciales para combatir la inseguridad.
El fallo, vinculado con una causa promovida por el abogado
Ernesto Halabi, tiene efecto para todos los casos similares, de modo tal que
consagra la privacidad de las comunicaciones para todos los usuarios de
telefonía e Internet.
Lo que intentaba la ley era, de alguna manera, blanquear
lo que ya vienen haciendo diversos servicios de Inteligencia de manera ilegal,
al pinchar conversaciones telefónicas e intervenir correos electrónicos de
personas a las que considera "enemigas a la causa".
¿Cómo sabía, por ejemplo, el oficialismo que Solá estaba
a punto de dimitir cuando lo hizo? ¿Por qué en su momento Cristina Kirchner
acusó a Daniel Scioli de filtrar información al periodismo díscolo? ¿Cómo lo
supo?
La respuesta es tan sencilla como terrible: interviniendo las
comunicaciones de algunos de los funcionarios de supuesta confianza del
gobierno. Idéntico proceder se ha tenido para con Alberto Fernández, a quien
siempre se lo sospechó por su oscilante relación con el grupo Clarín.
Son innumerables los ejemplos que pueden darse respecto a los
increíbles anticipos del matrimonio Kirchner, muchos de ellos dirigidos a
bloquear la posibilidad de crecimiento de ciertos referentes políticos de peso,
los cuales hacen peligrar la hegemonía K. Tal ha sido el caso de Juan José
Álvarez y su legajo, "casualmente" publicado por el oficialista diario
Página/12.
El fallo de la Corte es un gran paso en pos de la
construcción de la democracia y contra el totalitarismo del kirchnerismo, pero
aún debe darse un debate necesario, referido al trato que el oficialismo
propina, no sólo al periodismo independiente, sino a todos aquellos críticos a
su gestión.
Carlos Forte
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