Treinta años no son nada, pero el libro no le pierde pisada a la palabra, y
Buenos Aires sabe de que hablamos. Tres décadas celebra la Feria del Libro de
Argentina, el próximo 15 de abril, con la presencia de más de 20 escritores de
Europa, América latina y de 38 países expositores.
Treinta y cinco mil
metros cuadrados, donde Franz Kafka y el poeta portugués, Fernando Pessoa,
compartirán honores con los verdaderos anfitriones de la Feria titulada A
libro abierto: los argentinos
Julio Cortázar y Witold Gombrowicz y los chilenos, Pablo Neruda y Bolaño,
homenajeados por diversas razones, pero en especial por la importancia, vigencia
y repercusión de su obra.
Una Feria para recordar, que tiene entre sus platos de fondo,
no sólo reconocidas figuras de la literatura mundial como los portugueses
Saramago y Lobo Antunez, sino a la joven italiana, Melissa P., autora de un
Diario erótico.
La adolescente italiana, que ya ha vendido 200 mil copias en
dos semanas, revela su vida sexual. Cien Cepilladas antes de Dormir, fue
editado al castellano por la editorial Planeta, y promete también una lectura
masiva, en un tema que al hombre y la mujer motivan desde la expulsión del paraíso.
La Feria concluirá el 9 de mayo, y en ella participarán los
mexicanos Sergio Pitol y Carlos Monsiváis; los portugueses José Saramago
-Premio Nobel- y Antonio Lobo Antunes; el inglés David Lodge (Terapia);
el polaco Ryszard Kapuscinski -Premio Príncipe de Austurias de Humanidades
2003-; los españoles Almudena Grandes, Arturo Pérez Reverte, Fernando Savater
y Jesús Ferrero; la italiana Blanca Montale; la colombiana Laura Restrepo y los
chilenos Volodia Teitelboim, Jorge Edwards -Premio Cervantes- y Antonio Skármeta
-Premio Planeta.
La académica argentina de la Universidad de Buenos Aires, y
autora del libro Roberto Bolaño: La Escritura como Tauromaquia, brindará
dos seminarios sobre recién fallecido narrador chileno, autor de
la novela Detectives Salvajes, el libro de cuentos, Putas asesinas,
cuya obra es considerada de las más novedosas de los últimos 15 años en América
latina.
Los organizadores de la muestra del libro en idioma
castellano, aprovecharán para lanzar algunos libros de autores, como la
colombiana Laura Restrepo, galardonada con el Premio Alfaguara por su novela
Delirio. También, Los Diez Mandamientos del Siglo XXI, de Savater; Jardines
de Kensington, de Rodrigo Fresán; Castillos de Cartón, de Almudena
Grandes, y El Caballero del Jubón Amarillo, de Pérez Reverte; El
Baile de la Victoria, de Skármeta, y Errante en la Sombra, de
Federico Andahazi, entre otros libros, serán presentados en el magno evento.
Neruda, quien escribió
buena parte de su libro Odas Elementales en Córdoba, Argentina
y que conoció a Federico García Lorca en Buenos Aires, será homenajeado
por su centenario, al igual que, Witold Gombrowicz. de origen
polaco, autor de la novela el Trasatlántica, calificada por Ricardo
Piglia como una de las más grandes novelas argentinas.
Julio Cortázar, el Cronopio mayor de la literatura
latinoamericana, autor de Rayuela, será conmemorado en sus 90 años de
vida que cumpliría si estuviera con nosotros, que de hecho lo está, porque su
obra tiene la vigencia del entrañable personaje que el mismo fue.
Roberto Bolaño, desapareció reciente y prematuramente, pero
dejó una obra vigorosa, escrita fuera de Chile, muy latinoamericana. Un
narrador que admiraba a Jorge Luis Borges y al poeta Nicanor Parra, Bolaño
siguió los pasos del porteño como lector de clásicos indispensables, pero no
dejó de leer la vida. Hombre de ciudades y oficios, de un mal hígado, nos dejó
antes de tiempo. Antes de partir sacudió el avispero de la literatura chilena,
sin pelos en la lengua, como debe ser. Un anarquista a tiempo completo, Bolaño
disparó sus cartuchos desde cataluña hasta su partida, tanto en la polémica
como en los libros que dejó para
editar.
Una Feria es un encuentro de muchas posibilidades para la
gente y el libro, sitio de convocatoria único, permite un intercambio en tiempo
real entre el público y los escritores, un acto irrepetible, paso que quedará
resonando en la memoria del visitante cuando se encuentre asolas con el libro.
La proximidad y todas las distancias, la palabra misma, están garantizadas,
pertenecen, al lector en su soledad, y allí cesa toda intermediación con el
autor. Esta presencia fugaz, para algunos del escritor en las Ferias, o notoria,
para otros, es un dato más de una lectura, pero un privilegio también para
enterarse de la “biografía” del libro, algunas claves más allá de la
escritura, ciertas motivaciones, señales, gestos, que a veces un autor nos deja
en su respiración ante el público. Un libro es muchos azares o ninguno,
depende de nosotros mismos, pero no se trata de una calle despejada, algunas
calles se bifurcan y es necesario escoger alguna vía o dejarse llevar por rutas
desconocidas que sólo quizás conozca el autor. Ese es el minuto del verdadero
lector, que va haciendo su mapa de ruta.
La capital platense será un libro abierto en estos días,
como siempre debiera ser una ciudad, una limpia página para ser
leída diariamente. En vez de hombres sandwuich como en las viejas
propagandas, debieran recorrer la ciudad hombres libros.
Es hora que la verdadera palabra se tome las calles. En
alguna esquina podríamos encontrarnos con la sorpresa de la siguiente leyenda: Había
una vez...En un lugar de la Mancha, de cuyo nombre no quiero acordarme o
quizás ¿Encontraría a la Maga?...Puedo escribir los versos más
triste esta noche...Ahora me muero, pero tengo muchas cosas que decir
todavía... La candente
mañana de febrero en que Beatriz Viterbo murió...
Una ciudad para la
palabra, los sueños, la belleza, la
poesía, para el amor...debiera
colgar esta frase desde el Obelisco.
Buenos Aires privilegia con sus misterios, como capital de
la prosa latinoamericana, a sus visitantes y con ello al libro. Ciudad porteña,
nacida para ser contada, soñada, vivida, nostalgeada sus calles, Adán
Buenosayres, la muy graciosa ciudad del Mar del Plata, visitada una y otra vez
por Borges, Marechal, Carriego,
Cortázar, Sabato, Gelman, Arlt, Puig, Soriano,
Saer, Piglia, porque les parece
eterna.
Rolando Gabrielli