Clotilde Acosta, más conocida como Nacha Guevara, nació en Mar del Plata el 3 de octubre de 1940. Actriz, cantante y bailarina argentina de cuestionables condiciones, es una de las figuras más atípicas del espectáculo argentino, pues ha demostrado la capacidad de reinventarse a sí misma en una trayectoria que abarca más de cuatro décadas.
Fue desde modelo de Ante Garmaz, hasta conductora de su propio programa, Me gusta ser mujer, en el único canal que lo podría haber hecho… ¡sí, adivinó, en Canal 7! eso sí, cuando era ATC, en plena época menemista, cuando era dirigido por Gerardo Sofovivh. Es necesario aclarar en este punto, que en esa época de ninguna manera se podía trabajar en ATC si no se era afín al menemismo. Lo mismo ocurre hoy con el kirchnerismo.
También es conocida en el ambiente artístico como lo que se dice una “mal llevada”. Tal es así, que existe una máxima en el teatro argentino que dice: “Evita” trabajar con Nacha Guevara. La trayectoria y el talento de la actriz y cantante son directamente proporcionales a su cuota de malicia, dicen quienes han trabajado con ella a lo largo de su extensa carrera, tanto en teatro como en televisión, por reiteradas discusiones y desplantes de la diva en escena, y constante maltrato.
Tiene, además, infinidad de denuncias radicadas por sus sucesivos “colaboradores” en la Asociación Argentina de Actores, puesto que, como buena comunista, tiene una atracción irrefrenable por el dinero y no le gusta compartirlo, aunque se lo deba a otros.
Un claro ejemplo de ello es lo sucedido en el viejo y emblemático Di Tella que enemistó para siempre a Nacha Guevara y los enormes Les Luthiers. El grupo de humoristas hacía sus shows en primera tanda y Nacha venía después, a medianoche. Eran tantos los bises que el público les pedía que la función de Guevara se atrasaba eternamente, y ella enfurecía tanto que un día rompió una botella y con la parte filosa del vidrio en el cuello de uno de los integrantes de Les Luthiers amenazó con lo peor si no terminaban a tiempo. Obviamente quedaron peleados hasta el día de hoy.
En el año 1974, junto al que fuera su esposo, integraron la Junta Coordinadora Revolucionaria (JCR). Para quienes no recuerdan, esta organización terrorista era auspiciada, coordinada y amparada por los servicios de Inteligencia cubanos, y agrupaba a las más importantes organizaciones terroristas en América Latina, como el Movimiento de Liberación Nacional (Tupamaros) de Uruguay, el Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR) de Chile, el Ejército de Liberación Nacional (ELN) de Bolivia y el Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP) de la Argentina.
En 1976 regresó al país para realizar una versión aumentada y modernizada de Las mil y una Nachas en el complejo teatral Estrellas —de Héctor Ricardo García— pero, luego del ensayo general y antes del estreno estalló una bomba en el teatro, dejando dos muertos y numerosos heridos. En los albores de la Guerra Sucia ella volvió a abandonar la Argentina rumbo a México.
En 2004, con Néstor Kirchner en el poder, comenzaron sus coqueteos y acercamiento con el kirchnerismo, cuando fue designada como Directora ejecutiva del Fondo Nacional de las Artes, cargo que finalmente no llegó a asumir porque se necesitan ciertos antecedentes académicos y financieros que Nacha no posee.
En realidad, el Gobierno quería designarla presidenta del Fondo, pero un requisito legal lo impidió: su decreto de creación, de 1958, prevé que el presidente tiene que ser una persona "de reconocida experiencia bancaria y financiera", algo comprensible, porque la función del Fondo es distribuir dinero en la cultura.
Pero como dijimos, la artista, no llegó a asumir como directora ejecutiva del Fondo Nacional de las Artes pese al que se la anunció para el cargo. La verdadera causa es que dicho cargo no era remunerado.
En esa época Nacha confirmó que el Gobierno planteaba "profesionalizar" al Fondo y que los cargos "fueran remunerados", por lo que le correspondería un sueldo del "rango de secretario de Estado", que se hubiera ubicado, en aquel entonces, en torno a los "$ 6.000".
Luego de este episodio, Guevara aprovechó para adelantar que no aceptaría un cargo oficial ante otro eventual ofrecimiento del Ejecutivo. Hoy, llega a ser candidata a diputada, no por sus antecedentes ni por su compromiso con la sociedad, sino por su amistad con Daniel Scioli.
Tal es así que, gracias a esa relación, Nacha logró que el gobernador de la provincia de Buenos Aires financie en 2008 el musical Eva en Buenos Aires con fondos de Lotería Bonaerense. Scioli, le ordenó al director de Lotería, Luis Alberto Peluso, textualmente: "Le montás el show". Inclusive, cuando se estrenó 'Eva', en octubre de 2008, asistieron Scioli, con su esposa Karina Rabolini y Cristina de Kirchner.
En realidad, no está mal que Nacha Guevara sea candidata por el Frente para la Victoria, ya que su perfil se encuadra perfectamente con los requisitos kirchneristas. Es amante del botox —como Cristina—, fue mutando políticamente, como los Kirchner y Scioli —aunque este atributo no es exclusivo de los kirchneristas— y lo más importante, se autodenomina “progresista”, pero vive como una perfecta oligarca burguesa, como la inmensa mayoría de los integrantes del FPV, empezando por el matrimonio Kirchner, Guillermo Moreno, Enrique Albistur, Julio de Vido, Ricardo Jaime, e incluso, el ex chofer de Néstor, Rudy Ulloa, entre otros.