La prensa que cubría la represión del gobierno de facto en Honduras, fue detenida, reprimida y golpeada mientras que los medios de comunicación fueron clausurados o sufrieron algún otro tipo de censura. La ciudadanía se informa por la red social Twitter.
Por caso, la reportera Adriana Sívori, corresponsal del canal de noticias Telesur, fue apresada durante la tarde del lunes por militares armados que la arrastraron a punta de fusil. Estaba acompañada por su equipo de trabajo, la productora María José Días y el camarógrafo Larry Sánchez. A las pocas horas y al intentar informar sobre el episodio, también detuvieron a cuatro periodistas de la agencia Associated Press.
"Nos llevan presos sin ninguna explicación y estamos incomunicados totalmente. No sabemos adónde vamos, estamos en un lugar desconocido", contaba Sívori al mismo tiempo que sus captores le sustraían el celular, "me están quitando el celular, hay que denunciar esto a la prensa del mundo. No sabemos a donde vamos, es un lugar desconocido, no nos dicen nada".
También informó que "nos sacaron a punta de fusil, nos golpearon, nos quitaron los documentos y nos llevaron a migración".
El hecho tardó poco en tener repercusión internacional y esto hizo que los militares tomaran la determinación de liberar a los periodistas en forma inmediata.
Telesur es el único canal internacional que transmitió minuto a minuto desde que comenzó el golpe de estado, por lo que Sívori toma lo ocurrido como un atentado a la libertad de prensa. Dándole impulso a la afirmación de la periodista, hay que sumar el hecho de que los medios independientes que reportaban la situación fueron clausurados o sufrieron algún tipo de presión, mientras que los medios de comunicación locales se adhirieron a las medidas militares y emiten su programación normal.
Radio Globo es una emisora dedicada a denuncias populares y fue cerrada cuando un grupo de militares irrumpieron las instalaciones y obligaron a los empleados de la frecuencia, a cortar la señal de transmisión.
Algo similar ocurrió en Radio Progreso. Un cuarto de centenar de militares ingresó de manera violenta y obligó a cancelar absolutamente toda la programación en el momento en el que se estaba informando sobre el conflicto.
También fue tomado por la fuerza el Canal del Estado de Honduras. Los estudios se encuentran en el Palacio Presidencial. En este caso, además, encañonaron a los trabajadores y los encerraron en un salón por 10 minutos mientras que los uniformados se encargaban de quitar del aire la señal.
La censura se completa cuando se instaló el cerco informativo en torno a Internet. En su portal, TeleSur se informó que el dirigente de la Vía Campesina Rafael Alegría insistió en que mientras el ánimo en oponerse al gobierno de facto de Roberto Micheletti aumenta. "Quiero denunciar que las principales cadenas de radio no permiten entrar (a los hondureños) para informar al pueblo lo que está sucediendo".
Después de informar esto, se bloqueó no sólo la señal del canal, sino también la página Web.
Hasta el momento lo único que los militares no pudieron controlar, es twitter, por lo que la gente decidió adoptar esta vía para mantenerse informada. Por momentos, se vuelve el tema central y los mensajes van desde apoyo al golpe de estado, a otros que defienden a Manuel Zelaya y algunos que convocan manifestaciones en repudio.
“Ahora los medios de comunicación tradicionales empezarán a decir q hay vándalos pero sólo reclamamos nuestros derechos” señalan algunos de los twitteos, mientras que otros advierten “Tenemos más información fuera de Honduras que dentro. ¿Y con censura quieren que le reconozcamos el nuevo gobierno?”, “Existe una facción de los militares de #honduras que no están de acuerdo con el golpe”. También, sentencian: “O sea el mundo está equivocado por NO APOYAR A MICHELETTI #HONDURAS”.
Por el momento se desconoce la duración que tendrá el conflicto, pero una vez más queda demostrado que el dinamismo y velocidad de las redes sociales supera ampliamente al periodismo censurado.
Romina Soledad Giuffré